Algunos perros parecen tomarse demasiado en serio lo de ser el mejor amigo del hombre, sobre todo cuando en la ecuación entra la pareja de su dueña. La complicidad entre los animales y las personas puede llegar a ser tan fuerte que en ocasiones se traduce en escenas divertidas de celos o de competencia por la atención.
Estas situaciones, que muchas veces quedan recogidas en grabaciones caseras, sirven para mostrar cómo los animales se integran en la vida cotidiana de maneras que no siempre se esperan. Y precisamente en esa línea encaja lo que ocurrió con una golden retriever que no dudó en ponerse en el centro de la relación sentimental de su dueña.
Encantada de la vida
Una perra se mete de lleno en la vida sentimental de su dueña
La grabación, publicada en TikTok, aparece acompañada de un mensaje irónico que resume la situación: “Nada da más miedo que la perra que te roba al novio”. En ella, la perra se acomoda sin complejos en los brazos de la pareja de su dueña mientras mantiene la mirada fija hacia la cámara, como si estuviera lanzando un desafío.
El vídeo se acompaña de una versión modificada de la canción Diva de Beyoncé, lo que refuerza aún más el tono desenfadado de la escena. Por si fuera poco, el chico le va dando besos al animal, por lo que el cariño es recíproco.
El gesto del animal fue interpretado por muchos internautas como una forma descarada de marcar territorio. Algunos comentaron con frases que imaginaban en boca de la perra. Uno de ellos escribió que parecía decir: “Ojalá fueras tú, ¿verdad?”. Otro añadió que la actitud transmitía lo siguiente: “Dijo: No compitas donde no puedes compararte”.
Más allá de los comentarios humorísticos, varios usuarios reconocieron sentirse identificados porque aseguraban que sus propios perros hacen exactamente lo mismo. Algunos explicaron que sus perras se acercan con insistencia a sus parejas cuando ellas están delante, como si quisieran dejar claro que también compiten por el afecto.
En este caso nadie duda de que se trata de un gesto inocente, aunque lo que más destacó fue la naturalidad con la que la golden retriever se acomodó sobre el brazo del chico, ajena a cualquier tipo de rivalidad.
