Existen lugares verdaderamente especiales en los lados más recónditos del planeta. Aquellos destinos con detalles que los hacen únicos y cuyas condiciones son difíciles de encontrar en otra parte del mundo.
En este caso hablamos de Sommaroy, una isla al norte de Noruega en la que el tiempo transcurre de manera tan diferente que la mayoría de ciudadanos no utilizan relojes.
En esta isla los días transcurren de manera diferente por lo que los relojes tradicionales de 24 horas carecen de utilidad: en verano hay 69 días de sol de medianoche y más de 70 días de noche polar.
Espejo atemporal
Este fenómeno provoca que la vida cotidiana de los ciudadanos se sucedan de manera poco habitual, conociéndose esto como espejo atemporal. Por ejemplo, es común ver a personas haciendo deporte o quehaceres domésticos en plena madrugada.
Asimismo, de noviembre a febrero se produce el efecto contrario: puedes observar constantes auroras boreales en el cielo. Unos ingredientes que hacen de Sommaroy una isla única en la que la belleza y el paso de las horas permiten al visitante olvidarse de las preocupaciones temporales.