La autopista más extrema en invierno: temperaturas de hasta 65 grados bajo cero y ventiscas traicioneras

Conducción peligrosa 

A lo largo de los más de 600 kilómetros de esta carretera en Alaska, las tormentas de nieve pueden surgir en cualquier momento, incluso en agosto

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La Autopista del Diablo, en Alaska, se prolonga a lo largo de más de 600 kilómetros por parajes cubiertos de nieve

La Autopista Dalton, en Alaska, se prolonga a lo largo de más de 600 kilómetros por parajes cubiertos de nieve 

Steve Greer

En invierno, muchas carreteras en España quedan cubiertas de nieve o hielo, lo que sin duda dificulta la circulación por ellas. Aun así, estas condiciones, por difíciles que parezcan, no son nada comparadas con lo que sucede en algunas partes del mundo. Hay rutas que se han ganado fama por lo extremas que resultan al transitarlas. Ya sea por el mal tiempo, el frío extremo o las curvas imposibles, estas carreteras llevan al límite a los conductores. Y en algunos casos, no basta con tener habilidad al volante, también es necesario estar preparado para lo inesperado.

Entre las carreteras más extremas del mundo, la Ruta 11, conocida como la Autopista Dalton, ocupa un lugar destacado. Esta vía, que une Livengood con el borough de North Slope a lo largo de 666 kilómetros en el inhóspito territorio de Alaska, es una de las más largas y remotas de Estados Unidos. También una de las más peligrosas, dado el implacable frío que la caracteriza, las heladas constantes y las tormentas de nieve que, incluso en pleno agosto, pueden aparecer sin previo aviso.

Solo una cuarta parte de la conocida popularmente como Carretera del Diablo está asfaltada

Solo una cuarta parte de la Ruta 11 está asfaltada 

Getty Images iStockphoto

Aunque a lo largo de su trazado apenas se encuentran tres pequeños asentamientos, esta carretera resulta fundamental para el transporte de mercancías en Alaska. En verano, entre 100 y 200 camiones se aventuran cada día por sus rutas inhóspitas, una cifra que aumenta en invierno, cuando pueden llegar a circular hasta 300 vehículos pesados.

Solo una cuarta parte del recorrido está asfaltada; el resto de la superficie es de grava

La carretera fue diseñada por James W. Dalton, un ingeniero de Alaska que supervisó la construcción de un sistema de estaciones de radar para detectar misiles intercontinentales durante la Guerra Fría. Como experto en ingeniería ártica, Dalton también sirvió como consultor en las primeras exploraciones petrolíferas en el norte de Alaska.

La riqueza de minerales y petróleo en la zona convirtió a esta región en un lugar clave para la industria, lo que hizo que la carretera fuera fundamental para el transporte de estos recursos hacia otras áreas de un país tan extenso como Estados Unidos.

Originalmente conocida como North Slope Haul Road, la carretera fue construida en 1974 para dar apoyo al sistema de gasoductos Trans-Alaska. Aunque solo un cuarto de su recorrido está asfaltado, el resto está compuesto por grava, lo que añade aún más dificultades a un trayecto ya de por sí complejo, sobre todo e invierno.

Durante gran parte del año, el hielo cubre la calzada y las ventiscas, frecuentes en la zona, empeoran aún más la visibilidad

En los meses más fríos del año, las condiciones de la Ruta 11 se vuelven extremadamente severas. Las temperaturas pueden alcanzar mínimos de hasta 65 grados bajo cero, y durante gran parte del año, el hielo cubre el trazado, haciendo que la conducción sea peligrosa y lenta. A ello se suman las ventiscas intensas, que reducen drásticamente la visibilidad, lo que obliga a los conductores a estar extremadamente atentos. La carretera no solo es difícil por el clima, sino también por su geografía. Con desniveles de hasta el 12% y tramos sin asfalto, las maniobras se complican aún más, especialmente cuando las condiciones meteorológicas son adversas.

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En este entorno tan hostil, la presencia de osos polares y otras especies salvajes es un recordatorio constante de lo aislada y peligrosa que puede llegar a ser esta carretera. Los tres pequeños pueblos que se encuentran a lo largo de su recorrido, Coldfoot, Wiseman y Deadhorse, tienen menos de 60 habitantes, lo que significa que en caso de emergencia, la ayuda puede tardar horas, o incluso días, en llegar. Por este motivo, las autoridades de tráfico recomiendan que los viajeros se preparen adecuadamente antes de emprender el viaje, llevando ropa de abrigo, comida, agua y otros suministros básicos para sobrevivir a las inclemencias del tiempo.

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