La maldición de las Fuentes Tamáricas de Velilla del Río

Mundo insólito

El misterio rodea desde hace siglos las fuentes palentinas cuyas aguas aparecen y desaparecen y que pueden predecir la muerte de quien las visita

Las Fuentes Tamáricas son conocidas desde hace dos mil años

Las Fuentes Tamáricas son conocidas desde hace dos mil años

Goldorak / Wikipedia Commons (CC BY 3.0)

Se sea aprensivo a las maldiciones populares o no, vale la pena informarse bien del estado de las Fuentes Tamáricas antes de acercarse a ellas. En la localidad palentina de Velilla del Río Carrión hay unas surgencias de aguas conocidas desde hace dos mil años que son inconfundibles: tienen tres arcos de piedra que las identifican.

Arqueólogos e historiadores creen que podría tratarse de las fuentes que tenían un significado religioso ya en la época en que las tribus tamáricas poblaban una amplia franja de territorio cantábrico, entre el siglo II a.C. y el primero de nuestra era.

Plinio el Viejo, en el siglo I, las describió, y aseguró que tenían un régimen hidrográfico muy peculiar. Cuando el recipiente de piedra de 21 metros de largo por tres de ancho que las contiene está vacío, nadie debe acercarse a ellas, pues vaticinan la muerte de quien las visite. Mil setecientos años después, el historiador y geógrafo Enrique Flórez, que estudió a fondo el territorio palentino, se atrevió a afirmar que las funestas Fuentes Tamáricas eran las que se hallaban en Velilla del Río Carrión.

Las Fuentes Tamáricas

Las Fuentes Tamáricas han tenido un significado religioso

Miguel. A. Gracia / Flickr (CC BY 2.0)

El lugar ha tenido un significado mágico y religioso desde sus orígenes. Y los esfuerzos de la ciencia moderna –en la segunda mitad del siglo XX equipos de geólogos intentaron establecer porqué las fuentes se llenan y desaparecen misteriosamente– no ha llegado a ningún resultado empírico.

Sería fácil pensar que la aparición y desaparición del agua tiene relación con los niveles de su acuífero subterráneo asociado, pero los científicos no han conseguido hallar la conexión. De hecho, los vecinos afirman que cuando las Fuentes Tamáricas están vacías pero prestas a volver a llenarse, se oye un sordo rumor, un temblor y pronto la cisterna comienza a recibir líquido. 

En tiempos pasados incluso llegó a pillar desprevenidos a pastores y peregrinos que habían decidido resguardarse en su interior para hacer noche. Tuvieron que huir despavoridos ante los sonidos del interior de la tierra y la súbita aparición del agua.

Las Fuentes Tamáricas seguramente tuvieron una función religiosa de adoración a las deidades del agua en tiempos romanos, pues una de las cabeceras de la construcción de piedra contiene un ara romana, pero la única inscripción reconocible es una letra “S”. Se desconoce la función de los tres arcos que la adornan. El entusiasta Enrique Flórez llegó a afirmar que la fuente podría haber sido un oráculo, y se atrevió a calificarlo del más antiguo del mundo, desafiando a los muy conocidos en el mundo heleno. Parece que fue un ataque de chovinismo, nadie más ha seguido esa teoría.

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Pegada a las fuentes está la ermita románica de San Juan Bautista, que se habría levantado en el siglo XIII para conjurar el maleficio. Sin embargo, sigue ocurriendo que un ruido tenebroso precede a la llegada del agua y otro antes de que esta desaparezca también de forma radical.

El caso es que la leyenda sigue bien viva: si cuando uno se acerca a las Fuentes Tamáricas el recipiente pétreo está vacío, vaya encargando su propio funeral. Será mejor, antes de hacer turismo por la hermosa Montaña Palentina, llamar a alguien del pueblo de Velilla del Río Carrión y preguntar por el nivel de las aguas.

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