Motor

El fallo humano detrás de la mayoría de muertes en niebla, según la DGT

Este fenómeno no solo oculta la carretera: moja el asfalto. Y eso implica frenadas mucho más largas y una respuesta peor del vehículo en curvas o maniobras delicadas

La DGT alerta del error garrafal que cometemos al conducir con lluvia y que dispara el riesgo de accidente en un 70%

Niebla en la carretera C-17.

Niebla en la carretera C-17.

Emili Vilamala

Hay mañanas en las que la carretera se esfuma. Las señales se diluyen, el arcén desaparece y los coches apenas se intuyen entre un gris compacto. Pero, según la Dirección General de Tráfico (DGT), lo más peligroso no es la niebla en sí, sino las decisiones humanas. La entidad recuerda que la mayoría de accidentes mortales en episodios de niebla se deben a fallos humanos, especialmente frenazos inesperados, paradas indebidas en el arcén y, sobre todo, no aumentar la distancia de seguridad

La distancia que nadie respeta… y que puede costar vidas

El documento es claro: cuando la visibilidad cae, mantener una gran distancia de seguridad es la primera medida que debe adoptarse. No hacerlo provoca el tipo de impacto más común y más letal en estas situaciones: los accidentes por alcance.

La niebla reduce drásticamente el campo de visión, alarga el tiempo de reacción y hace que cualquier frenada acabe en una cadena de choques si se circula demasiado cerca del vehículo anterior.

Humedad, frenadas más largas y limpiaparabrisas funcionando sin descanso

La niebla no solo oculta la carretera: moja el asfalto. Y eso implica frenadas mucho más largas y una respuesta peor del vehículo en curvas o maniobras delicadas. Por ello, la DGT recomienda llevar el depósito del limpiaparabrisas lleno y las escobillas en buen estado, ya que serán necesarias de forma constante en estos escenarios.

Luces largas: el gesto “lógico” que se convierte en un error

Muchos conductores recurren al uso de las luces largas para “ver mejor”. Sin embargo, en niebla ocurre lo contrario: según la entidad, la luz larga rebota en el banco de niebla y deslumbra al propio conductor, reduciendo aún más la visibilidad.

La indicación es inequívoca:

  • Usar solo las luces antiniebla, delanteras y traseras si la niebla es muy densa.
  • Apagarlas en cuanto se salga del banco de niebla para no deslumbrar al resto de conductores
  • Nunca detenerse en el arcén: el segundo gran error mortal

La DGT subraya que parar en el arcén durante episodios de niebla espesa es una de las decisiones más peligrosas que se pueden tomar.

Si se produce un pinchazo, lo correcto es continuar a baja velocidad hasta encontrar una salida o área de servicio. Solo en caso de avería inevitable debe detenerse el vehículo, señalizar a una distancia mayor de lo habitual y colocar a los ocupantes al otro lado del guardarraíl

El truco que salva vidas: seguir las marcas del suelo

Cuando la niebla borra casi todas las referencias visuales, la DGT recomienda fijarse en las marcas longitudinales del carril derecho. Son la guía más estable para mantener la trayectoria y evitar salidas de vía cuando el conductor pierde la referencia espacial de su entorno inmediato

Tecnología al rescate: cámaras, radares y sistemas inteligentes

En su web Dirección General de Tráfico destaca varios sistemas de asistencia que pueden resultar cruciales cuando la niebla es densa:

  • Cámaras y radares que detectan ángulos muertos, señales o salidas involuntarias del carril.
  • Head-up Display, que proyecta información en el parabrisas para evitar apartar la vista de la carretera.
  • Neumáticos run-flat, que permiten continuar circulando y no detenerse en zonas peligrosas.
  • Sensores de luz y lluvia, de utilidad para quienes olvidan activar los sistemas de alumbrado.
  • Faros LED matriciales y predictivos, capaces de adaptar el haz de luz según la posición del vehículo y la carretera próxima.

La niebla es peligrosa. Pero lo que mata es la reacción humana

La niebla reduce la visibilidad, humedece el firme y desorienta. Pero, según la DGT, la causa detrás de la mayoría de muertes no es la meteorología, sino el comportamiento humano:

  • Frenar donde no toca.
  • Detenerse sin señalizar.
  • Circular demasiado cerca del vehículo delantero.
  • Confiar en que “no pasa nada”.

La conclusión del documento es categórica: ver y ser visto, reducir la velocidad y multiplicar la distancia de seguridad. Todo depende de ello.