El peligro de no encender las luces largas en carreteras que podría costar vidas y una importante reparación
Accidente cinegético
Sin suficiente visibilidad, reaccionar a tiempo es casi imposible, y el golpe es cuestión de segundos
Este ‘crash test’ muestra qué pasa cuando un coche atropella a un jabalí

Un vídeo grabado desde el interior de un coche muestra con claridad lo que sucede cuando no se llevan las luces largas en un tramo oscuro
Conducir de noche por una carretera puede ser un auténtico desafío. Todo parece tranquilo, el asfalto iluminado por las luces del coche y el silencio del entorno transmiten una falsa sensación de seguridad. Pero en cualquier momento, en mitad de la nada, algo puede irrumpir en la vía sin previo aviso.
Un reflejo en los ojos, una sombra fugaz y, cuando el conductor reacciona, ya es demasiado tarde. No es cuestión de mala suerte: es el resultado de no haber encendido las luces largas cuando tocaba.
Reducir el riesgo de colisión
Jabalíes, ciervos y otros riesgos nocturnos
Las imágenes de un reciente vídeo compartido por Circuliperladreta lo dejan claro. Un coche circula con normalidad hasta que, de repente, una manada de jabalíes atraviesa la carretera. El conductor no tiene tiempo de frenar, el impacto es inevitable. Eran demasiados y la visibilidad, demasiado escasa. La escena, que podría haber sido completamente distinta con una mejor iluminación, termina con varios animales atropellados y el vehículo con daños considerables.
Además del susto y las posibles lesiones, hay otro problema que muchos conductores desconocen hasta que se encuentran con una situación así: el seguro. No todos los contratos incluyen coberturas por colisión con animales salvajes, lo que significa que, tras el golpe, la factura de la reparación puede salir del propio bolsillo del afectado.
La normativa es clara: cuando se circula de noche por carreteras fuera de poblado, el uso de las luces largas no es opcional, sino una cuestión de seguridad. No solo permite ver mejor la vía, sino que también da margen de reacción ante cualquier obstáculo. En zonas donde es frecuente la presencia de animales, ignorar esta recomendación es un riesgo innecesario.
Las consecuencias de un atropello a un jabalí o a un ciervo pueden ser graves, tanto para el conductor como para el animal y el vehículo. Un simple gesto, como cambiar de luces en el momento adecuado, puede suponer la diferencia entre un susto sin consecuencias o un accidente que podría haberse evitado.
