La sensibilidad animal no depende solo de los sentidos que conocemos. Muchos perros que pierden la vista desarrollan una percepción distinta, guiada por el oído, el olfato y una memoria afectiva que les permite orientarse y reconocer a las personas con una precisión sorprendente.
En ellos, el contacto físico adquiere un valor especial: una caricia, una voz cercana o un roce en el lomo se convierten en señales de seguridad y calma. Esa forma de comunicación basada en el tacto es la que define la relación entre una mujer y su perro ciego, un golden retriever llamado Daredevil.
Contacto constante
Un perro ciego se aferra a las caricias de su cuidadora como única forma de orientarse
En una grabación difundida por su cuidadora, se ve cómo el animal busca su mano cada vez que deja de acariciarlo. La mujer explicó en el texto que acompañaba la publicación: “Por eso nunca consigo hacer nada. Le acaricio todo el día”. Su frase resume el grado de atención que dedica a su compañero, que no tarda en moverse inquieto cuando deja de sentirla cerca.
Según describió en la misma publicación, Daredevil padece nistagmo, una alteración que provoca “movimiento de los ojos hacia adelante y atrás o en círculos, fuera del control del perro”, tal como define PetMD. En el vídeo, sus ojos se mueven con rapidez mientras trata de localizar a su dueña. En cuanto vuelve a sentir sus manos, se relaja por completo.
Entre quienes vieron la grabación, muchos destacaron la ternura del gesto. Un usuario comentó: “Voy a pedirte que nunca dejes de acariciarlo. Por favor y gracias”. Otro añadió: “Por favor, no dejes de acariciarlo nunca”. Y un tercero escribió: “De acuerdo, esto significa que nunca podrás dejar de acariciar a ese ángel”.
Incluso hubo quien se ofreció a ayudar. “Podemos turnarnos si necesitas descansar”, propuso otro internauta con humor. La reacción general fue de cariño y empatía hacia el animal, cuyo comportamiento muestra hasta qué punto los perros son capaces de percibir el afecto sin necesidad de ver.
En casa, Daredevil no depende solo de su dueña. En otra grabación aparece recibiendo mimos de otra persona, prueba de que el afecto no le falta y de que su mundo, aunque sin luz, está lleno de atención y compañía.
