El hielo se rompió con un crujido seco y, en un instante, el enorme cuerpo de Sly desapareció en el agua gélida. Sus patas delanteras se agitaban con desesperación mientras intentaba salir, pero el peso y la temperatura gélida del estado de Nueva York jugaban en su contra.
En la oscuridad de la noche, los gritos de quienes intentaban ayudar al caballo se mezclaban con el sonido del agua salpicando. “¡Uno, dos, tres, tira!”, se escucha en las grabaciones de las cámaras corporales de los agentes que respondieron a la emergencia. A su alrededor, un pequeño grupo se unía con un solo objetivo: sacar a Sly de allí antes de que fuera demasiado tarde.
Entre todos
La lucha por salvar a Sly
Ali Ernst no sospechó nada al principio. Sus caballos solían trotar cerca del estanque cuando los dejaba sueltos, y aquella noche no parecía diferente. Pero algo llamó su atención: al mirar de nuevo, solo quedaban dos. El tercero, su viejo compañero de 22 años, había desaparecido. Entonces lo vio, atrapado en el agua helada, luchando por mantenerse a flote. Sin perder tiempo, corrió hacia él mientras marcaba frenéticamente el teléfono en busca de ayuda.
Cuando el agente Kyle Clinton llegó al lugar, Ernst ya estaba en el hielo, sosteniendo la cabeza del caballo para evitar que se sumergiera. El frío le calaba los huesos, pero no lo soltó. Clinton saltó para ayudarla, y pronto se les unieron más personas: vecinos, familiares y otros dos agentes.
La única opción era tirar de Sly con cuerdas, pero aquello no era sencillo. “Estaba perdiendo la batalla para mantenerlo por encima del agua”, confesó Ernst días después en una entrevista. Pero la perseverancia dio sus frutos.
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Primero ataron una cuerda alrededor de su cabeza, luego lograron sujetar una de sus patas traseras. “Eché toda la cuerda en el agujero y simplemente comencé a tirarla de vuelta con la esperanza de que atrapara una pata trasera, y lo hice, y todos comenzamos a tirar”, explicó. Con un último esfuerzo coordinado, el caballo emergió del agua y, tras unos minutos en el suelo, consiguió ponerse de pie.
La batalla no terminó allí. Sly fue trasladado al Hospital Equino Rood & Riddle, donde recibió tratamiento por hipotermia. Pasadas unas horas, su temperatura se estabilizó y, para el miércoles, ya estaba de regreso en casa. Desde entonces, Ernst ha tomado precauciones para evitar otro susto. “Ahora hay una cerca eléctrica alrededor del estanque”, comentó.