Paula Calvo, antrozoóloga, sobre las 5 señales que demuestran que tu gato puede estar estresado: “Se puede reducir con entorno, vínculo y comprensión”
Consejos útiles
Entender, acompañar y adaptar el entorno son las bases para reducir el estrés felino y fortalecer la relación con nuestros animales
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Paula Calvo, antrozoóloga, sobre las 5 señales que demuestran que tu gato puede estar estresado: “Se puede reducir con entorno, vínculo y comprensión”
Si ves que tu gato está más irritable, o se esconde más de la cuenta, o simplemente crees que se está comportando de manera rara sin un motivo aparente, puede que esté sufriendo de estrés.
Así lo ha explicado en uno de sus videos subidos a redes sociales Paula Calvo, doctora en antrozoología, la disciplina que estudia la relación entre humanos y animales, que lleva años investigando la conducta felina y el vínculo emocional entre personas y gatos. El estrés en los gatos puede manifestarse de diversas maneras y es importante saber interpretar correctamente su lenguaje corporal para detectarlo.
Los gatos comunican su malestar con su comportamiento
Como explica Paula Calvo, los gatos no pueden comunicar su malestar con palabras, por lo que sus comportamientos son la clave para detectar que algo no va bien, y hay cinco señales principales que muestran que están sufriendo estrés. La primera es que se esconda más de lo habitual, especialmente si antes pasaba tiempo con sus dueños y ahora, en cambio, se aísla durante horas. La segunda son los “cambios en la eliminación”. Es decir, actos como orinar fuera del arenero no son síntomas de rebeldía, sino “una forma de decirnos que algo no está yendo bien”. La tercera señal es la variación en el apetito: “Puede comer menos o incluso dejar de comer por completo si el estrés es intenso”. La cuarta, es el exceso de acicalamiento. Si el gato “se lame compulsivamente una zona, incluso hasta provocarse calvas”, puede ser un indicativo de ansiedad. Y la quinta, la agresividad repentina o defensiva: “Si tu gato empieza a bufar, golpear o morder sin que antes lo hiciera, no es que se haya vuelto malo, es que está desbordado”.
¿Qué debemos hacer si nuestro gato sufre estrés?
Calvo recuerda que el primer paso siempre debe ser descartar un origen físico del problema: “Comprueba con tu centro veterinario que no haya ninguna enfermedad que esté afectando a tu gato. Conviene hacer un chequeo general para descartar causas orgánicas de esos cambios en el comportamiento”.
Hay estudios recientes en etología y bienestar animal que confirman que el estrés felino es una de las principales causas de alteraciones de conducta, y que además suele venir provocado por cambios ambientales, un entorno poco estimulante, una relación inadecuada con los humanos o conflictos con otros gatos. Además, está demostrado que los factores ambientales como ruidos, reformas, mudanzas o la llegada de nuevos animales al hogar pueden afectar directamente al comportamiento y a la salud inmunológica de los felinos, pudiendo incluso provocarles anorexia.
Así pues, por todos estos motivos, la antrozoóloga ha insistido mucho en la importancia del vínculo humano-animal: “se puede reducir con entorno, vínculo y comprensión”, explica, mientras anima a hacer cambios para ayudar al bienestar del animal. “Revisa cambios recientes en casa, ruidos, personas, animales nuevos, reformas. Asegúrate de que tiene refugios tranquilos donde sentirse a salvo en casa. Juega e interactúa más con él, pero sin forzar el contacto y, sobre todo, no le castigues y no le ignores”, concluye.