La selección española de fútbol femenina jugará este fin de semana en el emblemático estadio St. Jakob‑Park de Basilea la gran final de la Eurocopa de 2025. Si viajas para apoyar a la roja, no te limites al fútbol: Basilea ofrece un sinfín de planes para convertir tu escapada en una experiencia cultural completa.
Desde museos de talla mundial hasta paseos por el casco antiguo o baños en el Rin, aquí tienes una guía con los lugares que no puedes perderte.
El Ayuntamiento de Basilea (Rathaus)

Ayuntamiento o 'Rathaus' de Basilea con su inconfundible fachada roja
Con su inconfundible fachada roja decorada con detalles dorados, el Ayuntamiento de Basilea es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. De estilo renacentista y con un reloj destacado en su cara principal, este edificio histórico acoge actualmente las reuniones del Parlamento y del Gobierno cantonal. Aunque su exterior ya impresiona, merece la pena entrar al patio interior, donde podrás admirar frescos y esculturas que narran episodios de la historia suiza con gran colorido y detalle artístico.
El Rathaus está ubicado en plena Marktplatz, una plaza animada rodeada de arquitectura tradicional, donde cada mañana se instala un mercado local con puestos de flores, frutas frescas, pan, queso y productos regionales. Ideal para sumergirse en la vida cotidiana de Basilea.
Baños en el Rin

Bañarse en el Rin es uno de los atractivos de Basilea en verano
Dicen que toda ciudad con río tiene algo especial, y Basilea no es la excepción. El Rin, que atraviesa la ciudad y separa el casco antiguo de los barrios más modernos, es mucho más que un accidente geográfico: es el auténtico corazón de la vida local.
Durante el verano, sus orillas se llenan de ambiente: gente tomando algo al sol, nadadores dejándose llevar por la corriente con sus clásicas bolsas impermeables -las wickelfisch- que hacen de flotador y mochila al mismo tiempo. Ver cómo se dejan llevar por la corriente es una tradición tan curiosa como fascinante, y vivirla -o al menos observarla- debería ser casi obligatorio.
El Rin, que atraviesa la ciudad y separa el casco antiguo de los barrios más modernos, es el auténtico corazón de la vida local
Además del paseo por la ribera del casco histórico, cruzar al otro lado del río es parte de la experiencia. Puedes hacerlo por alguno de sus puentes o subir a los encantadores transbordadores sin motor, pequeñas barcas sujetas por cables que se deslizan suavemente impulsadas solo por la corriente del Rin.
Y si buscas un momento mágico, el atardecer desde Kleinbasel -la parte nueva- es insuperable: ver cómo se iluminan las fachadas del centro histórico al otro lado del Rin es una de las postales más bonitas que te llevarás de la ciudad.
Basler Münster

La catedral de Basilea con vistas al rio Rin
La catedral de Basilea, con su inconfundible fachada de piedra rojiza y torres gemelas, es uno de los grandes iconos de la ciudad. Reconstruida tras el terremoto de 1356, combina sobriedad arquitectónica con valor histórico: en su interior descansa Erasmo de Róterdam.
Detrás del templo se encuentra el mirador Pfalz, un balcón sobre el Rin con vistas espectaculares a la parte moderna de la ciudad. Desde allí puedes bajar a la orilla y cruzar el río en uno de los tradicionales transbordadores. Justo al frente, la Münsterplatz o plaza de la catedral invita a sentarse, rodeado de casas blancas con contraventanas coloridas y algunos de los mejores cafés de la zona.
Museos

Museo Kunstmuseum en Basilea, un emblema digno de visitar
Con más de 40 museos repartidos por toda la urbe, Basilea se ha ganado a pulso su fama como uno de los grandes centros culturales de Europa. Si te alojas en la ciudad, probablemente te entregarán la Basel card, que te permite acceder con descuentos o incluso de forma gratuita a muchos de ellos.
El más emblemático es el Kunstmuseum, que alberga una valiosa colección de arte desde la edad media hasta el siglo XX, incluyendo varias obras de Picasso, que donó piezas en vida como muestra de agradecimiento al pueblo de Basilea.
Picasso donó piezas en vida como muestra de agradecimiento al pueblo de Basilea
Pero hay mucho más: desde el Museo del Papel, donde puedes fabricar tu propia hoja artesanal, hasta el Museo Tinguely, con esculturas cinéticas en movimiento.
También destacan el Museo de las Culturas, el de Historia Natural, el de Juguetes o incluso el curioso Museo Anatómico. Sea cual sea tu interés, seguro encuentras un centro que te sorprenda.
Puerta Spalentor

Puerta Spalentor de Basilea junto con dos guardias medievales
La Spalentor es una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad amurallada, y probablemente la más impresionante que ha llegado hasta nuestros días. Esta imponente construcción, con su torre central flanqueada por dos torres cilíndricas, es un recuerdo visible del pasado defensivo de Basilea.
Levantada en el siglo XV, su arquitectura robusta y sus esculturas góticas muestran el valor simbólico y estratégico que tuvo durante siglos: por aquí entraban viajeros, comerciantes y mercancías procedentes de la cercana región de Alsacia, en la actual Francia. Hoy es uno de los rincones más fotogénicos y una parada perfecta para los amantes de la historia y la arquitectura medieval.
Un paseo por el casco antiguo

Basilea en su 'golden hour'
Caminar por el casco antiguo de Basilea es como sumergirse en un cuento medieval. Sus calles empedradas, fachadas bien conservadas y rincones llenos de historia hacen de esta zona una de las más encantadoras de Europa. Una buena ruta a pie puede incluir Spalenberg, Augustinergasse, Nadelberg o Gemsberg, calles con encanto donde conviven galerías de arte, boutiques locales y cafeterías con terraza.
No solo es un paseo visualmente bonito: también es el lugar ideal para comprar un recuerdo, descubrir alguna tienda curiosa o sentarse a disfrutar de una cerveza artesanal. Si vas con poco tiempo o prefieres una visita panorámica, puedes optar por un recorrido en autobús turístico con comentarios en español, que recorre los principales puntos de interés del centro.
Fuente de Tinguely

La famosa fuente Tinguely en el centro de la ciudad
Entre los rincones más originales, destaca la fuente de Tinguely, situada frente al teatro. Diseñada en 1977 por el artista suizo Jean Tinguely, esta instalación convierte el agua en espectáculo: nueve figuras metálicas cobran vida al ritmo de chorros y movimientos mecánicos, como si aún recordaran las funciones teatrales del pasado.
Y si te fijas por la ciudad, notarás que Basilea está llena de fuentes ornamentales, muchas con esculturas del basilisco, una criatura mitológica que es todo un símbolo local. ¡Buen viaje!