“Esto es un nido de orugas que puede matar a tu perro”, empieza contundente el veterinario Tomás Palomares en una de sus publicaciones en redes sociales. En este, habla sobre las oruga procesionarias: animales que pueden parecer inofensivos, pero que pueden acabar con la vida de nuestras mascotas.
El experto advierte que, en estos momentos, nos encontramos en plena temporada en la que estos animales suelen encontrarse por las calles, especialmente en zonas con vegetación, como bosques o parques. “Si ves alguno, aléjate”, pide el veterinario.
El experto explica por qué estas orugas son tan peligrosas para los perros: “Están cubiertas por miles de filamentos urticantes con una toxina”, aclara. Además, explica que suelen encontrarse unas detrás de otras porque la cabeza es la única parte que no tiene estos filamentos y es su forma de protegerse.
“El problema viene cuando a nuestro perro o gato le parece interesante esta fila de larvas que se mueve y se acerca a investigar”, apunta Palomares, que deja claro que “las toxinas de esta oruga pueden provocar irritación en toda la cara, patas y ojos e incluso, si llegan a lamerlas, puede crear una necrosis en la lengua, dificultad para tragar y respirar”: un shock que puede acabar con sus vidas, asegura.
El veterinario insiste en que, si nuestras mascotas entran en contacto con estas orugas, “siempre será una urgencia”, por lo que deberemos ir al veterinario sí o sí. Sin embargo, añade que, mientras se está llegando a la clínica, se puede hacer algo para que nuestra mascota tenga más probabilidades de sufrir menos daños.
Reacciones en redes
“¡Muchas gracias por la información!”
Tomás Palomares explica que “podemos empezar a neutralizar la toxina echando agua caliente sobre la zona afectada”. “Muy importante que siempre sea de dentro hacia fuera para que no la ingieran”, destaca el experto.