Silvia Llop, psicóloga: “Según el vínculo y cómo vivas el duelo, perder a una mascota puede doler más que perder a un familiar”

Duelo animal

En España no existe un permiso retribuido laboral específico por la muerte de un animal compañero

Sin embargo, están comenzando iniciativas de empresas que conceden la baja por este motivo

Silvia Llop, psicóloga

Silvia Llop, psicóloga

Laura Villarreal

El día que mi padre llevó a Pepe a sacrificar, el hombre no se imaginaba que, en el preciso momento en que el líquido del sueño eterno entraba por las venas de aquel inefable bóxer, iba a dar comienzo una de las épocas más tristes de su vida. La más triste, diría yo. Más, si cabe, que cuando murió su madre, mi abuela, unos años antes. Entonces mi padre lloró y faltó al trabajo y asumió lo que era ley de vida. Pero con Pepe, lloró y al día siguiente fue a trabajar, y los meses pasaron y el vacío creció un poco más cada día.

Porque la muerte de una persona es un suceso terrible, pero a la de un perro, se le suma: 1) Que no puedes echarle nada en cara, ni un desprecio, ni un ápice de envidia, ni una salida de tono. Y 2) Que acontece demasiado pronto, cuando nuestro compañero de pelo y patas apenas tiene diez, doce o, a mucho estirar, catorce años de nada. Un maldito suspiro para un ser tan maravilloso. Sólo quien lo haya vivido lo entenderá.

En España no existe un permiso retribuido laboral específico por la muerte de un animal compañero

En España no existe un permiso retribuido laboral específico por la muerte de un animal compañero

Getty Images/iStockphoto

Volviendo a mi padre, si Pepe murió a finales de septiembre, en marzo del año siguiente, el hombre seguía sin levantar cabeza. Un poco culpable sí que se sentía, por haberle afectado la falta de su perro tanto o más que la de su progenitora. La psicóloga Silvia Llop disculparía a mi padre y a todas aquellas personas a las que les ha sucedido esto: “Dependiendo de la relación que tuvieras con esa persona o de cómo proceses el fallecimiento, puede afectarte más la pérdida de un animal que de un familiar. Al familiar puede que lo quisieras un montón pero no tenías la misma convivencia constante. Ese espacio de tu vida que llenan los animales es tan grande que la pérdida cuesta mucho de asumir porque no sólo se siente en el corazón, sino que también se nota en cada rincón de la casa”, me decía no hace mucho. 

Dependiendo de la relación que tuvieras con esa persona o de cómo proceses el fallecimiento, puede afectarte más la pérdida de un animal que de un familiar

La psicóloga Silvia Llop, especializada en relaciones de pareja, nos habla del papel de los animales en los procesos de duelo
Silvia Lloppsicóloga

Un estudio reciente de una aseguradora de animales dice que el 93 % de los españoles considera a su “mascota” como un miembro más de la familia. Este porcentaje supone cinco puntos más que los resultados del informe anterior. Lo de “mascota”, entre comillas, porque siempre me pareció terrible ese calificativo para un compañero de vida.

El duelo por un animal, aún no contemplado por la ley

Sin embargo, pese a dolernos tanto la falta de nuestros amigos peludos, no existe en España un permiso retribuido laboral específico por la muerte de un animal compañero. O de un compañero animal, si se quiere. De momento, si éste fallece y necesitas ausentarte del trabajo para hacer el duelo o las gestiones para su incineración o entierro hay que pedir al jefe días de los que están destinados para asuntos propios, siempre que la empresa tenga establecidos esos días de libre disposición y estén recogidos en el convenio colectivo, o cogerse un día de vacaciones, revisando antes la política de vacaciones de la empresa en cuestión.

De momento, si muere nuestro animal hemos de acogernos a los días para asuntos propios o vacaciones, según las políticas de cada empresa

Los únicos permisos retribuidos en España son los que se especifican en el artículo 37.3 b) del Estatuto de los Trabajadores: “Dos días por el nacimiento de un hijo y por el fallecimiento, accidente o enfermedad graves, hospitalización o intervención quirúrgica sin hospitalización que precise reposo domiciliario, de parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad. Cuando con tal motivo el trabajador necesite hacer un desplazamiento al efecto, el plazo será de cuatro días”.

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Teniendo en cuenta que en nuestro país hay más perros que niños, 1,5 canes por cada infante menor de 14 años, según datos del INE y de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC), el trago de la pérdida de un perro lo van a tener que pasar cada vez más trabajadores. No sería extraño, pues, que las empresas se adaptaran a esta situación, también siendo fieles a lo que promulgan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 3 y 8: las empresas deben contribuir al bienestar de los trabajadores y al trabajo decente, lo cual implica velar también por su bienestar emocional.

El duelo por un animal es un duelo real que puede resultar incapacitante emocionalmente como el de perder a una persona, y merece ser reconocido y acompañado con sensibilidad

Esther Rodriguezresponsable de la comunicación de Patitas & Co

Más allá de nuestras fronteras, se están impulsando iniciativas legislativas para otorgar permisos laborales por la muerte de mascotas, reconocidos como un duelo válido y necesario para el bienestar emocional de las personas. En Chile, por ejemplo, existe la Ley Duque, un proyecto de ley que quiere otorgar un día de permiso laboral y escolar en caso de fallecimiento de un animal. El proyecto lleva el nombre de “Duque” en honor a la mascota del periodista que impulsó la iniciativa. Otros países como Colombia y Argentina también están considerando la creación de leyes similares para otorgar algunos días de permiso remunerado por la muerte de un animal de compañía. Y en Estados Unidos, aunque la legislación laboral no incluye disposiciones específicas al respecto, algunas empresas pet-friendly dan a sus empleados un número determinado de días libres con goce de sueldo, similares a las licencias por duelo por muerte de familiares. En Nueva York se ha propuesto una medida que permitiría a los trabajadores tomarse hasta 56 horas de permiso laboral para cuidar a sus mascotas o hacer el duelo por su muerte.

Más allá de nuestras fronteras, se están impulsando iniciativas legislativas para otorgar permisos laborales por la muerte de mascotas

Más allá de nuestras fronteras, se están impulsando iniciativas legislativas para otorgar permisos laborales por la muerte de mascotas

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Una iniciativa pionera en España

Mientras no cambia la regulación laboral en nuestro país, ya están surgiendo iniciativas de empresas concretas para ayudar a los empleados a pasar el duelo por sus perros o gatos. Es el caso de un comercio de alimentación para animales de Madrid que permite, desde la semana pasada, tres días de ausencia retribuida a sus trabajadores por el fallecimiento de sus amigos peludos: “Es un duelo real, que puede resultar incapacitante emocionalmente, como el de perder a una persona, y merece ser reconocido y acompañado con sensibilidad”, explica Esther Rodriguez, responsable de la comunicación de Patitas & Co.

Por suerte, aún nadie ha tenido que acogerse a esta iniciativa, ya que la medida es muy reciente. Aun así, ha sido muy bien recibida, especialmente por parte del equipo que tienen animales mayores o enfermos: “Muchos nos han expresado lo tranquilizador que es saber que, llegado el momento, contarán con este espacio para gestionar su duelo sin presiones”, concluye Esther.

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