La ruta gallega de la camelia, la especie que florece en invierno

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Cuenta la leyenda que Marco Polo las trajo desde Asia: Cierto o no, las primeras camelias llegaron a Galicia a finales del siglo XVIII para reinar en los espléndidos pazos, auténticos remansos para el calor veraniego

El Pazo de Rubianes fue reconocido como Jardín de Excelencia Internacional de la Camelia

El Pazo de Rubianes fue reconocido como Jardín de Excelencia Internacional de la Camelia

Irene González

El probable que los orígenes del pazo se remonten al vocablo latino palatium, aunque la edificación como tal se configure mucho más tarde -en torno al año 1500-. Auténticos tesoros diseminados por los bosques y campos gallegos, en zonas rurales de belleza singular, los pazos tienen una flor que reina por su etérea belleza y su delicada fortaleza: la camelia.

En Galicia se alzan más 700 pazos catalogados rodeados de únicos y exquisitos vergeles cuajados de camelias arropadas por árboles centenarios, estanques y fuentes. Estos jardines son parte del secreto mejor guardado de la comunidad, siempre ocultos por muros de piedra cubiertos de musgo y cuajados de magníficas especies que durante siglos han deslumbrado a reyes, estadistas y escritores.

La reina de La Alameda

El jardín de La Alameda posee una gran variedad de especies florales, muchas de ellas exóticas

El jardín de La Alameda posee una gran variedad de especies florales, muchas de ellas exóticas

Irene González

El centro de Santiago posee jardines históricos muy transitados y vividos por los compostelanos. El preferido por sus camelias, parterres, esculturas, fuentes y estanques, es La Alameda, que destaca por su valor como jardín botánico, ya que posee una gran variedad de especies, muchas de ellas exóticas. Recorrer el Campo da Estrela, el paseo da Alameda, la Carballeira de Santa Susana y, sobre todo, el paseo da Ferradura, las cuatro zonas en las que se divide La Alameda, es una delicia. Caminando bajo la bóveda arbolada del paseo da Ferradura, encontramos algunos de los 66 ejemplares de Camellia japónica de vivos colores que, además, son el mejor marco para la bellísima panorámica de la catedral y la zona monumental de la ciudad que este lugar ofrece.

Tras recorrer La Alameda, abandonamos Santiago de Compostela para iniciar una ruta que nos llevará a conocer cinco pazos emblemáticos en los que la camelia reina por derecho propio.

Además de las camelias, desde del icónico jardín se disfrutan de las mejores vistas de Santiago de Compostela

Además de las camelias, desde el icónico jardín se disfrutan de las mejores vistas de Santiago de Compostela

Irene González

Santa Cruz de Rivadulla, en la vía romana

Apenas 20 minutos separan la capital gallega del concello de Vedra donde, al amparo del pico Sacro, se encuentra el magnífico pazo de Santa Cruz de Rivadulla, también conocido como la granja Ortigueira. Por estas tierras discurría la vía romana que unió durante siglos las poblaciones de Iria Flavia y Lucus Augusti, y hoy pasa por ella una parte del medieval Camino Real o Vía de la Plata, que desde el siglo X lleva a los peregrinos hasta la catedral de Santiago.

El pazo pertenece a Juan Armada y Díez de Rivera, el 11º marqués de Santa Cruz de Rivadulla, título concedido por Carlos II, y que heredó de su padre Alfonso Armada, que, tras su convulso paso por el ejército, dedicó su vida al cultivo de las camelias. Armada creó un impresionante jardín de camelias en flor y varios viveros de los que se exportan unos 100.000 ejemplares de 200 especies a medio mundo.

El jardín de Santa Cruz de Rivadulla es para muchos el espacio botánico ornamental más fascinante de Galicia

A través de un impresionante arco de piedra blasonado se accede a los magníficos jardines presididos por el pazo. Su origen se remonta al siglo XV, cuando se empezó a configurar este jardín ilustrado donde se mezclan ejemplares de camelias, magnolios, palmeras, bambús y helechos, entre otras muchas especies que casi lo convierten en un bosque. Una majestuosa cascada cruza este vergel, donde el agua tiene gran protagonismo y, junto a su bello estanque y sus fuentes de piedra, hacen que se escuche a cada rato su rumor. 

La granja de Ortigueira es conocida por los botánicos por la riqueza y diversidad de sus flores. Su vivero de plantas ornamentales cultiva gardenias, azaleas, jazmines, mimosas, pero, sobre todo, es un importante productor de camelias. Alrededor de 100.000 ejemplares son vendidas cada año a Francia e Inglaterra, entre otros muchos países. 

El pazo de Santa Cruz de Rivadulla es uno de los más sobrios de Galicia por el origen monacal

El pazo de Santa Cruz de Rivadulla es uno de los más sobrios de Galicia por su origen monacal

Irene González

Santa Cruz de Rivadulla tiene un magnífico camino formado por olivos centenarios, de una belleza sin igual, por donde es una delicia pasear. Detrás de la casa hay una pequeña valla que abre paso a la Carreira das Oliveiras, un largo e impresionante paseo entre olivos centenarios. Y algo más allá, se ubican los viveros e invernaderos de camelias.

Este jardín es para muchos el espacio botánico ornamental más fascinante de Galicia. Lo consideran así por su contenido, por el valor del paisaje florístico y por la belleza de su construcción, lo que le ha valido el reconocimiento de monumento nacional.

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Sin duda, es un interesante conjunto arquitectónico abierto a los pies de una plaza donde se alza una magnífica vivienda de 60 habitaciones, a la que está unida mediante un arco la iglesia, frente a la cual se encuentra un enorme corral. La capilla del pazo es la iglesia parroquial de los vecinos de Santa Cruz de Rivadulla, por lo que en horario de misa no se puede visitar. Detrás de la capilla llama la atención un inmenso olivo, que todo apunta a que es el más antiguo que se conserva y que fue plantado con motivo de la consagración de la capilla primitiva.  Es interesante también la fuente barroca de la Coca, construida por el taller compostelano de Diego de Romay.

El pazo de Rivadulla ha tenido muchos moradores ilustres, entre los que destaca el reformista Gaspar Melchor de Jovellanos, que en 1.811 vivió aquí, acogido por los marqueses, para curarse de una afección pulmonar.

Pazo de Oca, el Versalles gallego entre piedra y naturaleza

Se dice que en el jardín del pazo de Oca están representadas las estaciones, los elementos y una idea del tiempo que va más allá de los relojes

Se dice que en el jardín del pazo de Oca están representadas las estaciones, los elementos y una idea del tiempo que va más allá de los relojes

Irene González

A tan solo seis kilómetros en dirección a Ourense, llegamos a A Estrada, donde se encuentra el pazo de Oca, considerado por muchos como el Versalles gallego, y uno de los más importantes de la región.

En el siglo XV fue casa-fuerte y, más tarde, entre los siglos XVII y XVIII, fue reformado hasta convertirse en la magnífica edificación actual. Sobre los restos de una antigua construcción militar, Álvaro de Oca comenzó a edificar la casa-fuerte, que en el siglo XVI pasó a manos de Felipe II. Tras pasar por diferentes propietarios, hoy es patrimonio de la casa de Medinaceli, la familia más antigua de la nobleza española, y gestionado por Ignacio Medina y Fernández de Córdoba.

El epicentro de Oca es su gran plaza presidida por la fachada y su torre medieval. Al fondo, en ángulo recto con la vivienda, está la espléndida capilla barroca comunicada con el pazo por un precioso corredor de arcos.

Los históricos jardines del pazo de Oca, rodeados por una compacta muralla de piedra, recrean varios ambientes y poseen un importante valor botánico. En ellos destaca una larga hilera de camelias Mont Blanc que cruza casi toda la parte oeste del jardín, y un espécimen de camelia de doce metros de altura. Resulta muy interesante el jardín francés, con un gran laberinto de boj, así como los cultivos de flores y emparrados. A mitad del recorrido sorprende la belleza del puente de arcos que atraviesa el estanque, bajo el que se encuentra el embarcadero y un antiguo molino que todavía funciona. Sin duda alguna, los jardines del pazo de Oca son de los más bellos de toda Europa, por lo que han sido escenario de películas como La piel que habito de Pedro Almodóvar y La noche oscura de Carlos Saura, entre otras.

Pazo de Rubianes, en el corazón de las Rías Baixas

Rubianes quizá sea uno de los pazos menos conocidos y más mágicos de Galicia

Rubianes quizá sea uno de los pazos menos conocidos y más mágicos de Galicia

Irene González

A tan solo unos 40 kilómetros desde el pazo de Oca, se llega a Vilagarcía de Arousa, donde la camelia, por su clima suave y húmedo, se siente muy a gusto. Y en el corazón de las Rías Baixas está el pazo de Rubianes, un magnífico conjunto del siglo XII, cuando era la casa grande de García Caamaño. Con más de cinco siglos de historia, sus instalaciones, que han sufrido numerosos cambios, atesoran innumerables reliquias, obras de arte, una magnífica capilla del siglo XVI, y una importante bodega.

Los jardines de Rubianes disponen de varias zonas diferenciadas, desde el jardín afrancesado en consonancia con la fachada del pazo, pasando por el huerto, el bosque ajardinado, los viñedos y el bosque de alcornoques. Y, además, Rubianes atesora ejemplares de gran importancia botánica, como demuestra que, de los 118 árboles singulares catalogados en Galicia, 17 están en este pazo. Aun así, la reina de este pazo es la camelia, con más de 35 especies y 800 variedades que incluyen pétalos rojos, blancos y rosas, con los que se elaboran suaves jabones artesanales.

De los 118 árboles singulares catalogados en Galicia, 17 están en el pazo de Rubianes

Al parecer, la primera camelia, un regalo de los duques portugueses de Caminha, se plantó en 1.850 y, desde entonces, se han cuidado con un mimo exquisito. Ya en 1930, Dolores Urcola, marquesa de Aranda, ayudada por sus hijas, diseñó y construyó este jardín donde dedicó todo su empeño en conseguir magníficas camelias que han ganado prestigiosos concursos internacionales.

Fefiñanes y sus bodegas

Hacia el sur, a escasos 13 kilómetros, aparece Cambados. En la plaza de Fefiñanes, en pleno centro histórico, se encuentra el majestuoso pazo homónimo, lugar donde, al parecer, hasta el siglo XVIII llegaba el mar.

Fefiñanes tiene una de las bodegas más antiguas de Galicia. En ella se elabora el albariño de Fefiñanes

Fefiñanes tiene una de las bodegas más antiguas de Galicia. En ella se elabora el albariño de Fefiñanes

Irene González

Fefiñanes fue construido en el siglo XVI por un consejero de Felipe II y, al siglo siguiente, fue remodelado por el vizconde Gonzalo Valladares. Hoy pertenece a los marqueses de Figueroa. Está compuesto por dos cuerpos con forma de L, rematados con unos curiosos balcones circulares. En la parte superior de cada una de las alas del edificio podemos ver los escudos de armas de la familia y, en la parte derecha, una graciosa torre almenada. El pazo posee una de las bodegas más antiguas de Galicia, en la que se elabora el valorado albariño de Fefiñáns. Sus jardines son un auténtico bosque secreto repleto de camelias de varios colores, especies autóctonas y bojes centenarios.

Pazo de Lourizán, construido sobre una casona solariega

De camino a Pontevedra, y en apenas 30 kilómetros, se llega al pazo de Lourizán, de gran relevancia botánica y arquitectónica. Con una gran finca de 54 hectáreas, en Lourizán está el Centro de Investigaciones Forestales. Y, aunque parezca que está ubicado en un bosque lejano, se alza a tan solo tres kilómetros del centro de la ciudad. 

Caminar por los jardines de Lourizán es atravesar un mapa vegetal de camelias japonesas

Caminar por los jardines de Lourizán es atravesar un mapa vegetal de camelias japonesas

Irene González

Lourizán, que es propiedad de la Diputación, ha fraguado su propia leyenda. El motivo es el empeño de Eugenio Montero Ríos, el presidente del Consejo de Ministros durante la regencia de María Cristina, por la firma en 1898 de parte del tratado de paz que puso fin a la guerra entre España y Estados Unidos, por el que se cedió Cuba, Filipinas y Puerto Rico a Estados Unidos.

En este impresionante edificio modernista destaca su majestuosa escalinata imperial, sus enormes ventanales y columnas, y sus numerosas estatuas. El jardín botánico de Lourizán conserva especies exóticas y autóctonas, entre las que destacan las magníficas camelias Alba Plena, calificadas por los expertos como impresionantes.

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