Sabiñán no es una localidad turística. Su actividad principal es la agricultura, y es famosa por haber hecho crecer una pequeña industria de viveros de árboles que nutre a una buena lista de ciudades en toda España. Pero está localidad zaragozana de la comarca de Calatayud merece una exploración, pues tiene un casco urbano encantador y la reliquia de una celebrity de los siglos XIV y XV.
El núcleo histórico de Sabiñán es muy agradable. Calles estrechas y alargadas que vencen un modesto cerro ubicado en un meandro del río Jalón. El paseo lleva inevitablemente a la plaza España y al colindante palacio de los condes de Argillo. Es un edificio fundamental en la historia del más preciado tesoro de Sabiñán.
En la vecina localidad de Illueca –situada a 14 kilómetros al noroeste– se hallaba desde siempre el féretro de Benedicto XIII, mucho más conocido como papa Luna, por su apellido, pero porque fue uno de los llamados antipapas del Cisma que llevó a desgajar la cabeza de la iglesia católica hasta Aviñón. El caso es que durante la guerra de Sucesión –a principios del siglo XVIII– tropas francesas aliadas del aspirante Felipe V arrasaron con cuando encontraron en Illueca, incluida la momia del Papa.
El antipapa Pedro de Luna, conocido como el Papa Luna o Benedicto XIII
Los lugareños consiguieron rescatar el cráneo de Benedicto XIII, nacido y muerto en esa pequeña villa aragonesa. Lo depositaron en el palacio de los condes de Argillo de Sabiñán, donde permaneció custodiado hasta abril de 2000, cuando fue secuestrado.
El rapto fue rocambolesco, con una nota del secuestrador –¡firmada!– con numerosas faltas de ortografía en la que solicitaba un millón de pesetas a cambio de la recuperación de la preciada reliquia. El alcalde, encargado de depositar el maletín con el dinero, enseguida puso en conocimiento de la Guardia Civil la extorsión. Para la Benemérita montar el dispositivo de detención y atrapar al chapucero ladrón fue coser y cantar.
Pero a raíz del secuestro, el cráneo quedó a resguardo del Museo de Zaragoza, que aprovechó para realizar pruebas que certificaron la autenticidad de la reliquia. Para la comarca de Calatayud y los aragoneses en general tiene un gran significado afectivo, no siempre se tiene un paisano entre la lista de los descendientes de san Pedro. Uno de los motivos por lo que el viajero cráneo fue declarado Bien de Interés Cultural.
Tras las dos décadas de custodia y pruebas científicas, la calavera de Benedicto XIII (bautizado originalmente como Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor) se llevó a Sabiñán. Pero esta vez para quedar expuesto en una de las capillas de la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, donde ya puestos a contemplar reliquias, se guarda también un fragmento de la Vera Cruz donde se torturó y mató a Cristo, según la historia sagrada. Además, durante la visita préstese atención al retablo de la Virgen del Pilar y al campanario, único rastro mudéjar del templo original.
En Sabiñán se relamen contando una y otra vez a los extraños el secuestro del cráneo del papa Luna, la chapuza del delincuente y cómo, el día que el resto cadavérico regresó, fue acogido con vítores por muchos de los vecinos, contentos por recuperar una parte importante de su patrimonio histórico. Es una excusa perfecta para visitar una villa apacible y bonita, con adarves herencia de la presencia musulmana que escoltan varios de los edificios más importantes.
Cómo llegar
Sabiñán está a 80 kilómetros al suroeste de Zaragoza. La distancia se cubre cómodamente en menos de una hora por la autovía A-2. Desde Calatayud hay solo 30 kilómetros.


