Pablo Esparza, piloto e ingeniero: “Ni cambio de aceite, ni de filtros... las motos eléctricas necesitan menos mantenimiento que las de gasolina, lo que ayuda a ahorrar”
Consejos de experto
Las 5 principales diferencias entre un modelo de cero emisiones y uno de combustión interna que sorprenderán al motorista convencional que se decida a “dar el salto”

Pablo Esparza.

Con el creciente interés por la movilidad sostenible, las ciudades están adoptando cada vez más soluciones eléctricas para reducir la huella de carbono y mejorar la calidad del aire. Las restricciones a los vehículos de combustión se están ampliando y las motos eléctricas ya no son solamente una alternativa ecológica sino una alternativa segura para el futuro de la movilidad.
Las motos eléctricas ofrecen una experiencia de conducción diferente, más pura, más eficiente y mucho más conectada con el entorno. Y aunque el sonido del motor de combustión pueda generar nostalgia, la emoción de conducir una moto eléctrica reside en la absoluta sensación de libertad que ofrece la carretera.
Esto no va de competir entre tecnologías; la electrificación es ya una revolución imparable que va más allá de las prestaciones”
Una montura eléctrica puede ser nuestra mejor compañera, aunque requiera de cierta adaptación. Hemos hablado con Pablo Esparza, piloto e ingeniero especializado en motos eléctricas, que ha explicado cinco diferencias entre conducir una motocicleta eléctrica y una de gasolina. “Esto no va de competir entre tecnologías; la electrificación es ya una revolución imparable que va más allá de las prestaciones y que promete redefinir para siempre lo que significa montar una moto”, asegura este experto.
1. Una entrega de potencia instantánea

Sin duda, se trata de lo que más llama la atención la primera vez que un usuario de máquina de combustión se pone al manillar de una eléctrica: la aceleración es instantánea y sin aparente esfuerzo por la parte mecánica. A diferencia de las motos de gasolina, que requieren de un cierto tiempo para que el motor alcance su máximo rendimiento, la entrega de potencia de las motos eléctricas es mucho más instantánea, predecible y dosificable de manera casi quirúrgica. Esto se traduce en tener una entrega dócil en conducción relajada y una entrega contundente en situaciones más deportivas. Además, la ausencia de vibraciones innecesarias contribuye a una conducción más precisa.
2. La ausencia de sonido

El rugido característico del motor siempre ha sido uno de los elementos más representativos del motociclismo y en ciertas aplicaciones lo seguirá siendo. Para muchos es sinónimo de potencia y adrenalina. Las motos eléctricas emiten un suave zumbido, casi futurista, que es más que suficiente para transmitir la sensación de velocidad y rendimiento, sin contribuir a la contaminación acústica en las ciudades.
Tal como explica Pablo Esparza, la ausencia del ruido típico del motor de combustión permite escuchar el sonido de los frenos y las transmisiones, que envían información imposible de recopilar en motos de gasolina. Asimismo, el piloto subraya que en las motos de combustión la velocidad de entrada en curva se calcula de manera híbrida con referencias visuales y acústicas. “Una curva es 'de tercera' y escuchando el motor en la marcha correcta te haces una idea de si vas pasado o no. En el caso de la moto eléctrica, este cálculo de velocidad pasa a ser principalmente visual, lo que al principio provoca errores, pero con el tiempo ofrece una experiencia de conducción diferente y más limpia”.
3. Ausencia de cambio de marchas

Una de las características diferenciales de las motos eléctricas es que no necesitan una caja de cambios. Esto significa que no hay que estar pendiente de seleccionar la relación correcta, lo que proporciona una experiencia de conducción mucho más fluida y sin interrupciones, lo que permite aplicar toda nuestra concentración en la trazada ofreciendo una experiencia más limpia.
El sistema de transmisión en las motos eléctricas elimina las complicaciones que suelen presentar las motos de combustión y ofrece un manejo más intuitivo, cómodo y seguro. También reduce el esfuerzo físico que normalmente se asocia a la conducción de las motos tradicionales, lo que convierte a las motos eléctricas en una opción ideal para quienes buscan una conducción relajada pero igualmente emocionante.
4. Menos mantenimiento

Las motos eléctricas requieren menos mantenimiento que sus contrapartes de combustión. No hay aceite que cambiar, filtros de aire que sustituir ni bujías que revisar lo cual no sólo reduce los costos de mantenimiento, sino que también contribuye a una mayor durabilidad del vehículo.
Las principales tareas de mantenimiento en una moto eléctrica se limitan a la revisión de los neumáticos, los frenos y en algunos casos, una actualización del software de la moto. Esto significa menos tiempo en el taller y más tiempo disfrutando de la carretera, lo que a su vez contribuye a un ahorro considerable a largo plazo.
5. Sin calor en los días de verano

El calor generado por el motor de combustión de una moto se convierte en una molestia durante los meses más calurosos del año. En este sentido, las motos eléctricas suponen una verdadera ventaja, ya que sus unidades de potencia emiten muy poco calor y las convierte en una opción mucho más agradable para conducir durante el verano. La conducción se vuelve más fresca y cómoda, lo que hace que los viajes largos en condiciones calurosas sean mucho más placenteros.

