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Este gato sabe que va al veterinario y huye al único sitio desde donde no pueden alcanzarle: “Definitivamente se está burlando”

Listo como él solo

El felino se encaramó a lo más alto de los muebles de la cocina y evitó que lo pudieran atrapar para ir a su revisión

Pilar Guerrero, etóloga felina: “No se necesitan más juguetes, necesitas una estrategia real para que los que tienes vuelvan a funcionar”

Cody parece disfrutar de esta situación

Algunos animales parecen detectar cualquier plan que implique ir al veterinario mucho antes de que ocurra. Reconocen sonidos, movimientos o gestos y, en cuanto se percatan, reaccionan con estrategias que van desde la escapada repentina hasta la ocupación de lugares imposibles de alcanzar.

En algunos casos, estos momentos se convierten en algo que roza la comedia, con gestos que parecen más propios de un desafío personal que de una simple huida. Es en ese punto cuando la frontera entre el instinto y algo que se asemeja a la burla se vuelve difícil de trazar.

Se salió con la suya

El mejor plan para escapar del veterinario

Eso es lo que ocurrió con Cody, un gato atigrado que vive en Estados Unidos y que decidió poner en práctica su método infalible para evitar un chequeo veterinario. Según mostró su dueña en un vídeo difundido en TikTok, el animal escaló hasta la parte superior de los muebles de la cocina, un espacio en el que suele pasar horas y desde el que podía observarlo todo sin que nadie pudiera alcanzarle.

La grabación muestra cómo el felino permanece inmóvil en su refugio elevado, ajeno a los intentos de su propietaria por convencerle de bajar. En ese momento, Cody realiza un leve giro de cabeza que, para muchos espectadores, fue la confirmación de que estaba disfrutando de la escena. ”Definitivamente se está burlando”, aseguraron. 

Entre las reacciones que acumuló la publicación, una usuaria comentó que “el contacto visual y el giro de ojos” eran pura provocación. Otra persona señaló que “el bostezo y el giro de ojos” parecían una respuesta muy clara. También hubo quien identificó el gesto del gato con el personaje del gato de Cheshire de la obra de Lewis Carroll.

Algunos sugirieron directamente que lo mejor era posponer la cita, como el que escribió que “más vale reprogramar ahora mismo”. Otro aportó un consejo para estos casos, recomendando que se deje el transportín visible con una manta y algunos premios semanas antes, para que el animal lo perciba como algo familiar, y así el día de la visita se pueda cerrar la puerta sin que suponga un cambio brusco.

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La anécdota, que acumuló miles de interacciones, dejó clara la habilidad de Cody para anticiparse y actuar a su manera cuando algo no le conviene. En este caso, su escondite y su actitud terminaron por ganarle tiempo extra antes de acudir al veterinario.