Rodeada de montañas, rezuma paz y arte de la misma manera que brota el agua por doquier para dar vida a los extensos arrozales repletos de aves, verdes cultivos y estanques con flores de loto, con un entramado de canales y ríos serpenteantes conectados entre sí hasta introducirse en la ciudad histórica de Sukhothai y sus ciudades asociadas Kamphaeng Phet y Si Satchanalai. Magníficas ciudadelas amuralladas rodeadas por fosos de agua, con esplendidos edificios también fuera de los límites de la ciudad. Es el corazón del reino de Sukhothai y, para muchos el primer foro capitalino de la actual Tailandia, el motivo principal para llegar hasta aquí.
Al caer la tarde, sus jardines se llenan de las risas de estudiantes en bicicleta que parecen tomar estos parajes declarados patrimonio de la humanidad (Unesco, 1991) como el mejor lugar de encuentros. La escenografía no puede ser mejor entre el palacio real y magníficos templos de los siglos XIII y XIV rodeados de jardines o que parecen abrirse paso entre el verde del bosque despuntando aquí y allá con sus ladrillos rojos consumidos por el tiempo, sus chedis o estupas y esculturas de mil budas y otros tantos elefantes que se duplican sobre las aguas repletas de nenúfares de sus estanques.
Puesto en el mercado orgánico en el área rural de Tailandia
Tal vez, la lejanía de la efervescente Bangkok (450 kilómetros) y de las rutas hacia Chiang Mai como capital del norte (300 kilómetros, otorgue un encanto especial y esa vida totalmente slow de Sukhothai. Como en todo el país, abundan los puestos callejeros de comida y pequeños restaurantes donde degustar su propuesta orgánica y de proximidad que llena de color, sabores y aromas la ciudad nueva, cuyo mayor interés es estar situada a 12 kilómetros del principal parque histórico del reino de Sukhothai.
Se fundó tras independizarse en 1238 del camboyano imperio Jemer, de ahí la interesante mezcla de estilos. Disfrutó de su edad de oro con su tercer monarca Ramkhamhaeng, venerado por instaurar el budismo como religión oficial y, según la tradición, también el alfabeto tai moderno, además de ser un gran promotor de la cultura y las artes. Dos siglos después fue reemplazada por su sucesora Ayutthaya, y finalmente por la actual capital Bangkok.
Para conectar con este entorno, una buena opción es moverse de un lado a otro en tuk-tuk o en bicicleta
Para conectar con este entorno, una buena opción es moverse de un lado a otro en tuk-tuk o en bicicleta, también disponibles en la entrada de los recintos históricos donde son imprescindibles dadas las dimensiones. Este colosal parque arqueológico cuenta con 193 construcciones esparcidas en cerca de 70 km2, incluyendo la ciudad real amurallada. Su corazón está en el conjunto más grande e icónico: el Wat Mahathat. Impresiona estar en este jardín de con cerca de 200 chedis abovedados inspirados en la sagrada flor de loto.
En medio, con expresión serena un gran buda blanco de estuco con el característico tocado sello de la casa con infinidad de ricitos apretados rematado por una llama como símbolo de la iluminación espiritual, que en su momento estuvo al cobijo de un templo bajo techumbre y hoy está a merced de los elementos, como todo. Su chedi principal abrazado por un friso de monjes en cadena que custodian las reliquias de Buda que conserva en su interior, y el salvoconducto por el que la ciudad no fue arrasada en las diversas revueltas.
El templo Wat Mahathat, en un jardín con cerca de 200 chedis abovedados
El Wat Si Sawai es uno de los templos más antiguos y espectaculares con tres torres totalmente labradas de estilo Khmer o camboyano dedicado a la diosa Shiva donde anidan cientos de palomas que forman parte del espectáculo al inundar en hordas el cielo con sus vuelos.
Fuera del recinto antiguo de la ciudadela real se encuentran otros templos igual de enigmáticos como el imponente buda blanco del Wat Si Chum con sus 17 metros de altura encajonado en el interior de un cubículo. Por sus paredes discurre un corredor interior no apto para claustrofóbicos que lleva a la pequeña ventana desde donde las autoridades animaban a las tropas y al pueblo dando voz al buda, y al poder.
Más desconocidas y enigmáticas, y menos visitadas con sus edificaciones casi sumergidas en el bosque, la fascinante ciudad histórica Si Satchanalai se levantada a 58 kilómetros de New Sukhothai siguiendo el río Yom dirección norte como lugar de enterramiento de miembros de la familia real. Por ello, son muchos los templos con chedis aunque quizá para espectacular y laborioso es el Wat Chang Lom o 'rodeado de elefantes' con nada menos que 39 paquidermos a tamaño natural para custodiar su chedi principal y s sus 20 budas. Aún menos frecuentada y a 78 kilómetros dirección sur, su hermana menor Kamphaeng Phet con criterios similares.
Pero esta llanura con pequeñas ciudades y aldeas desperdigadas entre arrozales y palmerales merece conocerse, además de la riqueza de sus templos y paisajes, por el coraje y empeño de sus comunidades locales asociadas en pequeñas cooperativas agrícolas, florales y artesanales, muchas creadas por y para las mujeres. Varias están concentradas entorno a Si Satchanalai y hacen a la par las funciones de guardería.
El antiguo templo Wat Si Sawai y sus tres torres labradas de estilo khmer o camboyano dedicado a la diosa Shiva
De ellas proceden los delicados tejidos Teen Jok, esas telas de algodón con textura de seda y que toda buena tienda del país se precia de ofrecerlas por su elegancia y calidad, hechas por las manos de quienes lograron hacer de un defecto una gran virtud. Sus faldas mojadas y embarradas inevitablemente en sus duras jornadas de trabajo en los campos de arroz mejoraban con el uso y su lavado, siendo cada vez más suaves. Así que adoptaron como técnica el fermentar y hervir su producción de tejidos en barro y agua de sus arrozales para obtener el preciado tacto similar a la seda.
Estar tierras también son la cuna de una de las fiestas anuales más queridas y representativas de Tailandia. Aquí tuvo su origen el tradicional Loy Krathong o Festival de Linternas Flotantes, todo un regalo participar de este entorno bajo la luna llena del duodécimo mes lunar, generalmente noviembre.
El Gran Parque Histórico se ilumina con miles de velas y guirnaldas que llenan de magia todos sus rincones mientras locales y visitantes lanzan a las aguas, ya sean del río, estanques o fuentes sus ofrendas cual balsas (krathongs) hechas con hojas de plátano, adornadas con velas, inciensos y flores, y sumando algún objeto personal para que fluya y se lo lleve la corriente. Una forma de decir adiós a las malas energías para iniciar una nueva vida sin ellos y ¡dar la bienvenida a todo lo que está por llegar!
Guía práctica
Cómo llegar
En avión: Bangkok Airways ofrece el vuelo Bangkok y Chiang Mai al aeropuerto nacional de Sukhothai, o en autobús desde cualquier ciudad.
Dónde alojarse
Hay una amplia oferta, pero las opciones más sibaritas son el hotel Sukhothai Heritage Resort y el Sukhothai Treasure.


