La antrozoóloga Paula Calvo ha querido tocar un tema que sorprende a muchos dueños de perros, y es que tal y como ella comenta: “Muchos perros sí podrían sobrevivir sin nosotros porque conservan capacidades heredadas de sus ancestros, como cazar, orientarse, adaptarse y resolver situaciones complejas”. Según Calvo, la supervivencia de estos animales no depende únicamente de la relación con los humanos, sino de habilidades que llevan siglos desarrollando.
Pone un ejemplo de una perrita perdida en Australia
Los perros mantienen sus capacidades de supervivencia intactas
Para ilustrar esta idea, Paula Calvo relata un caso real: “Valerie es una perrita salchicha, una mini dachshund, que se perdió en Kangaroo Island, en Australia. Pasó sola nada menos que 529 días en la naturaleza, más de un año y medio. Y cuando la encontraron no estaba ni desnutrida, ni enferma, ni asustada. Al contrario, estaba fuerte, musculada, con el pelo brillante, la piel perfecta y los dientes impecables”. Este ejemplo demuestra que los perros, incluso domesticados, pueden mantener capacidades de supervivencia asombrosas.
La antrozoóloga explica que “esto no es solo una anécdota. La ciencia lleva tiempo demostrando que los perros, aunque domesticados, siguen conservando muchas habilidades de sus ancestros: capacidad de caza, orientación, adaptación al entorno, incluso estrategias sociales para relacionarse y sobrevivir”. Según Calvo, estas capacidades permiten a muchos perros enfrentarse a situaciones complejas sin intervención humana directa.
los perros no buscan dependencia, sino calidad de vida
Sobrevivir no es lo mismo que vivir bien
Sin embargo, la experta advierte que la verdadera pregunta no es si pueden sobrevivir, sino cómo viven: “Sobrevivir no es lo mismo que vivir bien. No es lo mismo sobrevivir que vivir con bienestar emocional, con vínculos seguros, con tranquilidad, con juego, con salud y con respeto”. Paula Calvo subraya que los perros no buscan dependencia, sino calidad de vida.
“Eso es lo que de verdad necesitan de nosotros. No dependencia, no control. Necesitan calidad de vida”, añade la antrozoóloga, destacando que la función del humano no es suplir sus habilidades innatas, sino garantizar su bienestar integral. La convivencia entre perros y personas, por tanto, no se basa en la supervivencia, sino en ofrecer un entorno seguro y enriquecedor.