Javier Sendín, mejor mecánico de España en 2023: “Mezclar gasolina con agua, como ha hecho una gasolinera de Valencia, es una auténtica locura; destroza los componentes del motor en muy pocos kilómetros”
Fraude en Valencia
Varios automovilistas que repostaron en una estación de servicio low cost de Alaquàs (Valencia) acabaron con el coche parado a pocos metros del surtidor
Esta es la clave para saber si una gasolinera está cerca de la autovía o tienes que desviarte mucho

El mecánico Javier Sendín explica por qué es malo mezclar gasolina con agua, una incidencia que pasó en una gasolinera de Valencia
Lo que parecía un simple repostaje ha acabado en una avería grave para decenas de conductores. Una estación de servicio low cost de Alaquàs (Valencia) está siendo investigada por la Policía Nacional tras detectarse que suministraba una mezcla de carburante y agua en lugar de gasolina o diésel. El problema salió a la luz cuando varios coches quedaron tirados a los pocos metros del surtidor, lo que descarta claramente que se tratara de fallos mecánicos aislados.
La primera denuncia llegó el 24 de abril, tras un repostaje que terminó con el coche parado en cuestión de metros. En las horas y días siguientes fueron apareciendo más casos y en todos ellos los conductores coincidían en haber repostado en la misma gasolinera de Alaquàs. Los vehículos, tras recorrer escasos metros, comenzaron a presentar fallos mecánicos graves, lo que disparó las sospechas entre los afectados.

El diagnóstico fue el mismo en todos los casos. La gasolina que habían recibido estaba adulterada con agua, un problema que además de generar graves perjuicios económicos a los conductores, también plantea riesgos para la seguridad vial. Y es que al dejar de funcionar el motor, el coche se detiene de forma abrupta, lo que podría ocasionar situaciones peligrosas en la carretera.
La presencia de agua en el carburante ha provocado daños mecánicos y disparado la alarma entre los afectados
Las investigaciones iniciales apuntan a que la proporción de agua en la mezcla varió entre tres y cuatro partes de agua por cada litro de carburante. Aunque es habitual que en los tanques de combustible se genere algo de agua debido a la condensación, esta cantidad es completamente inusual y excesiva. Las sospechas apuntan a posibles filtraciones en los tanques, algo que habría permitido la entrada de una gran cantidad de agua que no debería estar presente en los surtidores.

El daño para los vehículos ha sido considerable, especialmente en los más modernos, donde los sistemas de inyección trabajan con presiones muy altas. Según Javier Sendín, de Talleres Cardiocar de Salamanca, elegido mejor mecánico de España en 2023, introducir agua en un motor actual es “una auténtica locura”. “El agua, además de oxidar, elimina la lubricación de las bombas y de todo el sistema de inyección. A 2.000 bares de presión, eso destroza los componentes en muy pocos kilómetros, es letal”, explica en conversación telefónica con Moveo.
Los inyectores, la bomba inyectora o los sistemas anticontaminación (filtro de partículas y catalizador) son los más afectados. “El coche no combustiona bien porque se está comprimiendo agua en vez de combustible, y eso hace que se dañen los sistemas de control de emisiones”, detalla Sendín.
Varios conductores han presentado denuncias y la Policía investiga las causas del fraude
En el caso de los motores de gasolina, el problema no es menor. Cuando el agua se queda estancada tras parar el motor, oxida los inyectores. “Un inyector que ha recibido agua y se queda parado toda la noche, al día siguiente ya no pulveriza y ese coche ya no arranca”.

Además del daño mecánico, también se pierde parte del poder energético del combustible. “El agua inhibe los aditivos que se le añaden al carburante para mejorar su rendimiento. Y si baja el índice de octanaje, el coche pierde potencia y se generan detonaciones no deseadas dentro del motor”, asegura.
Las reparaciones, además, pueden ser muy costosas. “Un filtro de partículas dañado puede costar entre 2.000 y 3.000 euros”, advierte Sendín. “Un inyector de un sistema common rail puede costar entre 400 y 500 euros. Si hablamos de un motor de ocho cilindros como el de un Audi Q7, la factura se dispara. Y eso sin contar la bomba inyectora o la bomba de baja presión”.
La investigación sigue abierta y los afectados ya han iniciado trámites para reclamar los daños sufridos, mientras las autoridades intentan esclarecer el origen del problema y depurar responsabilidades. Hasta que se resuelva el caso, la gasolinera permanecerá cerrada.

