Una curiosa estampa se repite cada vez que la golden retriever entra al agua: sus crías adoptivas, un grupo de patitos y hasta una gallina, se suben a su lomo como si aquello fuera la barca más segura del lugar. El animal nada sin inmutarse mientras los pequeños se acomodan, ya sea sobre su espalda o incluso en la cabeza.
La imagen de todos juntos en la piscina convierte el baño en algo parecido a un paseo acuático, con la perra asumiendo el papel de madre sin importar la especie de los que la acompañan.
Sin molestar
La convivencia insólita dentro del agua revela cómo cada ave encuentra su sitio
La convivencia entre el perro y las aves se refleja en cada movimiento dentro del agua. Cuando la perra avanza con suavidad, los patitos se agrupan sobre ella para no gastar fuerzas, y la gallina encuentra espacio en el mismo sitio, convertida en pasajera habitual.
Incluso se da la situación de que uno de los patitos suba encima de la gallina mientras esta se mantiene sobre la perra, formando una especie de torre que sorprende a cualquiera que lo vea.
El día de piscina se completa con juegos sencillos que no rompen la calma de la escena. La perra nada tras una pelota de tenis y, al mismo tiempo, transporta a los patitos sin que ellos tengan que moverse demasiado. El resultado es una imagen que combina diversión y cuidado, con la golden retriever actuando como soporte inagotable para el pequeño grupo que depende de ella.
La secuencia se repite en distintos momentos y deja claro que los animales han creado un hábito. Los patitos esperan el momento de lanzarse al agua solo cuando su protectora ya está dentro, mientras la gallina aprovecha para trepar a su lomo y asegurarse un lugar seco. Todo transcurre en la piscina, convertida en un espacio donde cada uno sabe qué papel le corresponde.
En redes sociales, varios usuarios reaccionaron a las imágenes con comentarios entre la ternura y la broma. Uno de ellos señaló: “Ese barco se hunde, pero ellos no lo saben”. La retranca de algunos internautas completó así una historia con un perro que, sin proponérselo, ha terminado ejerciendo de flotador oficial en la piscina.