El ritmo lo marcan cuatro cachorros de golden retriever que golpean cacerolas con una coordinación que, según muchos, supera la de más de una banda de humanos. Lo hacen con ayuda, claro, pero el mérito sigue siendo suyo: nadie esperaba que estos perros de apenas seis semanas tuvieran tanta soltura moviendo las patas al compás.
La idea ha tenido un efecto inmediato. En cuanto se publicó el vídeo, las reacciones empezaron a multiplicarse. Hay quien asegura que pagaría por verlos en directo.
Aunque el planteamiento es sencillo —cuatro perros golpeando ollas mientras una persona los acompaña para mantener el ritmo—, la escena ha tenido un impacto considerable. Lo que parece una broma bien grabada ha terminado convirtiéndose en uno de los contenidos más compartidos de los últimos días.
Grandes músicos
Preparados para hacer una gira
A diferencia de otros vídeos virales que desaparecen en pocas horas, este ha acumulado miles de comentarios en unos días. Algunos incluso fantasean con una gira internacional o conseguir sus autógrafos. Hay quien directamente escribe: “Yo pagaría por ver uno de sus conciertos”.
Uno de los requisitos para formar parte de esta banda canina es que cada miembro tenga un tamaño ligeramente mayor que el utensilio que usa como instrumento. Esto no solo permite una imagen más equilibrada, también hace que el movimiento sea más fluido y fácil de seguir. A pesar de que la ejecución depende de una coordinación con el acompañante humano, la atención se la llevan por completo los perros: “Tendrían que hacer una audición para Got Talent”.
El vídeo juega con la sorpresa desde el primer momento. Al principio solo se ve a uno de los cachorros, pero la cámara va desplazándose hasta descubrir a los cuatro, perfectamente alineados, cada uno con su olla. La armonía entre los movimientos, la expresión atenta de los animales y la reacción del público han creado una fórmula que, por ahora, funciona.
Nadie sabe si habrá más entregas o si quedará como una anécdota viral, pero el clip ha dejado claro que una buena idea, por simple que parezca, puede convertirse en todo un fenómeno.