Una mujer encuentra un pug asustado en su jardín y acaba convirtiéndose en su mejor amiga: “La idea de devolverlo ni siquiera pasó por mi mente”
Para siempre
Al principio no dejaba que nadie se acercara, pero la paciencia y la calma de quien lo había encontrado fueron suficientes para que el pequeño pug empezara a sentirse seguro y mostrara su carácter juguetón
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En lugar de avisar a las autoridades o esperar a que alguien lo reclamara, la mujer optó por cuidarlo y buscarle una nueva oportunidad
Algunos perros terminan encerrados sin que nadie sepa cómo han llegado hasta allí. A veces se cuelan por una valla, otras se asustan y buscan refugio donde encuentran una puerta abierta. En todos los casos, su primera reacción es la misma: miedo. No entienden qué ocurre ni por qué de repente se encuentran solos en un lugar desconocido.
Esa situación, que mezcla desconcierto y vulnerabilidad, puede cambiar por completo cuando alguien decide actuar con empatía y quedarse a su lado hasta que todo se calme. Así empezó también la historia de un pequeño pug que acabó encontrando una nueva vida gracias a una mujer que lo descubrió en su jardín.
De miedo a confianza
Una mujer convierte un susto en el comienzo de algo bonito
Ashley no tenía previsto adoptar a ningún animal. Sin embargo, al ver a aquel pug acurrucado junto a la valla de su jardín, comprendió que necesitaba ayuda. Grabó un vídeo en el que se veía al perro temblando y lo llevó enseguida al veterinario para comprobar si tenía microchip. Según contó en esa publicación, la búsqueda de un posible dueño no dio resultados, y el vínculo entre ambos se fortaleció en cuestión de horas.
Este pug se quedó atrapado y le cambió su vida
En esa misma publicación explicó que “la idea de devolverlo ni siquiera pasó por mi mente”. Esa frase, que pronunció mientras sostenía al pug en brazos, resumía la decisión que había tomado: quedarse con él, al menos hasta averiguar si alguien lo reclamaba. Algunos usuarios comentaron que el animal parecía muy bien cuidado y que tal vez se había escapado, mientras otros estaban convencidos de que había sido abandonado.
Ashley decidió llamarlo Pugsley Addams. El veterinario estimó que tenía entre dos y cuatro años y destacó su carácter tranquilo y cariñoso. En los vídeos que publicó después se veía al perro descansando en casa, ya relajado y confiado. Una internauta resumió el sentimiento general con un mensaje que decía: “Me encanta que ni se te pasara por la cabeza dejarlo. Es muy tierno”.
Aunque aún no se sabe si el antiguo dueño aparecerá, todo apunta a que Pugsley ha encontrado el lugar donde quedarse. Su historia muestra cómo un simple gesto puede transformar la vida de un animal asustado en una de calma y compañía.