Claves para cuidar a perros mayores de 10 años: dieta, ejercicio, paseos y rutinas
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Según la veterinaria Mamen Muñoz, el ritmo de envejecimiento es diferente para cada perro, pero es un proceso natural, biológico y gradual, y en ningún momento envejecimiento es igual a enfermedad

Según la veterinaria Mamen Muñoz, el ritmo de envejecimiento es diferente para cada perro, pero es un proceso natural, biológico y gradual, y en ningún momento envejecimiento es igual a enfermedad.

“Los perros se pueden considerar 'senior' a partir de los 7 años, aunque la edad exacta depende de su tamaño y raza. Por lo general, los perros de razas grandes y gigantes se consideran seniors más temprano (alrededor de los 6-7 años), mientras que las razas pequeñas y medianas lo hacen más tarde (entre los 8 y 12 años)”, explica la veterinaria Mamen Muñoz. En esta etapa necesitan cuidados especiales, ya que pueden aparecer algunos cambios normales en la edad o enfermedades, por lo que es importante aumentar o adaptar algunos cambios en casa y controles veterinarios
“Puede aparecer enfermedades propias de la edad, disminución de la actividad, aumentar las horas del sueño, puede haber cambios en las necesidades físicas y estimulación mental”. A su vez, también se puede observar cambios de comportamiento por encontrarse más incómodos por alguna molestia o dolor, como por ejemplo más ladridos, gruñidos o no querer subir al sofá o a la cama.
Según la especialista, el ritmo de envejecimiento es diferente para cada perro, pero es un proceso natural, biológico y gradual, en ningún momento envejecimiento es igual a enfermedad. Lo que sí hay que estar más pendiente a esos cambios y revisiones para mantener la calidad de vida hasta el final.

“Es una etapa muy bonita, porque vemos un perro más maduro, más sabio, más en paz, pero a la vez tenemos que estar más pendiente de sus cuidados y hoy en día tenemos la suerte de contar con compañeros veterinarios y pruebas más actualizadas en estos cuidados como fisioterapeutas, nutricionistas, etólogos, oncólogos, diagnósticos por imagen avanzados…”, apunta. Además, es un momento donde es fundamental mantener una alimentación adecuada para prevenir de enfermedades crónicas, ralentizar síntomas de enfermedades, aumentar la expectativa de vida, retrasar el envejecimiento y mantener el peso óptimo.
Para ello, “la dieta es ideal que sea a través de ingredientes naturales y de calidad, preferiblemente a una temperatura caliente para que lo digieran mejor, blandita porque a veces les cuesta masticar, que tenga buena hidratación y que sea adaptada a las necesidades o patologías asociadas”, aconseja. Además, suele ser aconsejable que la dieta tenga una veriedad de carnes, vísceras, verduras y suplementos. “Recuerda que una dieta baja en proteína en exceso si el animal no lo necesita por prescripción veterinaria, provocará una pérdida de masa muscular y un sistema inmune debilitado”.
En cuanto a los suplementos, son “ideales aquellos ricos en antioxidantes, antiinflamatorios y enfocados en el cuidado intestinal para mantener un adecuado sistema inmune, como por ejemplo: frutos rojos, omega-3, aceite de coco, cúrcuma, prebióticos y probióticos, algas, caldo de huesos”.
Actividad
Por otro lado, los paseos se deben hacer teniendo en cuenta las necesidades del perro, incluso hay algunos que no pueden moverse con facilidad, a “ellos podemos darles un paseo en un carrito, porque aunque estén más débiles físicamente, necesitan recibir información de su entorno y esto le ayuda a estimular su actividad mental”, apunta. En estos casos, es posible que haya que reducir los paseos y habituarles un lugar dentro de casa donde puedan hacer sus necesidades. “Pueden usarse empapadores o una caja con hierbas. Y si tienen alguna lesión o problema locomotor, es ideal ir a rehabilitación con un veterinario especializado en fisioterapia”.
También es importante seguir estimulando su mente para prevenir del “síndrome de disfunción cognitiva (es similar al alzheimer en humana) y además como reducimos paseos, les viene bien para relajarse. Podemos satisfacer esa necesidad a través de juguetes interactivos (comprados o hechos manualmente), enseñándole habilidades nuevas, a través de un juego de olfateo o llevándolo a algún lugar nuevo”, explica Muñoz.
Durante esta etapa es normal que les cueste gestionar emociones, ya que suelen sentirse “más inseguros”. En estos casos, es importante acompañarlos y tener paciencia. “Su rutina también cambiará, duermen más durante el día y a veces les cuesta dormir por la noche, si esto le afecta y va aumentando, hay que valorar junto a un veterinario el nivel de síndrome de disfunción cognitiva por si necesitara algún suplemento o medicación”.
En casa, también les puede ayudar un mayor control sobre el entorno porque en general, disminuyen la capacidad de sus sentidos, ven menos, escuchan menos, se orientan un poquito peor. “Les puede ayudar poner algún aroma en las diferentes habitaciones, poner alfombras para que no se resbalen, tocar o hacer algún gesto para llamarlo o comunicarte con él…”, apunta.
Y por último, a nivel de salud, las revisiones veterinarias pueden aumentar y la mejor forma de coger enfermedades a tiempo es ir a sus chequeos con mayor frecuencia. La especialista recomienda una revisión general y analítica de sangre cada 6 meses y a partir de ahí, ecografísa, radiografías, citologías o analíticas de orina, según sean necesarias.
En definitiva el objetivo siempre es buscar la mejor calidad de vida “apoyándonos en varias terapias y cuidados, para ello es importante confiar en nuestro veterinario, hacer chequeos periódicos y acompañarlo a través de nuestra presencia y vínculo en esta etapa tan bonita y tan delicada”, sentencia la veterinaria Mamen Muñoz.
Para esta respuesta se ha consultado con profesionales veterinarios y especialistas de la red de Pets & Vets. La información proporcionada se basa en criterios generales y recomendaciones orientativas. En ningún caso sustituye una consulta veterinaria personalizada, necesaria para valorar cada caso de forma individual, integral y clínica.
