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La curiosa historia de miles de coches Ford nuevos que se almacenaron en una vieja mina a la espera de tiempos mejores que nunca llegaron

Anécdotas del automóvil

Fue una decisión empresarial de adaptación al medio, en un momento de disminución en la demanda

Numerosos ejemplares del Ford Maverick fueron almacenados en una mina en Texas

Numerosos ejemplares del Ford Maverick fueron almacenados en una mina en Texas

A principios de la década de 1970, Ford Motor Company comenzó a notar las consecuencias de la llegada de los competidores europeos y japoneses en la venta de sus modelos de gama económica. El bajón afectó especialmente al Maverick, el compacto en el que la compañía de Detroit tenía puestas todas sus esperanzas en el segmento y que la marca del óvalo quería promocionar como el “gran automóvil práctico americano” destinado a la juventud y a ser el segundo coche del hogar.

A esos efectos y para ofrecer una imagen más dinámica incluso los pintó con colores chillones y tonos pastel de nombres divertidos como “Anti-Establish Mint”, “Hulla Blue”, “Original Cinnamon” o “Freudian Gilt”...

Buenos datos comerciales 

Para ser justos hay que decir que las cifras de venta del Maverick no fueron en absoluto malas. Desde su lanzamiento, en 1969, hasta 1976, Ford colocó en las tiendas la nada despreciable cantidad de 579.000 unidades. Incluso podría decirse que eran muy buenas teniendo en cuenta que los rivales de Volkswagen, Toyota o Datsun, a los que se enfrentaba, eran notablemente más baratos, consumían menos y eran tecnológicamente más modernos.

Ford Maverick Sprint del año 1972
Ford Maverick Sprint del año 1972Wikipedia

El problema radicaba en que Ford había ajustado tanto el precio -solamente 1.995 dólares de la época, unos 16.000 de hoy en día- que para ser rentable el coche tenía que venderse en unas cifras continuadas imposibles en un mercado condicionado por el comienzo de la crisis del petroleo. El consumo de combustible ya se había convertido para el americano medio en un importante argumento de compra y en ese contexto el Maverick no tenía nada que hacer con sus motores de seis cilindros en línea de 2.800 cc y 105 CV o de 3.300 cc y 120 CV.

Aquello pilló a Ford a contrapié y, en 1970, la marca se encontró con un importante stock de miles de Mavericks sin vender y que había que almacenar a la espera de que llegaran tiempos mejores para el modelo. ¿Pero dónde guardar esos coches recién salidos de la cadena de montaje sin que se deterioraran?

La caverna de Subtrópolis

La solución estaba en una vasta instalación subterránea ubicada a 50 metros bajo la superficie de Kansas City denominada Subtrópolis. Era un antiguo complejo de minas de piedra caliza de más de 17.000 metros cuadrados propiedad de Lamar Hunt, el dueño del equipo de fútbol americano Kansas City Chiefs. Hunt quería convertir la vieja mina en un pintoresco centro comercial y Ford se dio cuenta inmediatamente de que, a pesar de lo exótico del lugar, Subtrópolis era perfecto como almacén de coches, así que procedió a alquilarlo.

Anuncio en la prensa del Ford Maverick
Anuncio en la prensa del Ford Maverick

En primer lugar, su entrada estaba al nivel del suelo, de modo que los vehículos podían entrar y salir del complejo sin necesidad de ningún ascensor. Y en segundo lugar y sobre todo, el lugar ofrecía un microclima natural y constante -una temperatura estable de entre 15 y 20 grados durante todo el año- que libraba a los automóviles ahí guardados de las condiciones extremas del exterior. 

La idea de Ford era mantener guardados en las cuevas sus Maverick y sacarlos de allí a medida que se fueran vendiendo, pero el hecho es que muchos de esos coches acabaron sus días entre los muros cincelados del Subtrópolis porque la demanda nunca lo permitió. El Maverick dejó de fabricarse en 1977, y hoy en día es un preciado modelo de colección, sobre todo si es uno de los que ha pasado por la vieja mina de Kansas City.

En cualquier caso la iniciativa de Ford despertó el interés por Subtrópolis y actuamente trabajan en su interior docenas de empresas que se benefician de la ventaja de la temperatura estable, como Servicio Postal de los Estados Unidos, la Asociación Nacional de Archivos y Registros, compañías de almacenamiento de datos, mayoristas de alimentación que almacenan productos perecederos e incluso Hollywood guarda ahí para evitar que se degraden los rollos originales de películas como El mago de Oz y Lo que el viento se llevó.

Gonzalo De Martorell

Gonzalo De Martorell

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Periodista especializado en motor y viajes desde hace más de treinta años, fotógrafo aficionado y motero "old school" reivindica la moto no sólo como vehículo sino también como forma de vida.

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