Wayne Griffiths, CEO de Seat: “¿Qué fue antes el huevo o la gallina? Sin más coches eléctricos no aumentan los cargadores y sin más cargadores no hay más eléctricos”
Eterno dilema
El dirigente de la compañía automotriz española reflexiona sobre la escasa penetración de los vehículos sin emisiones en el parque
Los fabricantes proponen un decálogo de medidas para acelerar el despliegue de puntos de recarga

Wayne Griffiths considera que debería haber más puntos de recarga públicos para popularizar el coche eléctrico en España

El viejo dilema del huevo y la gallina cobra otra vez relevancia en el debate sobre la movilidad eléctrica. Sin más coches eléctricos en las carreteras, no hay incentivo para ampliar la red de cargadores, pero sin una infraestructura de carga suficiente, muchos conductores no se plantean dar el salto a la electrificación. Es como el pez que se muerde la cola, como explica Wayne Griffiths, CEO de Seat, en un vídeo publicado en su perfil oficial de Instagram.
“El huevo o la gallina, ¿qué debe llegar primero, los coches eléctricos o los cargadores?”, se pregunta Wayne Griffiths. “Si no aceleramos la instalación de puntos de carga, la electrificación se quedará estancada”, advierte el directivo de Seat. Para él, la solución a este círculo vicioso está clara: la infraestructura debe crecer de manera paralela a la venta de vehículos eléctricos.
“La gente no conducirá más vehículos eléctricos hasta que exista una infraestructura pública adecuada. Nosotros hemos puesto de nuestra parte para llevar los vehículos eléctricos al mercado, pero eso por sí solo no basta”, señala Griffiths.
“La gente no conducirá más vehículos eléctricos hasta que exista una infraestructura pública adecuada”, dice Griffiths
En este sentido, el CEO de Seat remarca que “los gobiernos, tanto a nivel nacional como europeo, juegan un papel fundamental. Para que la electrificación sea una realidad, necesitamos que nos respalden proporcionando más infraestructura de carga pública”.
No le falta razón a Griffiths cuando señala la necesidad de acelerar la infraestructura de carga. En España, la red de cargadores públicos sigue creciendo, pero a un ritmo que se considera aún insuficiente. Según ANFAC, la patronal de fabricantes de automóviles, a 31 de diciembre de 2024 había 38.725 puntos de carga operativos, pero solo un porcentaje reducido es de alta potencia, lo que ralentiza la transición hacia el coche eléctrico.

“Los avances realizados en la movilidad eléctrica en nuestro país son positivos, pero es evidente que estamos en una carrera europea y hemos de acelerar”, asegura José López-Tafall, director general de ANFAC. “Debemos redoblar los esfuerzos, tanto desde las entidades públicas como desde el sector privado, para lograr potenciar la demanda y la instalación de la infraestructura eléctrica”, añade.
En 2024 se vendieron 115.935 coches eléctricos, muy por debajo del objetivo de 280.000 unidades para cumplir con el Fit for 55
Tampoco la venta de coches eléctricos avanza a un ritmo que permita cumplir con los objetivos de descarbonización. En 2024, se vendieron 115.935 turismos electrificados, una cifra algo superior a la de 2023, pero aún distante del objetivo de 280.000 unidades fijados para ese año en el marco del Fit for 55, lo que representa solo el 41,1% de la meta. Aunque la penetración de vehículos electrificados creció ligeramente hasta alcanzar el 21,4%, sigue existiendo una gran brecha con la media europea, que se sitúa en el 38,6%.
Por comunidades, Madrid lidera la clasificación con un 35,3%, muy por encima de la media nacional, seguida de Navarra (28,1%), Catalunya (23,8%) e Islas Canarias (21,9%). Estas cifras, aunque positivas en algunos casos, reflejan que el proceso de electrificación aún no avanza con la velocidad necesaria para alcanzar los objetivos a largo plazo.
Como indica Griffiths, la falta de infraestructura adecuada es un freno para la adopción masiva de los vehículos eléctricos, aunque tampoco hay que olvidar que el precio medio de un coche eléctrico sigue siendo superior al de sus equivalentes de combustión. Sin embargo, esta diferencia de precio inicial se va rentabilizando con el tiempo, gracias a los menores costes de mantenimiento y el ahorro en combustible.