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El Citroën Tiburón que Picasso convirtió en una obra de arte de valor incalculable

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El genial artista pintó ‘Las guirnaldas de la paz’ en las puertas de un DS 19 ante la sorpresa general

Picasso dejó inmortalizada la pintura 'Las guirnaldas de la paz' en uno de los laterales de un Citroën DS19

Picasso dejó inmortalizada la pintura 'Las guirnaldas de la paz' en uno de los laterales de un Citroën DS19

Stellantis

DS Automobiles es una marca francesa de automóviles de lujo. Creada en 2009 como una división de alta gama de Citroën, en 2014 se convirtió en una firma independiente, primero bajo el paraguas del Grupo PSA y actualmente de Stellantis. Sus coches son conocidos tanto por su diseño elegante y sofisticado como por sus prestaciones y acabados que reflejan una atención meticulosa a los detalles.

La gama actual de DS está formada por el DS 3, DS 4, DS 7 y DS 9. Pero si hay un modelo con estas dos letras que pervive en la memoria colectiva de una generación este es el Citroën DS 19. Conocido como la Diosa (por la pronunciación de DS en francés, déesse, que significa diosa) y también como Tiburón (por su forma), Citroën vendió más de 1,5 millones de unidades de este modelo durante los 20 años que estuvo en el mercado, concretamente entre 1955 y 1975.

El Citroen DS19, también conocido como Tiburón, estuvo en el mercado durante dos décadas 
El Citroen DS19, también conocido como Tiburón, estuvo en el mercado durante dos décadas Propias

Sin lugar a dudas, el ejemplar más valioso que se comercializó de la Diosa a lo largo de todos esos años es el que Pablo Picasso transformó en una obra de arte en 1958. Ocurrió durante un frío día de invierno, cuando el genial pintor español pintó un cuadro en el lateral de un Citroën DS 19 en su casa de La Californie, en la Costa Azul.

Aquella tarde Picasso recibió en su domicilio de Antibes a Manuel Mejido, un joven periodista mexicano que vivía en Francia. Mejido llegó a la residencia de La Californie acompañado por otras personas, entre ellas el representante de una asociación de exiliados españoles en México, con el objetivo de ganarse la confianza del pintor, que era muy reacio a conceder entrevistas.

“Nunca he dejado de soñar ni de pintar”, dijo el artista nacido en Málaga para justificar su inesperada creación

El grupo llegó a Cannes en un DS 19 de color azul y techo blanco que un refugiado español le había prestado a Mejido. Sin llegar a imaginar nunca lo que acabaría pasando unas horas más tarde, el Tiburón que conducía Mejido se convirtió en una obra de valor incalculable para sorpresa de todos.

Pablo Picasso, en su estudio, junto a algunas de sus pinturas 
Pablo Picasso, en su estudio, junto a algunas de sus pinturas Edward Quinn

Pese a las reticencias iniciales, Picasso atendió a Mejido muy amablemente. Estuvieron intercambiando impresiones sobre arte y política, así como también sobre la situación de los españoles que se exiliaron en México tras la Guerra Civil. La charla se prolongó durante horas. Cuando todo parecía indicar que la visita había llegado a su fin Picasso desapareció y dejó a Mejido y a sus acompañantes en el salón sin decir donde iba.

El DS 19 pintado por Picasso en 1958 fue vendido por 6.000 euros y es probable que esté en manos de un coleccionista privado

Al cabo de un rato, el artista nacido en Málaga regresó a la estancia. Siguió charlando con el grupo como si nada hasta que pronunció la siguiente frase: “nunca he dejado de soñar ni de pintar”. Fue entonces cuando invitó a Mejido y a sus amigos a seguirlo hasta el lugar donde habían dejado el coche aparcado. Para su sorpresa vieron como Picasso había pintado ‘Las guirnaldas de la paz’ en las puertas de uno de los laterales del coche. Ante el asombro del periodista, Picasso firmó su obra en uno de los guardabarros.

Citroën bautizó uno de sus modelos con el nombre de Picasso 
Citroën bautizó uno de sus modelos con el nombre de Picasso Propias

La escena fue fotografiada por uno de los presentes y hasta el día de hoy Mejido conserva numerosas fotografías del DS 19, de Picasso y del grupo de amigos que formaron parte del insólito acontecimiento artístico y ahora histórico. Josep Palau i Fabre, amigo del pintor y director de la Fundación Picasso de Barcelona, confirmó la autenticidad de las fotografías y del cuadro y Rafael Inglada, biógrafo de Picasso, asegura que la famosa foto del DS19 convertido en lienzo fue tomada en el palmeral junto a la villa La Californie.

Sesenta y cinco años después de esta sorprendente historia, el Citroën DS19 pintado por Picasso sigue siendo un valioso testimonio de la fusión del arte y el automóvil. Desde entonces se ha perdido el rastro del coche. Se sabe que Mejido, a su vuelta a París, lo compró por 1.000 dólares y lo vendió al poco tiempo por 6.000 dólares para solventar sus problemas económicos. Lo más probable es que esté en manos de un coleccionista privado, aunque este extremo no ha llegado nunca a ser confirmado.