La relación entre nuestras mascotas es más importante de lo que parece. Introducir en casa un peludo nuevo puede suponer un antes y un después en la vida de la mascota que ya convivía con nosotros desde hace tiempo.
Por ese motivo, es necesario llevar a cabo un seguimiento de la actitud y el comportamiento de nuestros peludos, con un objetivo en mente: detectar aquellas señales que nos indican que algo no anda bien.
La etóloga felina Pilar Guerrero ha compartido una lección que trata este tema. La experta asegura que un gran número de clientes deciden trabajar con ella porque sus gatos se llevan mal: “Al principio todo iba bien y no había ningún problema. Sin embargo, a medida que ha pasado el tiempo y sin hacer ningún cambio los gatos han empezado a llevarse cada vez peor” cuenta Pilar, ilustrando esta situación con un caso que le ha llegado a consulta.
La experta felina asegura que los gatos se adaptan a priori a lo que haya, pero no es una adaptación real: “Es un 'bueno, me voy a conformar con esto de momento'” cuenta Guerrero. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo el gato comienza a sentirse más inseguro: “Comienza a pensar que el otro gato le va a quitar territorio, y se va incrementando en su mente esta sensación de inseguridad”.
Pilar Guerrero: “No hace falta que hagamos algún cambio para que dos gatos empiecen a llevarse mal”
Ante esta desafortunada situación, la etóloga felina lo tiene claro: algo no está del todo correcto en nuestro hogar, por lo que es cuestión de tiempo que los gatos empiecen a cansarse y se rebelen a través de peleas.

