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“Cada vez más estudios confirman que los gatos pueden desarrollar demencia al envejecer, con síntomas similares a los humanos”: así avanza la investigación sobre el deterioro cognitivo felino

Ciencia

Al igual que los humanos, los gatos experimentan un deterioro cognitivo a medida que envejecen, lo que puede provocar demencia: ¿cuáles son los signos y cómo puedes ayudar mejor a tu gato mayor?

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YULIYATABA

Muchos dueños de gatos desconocen que, al igual que los humanos, los gatos pueden sufrir demencia. Un artículo científico reciente incluso destacó muchas similitudes entre la demencia felina y la humana, concluyendo que el deterioro cognitivo puede desarrollarse de forma similar

Algunos síntomas de demencia en gatos son incluso similares a los observados en humanos, pero no todos, por supuesto. Es importante conocer las señales a las que prestar atención para poder brindarle el mejor cuidado a su mascota durante esta etapa de su vida.

El síndrome de disfunción cognitiva felina (también conocido como demencia felina) es un deterioro de las capacidades cognitivas de los gatos relacionado con la edad. Generalmente, se caracteriza por cambios de comportamiento que no pueden atribuirse a otras afecciones médicas.

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Se ha informado que la demencia felina es muy común en gatos mayores. Un estudio reveló que, a los 15 años, más de la mitad de los gatos presentaban signos de demencia. Sin embargo, también se han observado algunos comportamientos asociados con esta afección en gatos de tan solo 7 años. Otra encuesta a dueños de gatos también reveló que aproximadamente el 28 % de los gatos de entre 11 y 14 años mostraron al menos un cambio de comportamiento asociado con la demencia. (Nota del editor: La esperanza de vida de un gato doméstico varía entre 13 y 20 años).

Comportamientos y señales

Los cambios de comportamiento suelen ser las primeras señales de que podría haber un problema. Hay ocho señales a las que prestar atención que podrían indicar que su gato sufre demencia. Una de ellas son las vocalizaciones inusuales: tu gato podría empezar a vocalizar excesivamente o en situaciones nuevas, siendo un ejemplo común los maullidos fuertes durante la noche. También pueden darse cambios en sus interacciones con los humanos; los gatos con demencia a veces pueden buscar más atención o volverse dependientes, aunque también pueden interactuar menos que antes, parecer irritables o no reconocer a las personas conocidas.

Otra señal son los cambios en sus patrones de sueño, ya que es posible que se vuelvan inquietos por la noche y duerman más durante el día. También puede aparecer ensuciamiento de la casa: los cambios en los hábitos de eliminación pueden ser un signo de varios trastornos, pero defecar fuera de la caja de arena es un signo común de demencia en gatos. La desorientación es otro síntoma, similar al que se observa en personas con demencia, lo que puede traducirse en confusión, pérdida de orientación, quedarse mirando fijamente paredes, quedarse atascados detrás de objetos o tomar la dirección equivocada al rodear una puerta.

Además, puede haber cambios en el nivel de actividad: un gato con demencia puede ser más o menos activo de lo habitual, jugar con menos frecuencia o explorar menos, y dedicar menos tiempo a su cuidado personal, como acicalarse o bañarse con menos frecuencia. También puede mostrar signos de ansiedad aparente en situaciones en las que antes se sentía seguro, escondiéndose más, por ejemplo debajo de la cama o en armarios. Por último, pueden presentarse problemas de aprendizaje, mostrando más dificultades para realizar tareas previamente aprendidas, como encontrar su plato de comida, o para aprender nuevas.

Cuidando bien de tu gato

Existe una coincidencia significativa entre los síntomas de la demencia felina y los de otras afecciones comunes, como la artritis y la enfermedad renal. Si observa alguno de estos cambios de comportamiento en su gato, consulte a su veterinario para descartar otros problemas.

La investigación sobre la demencia felina es limitada. La mayor parte de nuestro conocimiento sobre prevención y tratamiento se extrapola de investigaciones realizadas en humanos y perros. Y, al igual que con estas otras especies, no existe cura para la demencia felina. Sin embargo, existen maneras de limitar el impacto de la enfermedad.

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Ciertos cambios en su entorno pueden ayudar a estimular a los gatos activando su cerebro y promoviendo el crecimiento nervioso. Sin embargo, considere la gravedad de la demencia de su gato antes de realizar estos cambios.

Se cree que en gatos sanos o levemente afectados, involucrarlos en juegos o simular caza usando juguetes interactivos y alentarlos a explorar su entorno a través de juegos de escondite retrasa la progresión del deterioro cognitivo. Pero en gatos con deterioro cognitivo grave, cambiar su entorno podría provocar confusión y ansiedad, lo que empeoraría los síntomas conductuales.

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Getty Images/iStockphoto

Los cambios en la dieta, incluida la adición de suplementos que contengan antioxidantes (vitaminas E y C) y ácidos grasos esenciales, también pueden ayudar a reducir la inflamación cerebral y retardar la progresión de la enfermedad.

Sin embargo, solo los suplementos específicos para perros han sido científicamente probados y su eficacia para mejorar las capacidades cognitivas caninas ha sido demostrada. Sin embargo, si aun así desea administrar estos suplementos a su gato, asegúrese de que solo sean aprobados para felinos. No se deben administrar suplementos para perros a los gatos, ya que pueden contener sustancias tóxicas para ellos, como el ácido alfa lipoico.

La demencia felina es una enfermedad muy común y difícil de tratar. Conocer los síntomas a los que debe prestar atención puede ayudar a diagnosticar a su gato a tiempo. También le permitirá realizar los cambios necesarios en su entorno o dieta, mejorando así su calidad de vida.