La OCU señala el gran problema de España para la expansión del coche eléctrico: “Hay grandes diferencias entre comunidades autónomas y no parece que la tendencia vaya a cambiar”
Informe demoledor
La Organización de Consumidores y Usuarios señala grandes desigualdades en la distribución y la potencia de los puntos de recarga
Wayne Griffiths, CEO de Seat: “¿Qué fue antes el huevo o la gallina? Sin más coches eléctricos no aumentan los cargadores y sin más cargadores no hay más eléctricos”

La falta de una red sólida de recarga sigue siendo uno de los grandes frenos al coche eléctrico, según la OCU

España está a la cola de Europa en la adopción del coche eléctrico. Apenas el 6,9% de los vehículos vendidos son 100% eléctricos, lejos del 18,2% que registra Francia o del 20,8% de Portugal, dos países que, a pesar de compartir frontera con España, presentan una realidad muy distinta. El problema, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), no está en la oferta sino en la escasez de infraestructura de carga.
La entidad que vela por los derechos de los consumidores subraya que actualmente hay más de 40 modelos eléctricos por debajo de los 35.000 euros -sin contar con las ayudas del Plan Moves-, lo que muestra que la oferta empieza a ser más diversa y amplia que hace unos años. Ahora bien, el precio sigue siendo una barrera para muchos bolsillos, y por eso la OCU apunta a otro gran freno: la red de recarga. Aunque el coste de uso de un eléctrico es inferior y puede amortizarse con el tiempo, su adopción masiva no será posible mientras la infraestructura no esté a la altura.

La conclusión que extrae la OCU se sustenta en un análisis detallado de la distribución y la potencia de los puntos de recarga en España, elaborado a partir del mapa Reve, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El estudio revela grandes desigualdades, sobre todo en el despliegue de cargadores rápidos, algo que sin duda dificulta la realización de desplazamientos largos, especialmente cuando la ausencia de estos puntos obliga a paradas más largas y menos eficientes.
La falta de cargadores rápidos, sobre todo en zonas rurales y algunas comunidades, dificulta viajes largos y frena el crecimiento
“No parece que la tendencia vaya a cambiar mientras los conductores sigan dependiendo para sus viajes de una red nacional de electrolineras pobre e irregular, con grandes diferencias dependiendo de la comunidad autónoma”, afirma la OCU en su informe.
Además, según el Barómetro de Electromovilidad elaborado por la Asociación de Fabricantes de Automóviles de España (ANFAC), un número considerable de estos cargadores públicos está fuera de servicio debido a averías, actos de vandalismo o retrasos en la puesta en marcha.
En total, España cuenta con 46.358 puntos de recarga operativos, pero otros 13.072 permanecen inactivos. Esto significa que el 22% de los puntos instalados no están disponibles para los usuarios, una cifra significativa que limita aún más la confianza en la red de recarga.
Un 22% de los cargadores públicos están inactivos por averías, vandalismo o retraso en la puesta en marcha
La presencia de puntos de recarga rápida en España es desigual y, en muchas comunidades, claramente insuficiente. Las regiones insulares y las de baja densidad poblacional son las más afectadas. Canarias, por ejemplo, apenas tiene 3,3 puntos de recarga rápida por cada 1.000 km de carretera, y Galicia se sitúa en 3,5. Extremadura, Baleares y Murcia ofrecen algo más, pero siguen lejos de cubrir las necesidades reales de sus territorios.
Al analizar estas cifras junto con la extensión de cada comunidad, surgen enormes vacíos, señala la OCU en su informe. Grandes áreas de Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Navarra carecen totalmente de cargadores rápidos, lo que dificulta la movilidad sostenible en zonas rurales y poco pobladas.
En el lado opuesto, Madrid sobresale con una densidad de 333,6 puntos por cada 1.000 km de carretera, seguida a distancia por Catalunya y Comunidad Valenciana, que también superan la media nacional con 144,5 y 137,2 respectivamente. Este contraste revela un panorama muy fragmentado que pone en riesgo el desarrollo equilibrado del vehículo eléctrico en todo el país.
Por último, la OCU destaca que la potencia de estos cargadores también varía mucho. Algunas comunidades cuentan con puntos rápidos de más de 50 kW, pero los de más de 150 kW, que permiten recargas ultrarrápidas, están concentrados en pocas zonas.
Por ejemplo, Madrid dispone de 1.081 cargadores de alta potencia, mientras que Baleares apenas alcanza los 186, y Canarias 175. Esto afecta directamente a la comodidad y viabilidad de los viajes largos en vehículo eléctrico, una limitación que no solo frena la adopción masiva sino que también genera desigualdad territorial.