Royal Enfield Classic 650, la moto que se conduce con el carnet A2 y parece recién salida del túnel del tiempo
'Old school'
La marca más “retro” siempre sorprende con sus modelos “a la vieja usanza” pero su última moto lleva el concepto a su máxima expresión

En la parte delantera destaca faro redondo con visera y el depósito de combustible en forma de lágrima

Royal Enfield es la fábrica de motos en activo más antigua del mundo y la marca “retro” por antonomasia del mercado. Heredera de la mejor tradición motociclista británica -aunque actualmente de propiedad india- sus motos siempre priorizan la estética y las sensaciones old school sobre cualquier otro criterio y su última creación, la Classic 650, es una verdadera maravilla. La recién presentada versión puesta al día de la 500 Twin de 1948 encantará a los usuarios poseedores del carnet A2 que busquen estilo, nostalgia y una imagen espectacular que parece sacada directamente de una factoría de los años 50.
Ya disponible en los concesionarios con un precio de partida de 6.887 euros para las decoraciones básicas y de 7.187 euros para la espectacular “Black Chrome”.
Imagen de ayer; tecnología actual
La Royal Enfield Classic es una moto austera en equipamiento por definición, pero que cuenta con todo lo tecnológicamente imprescindible que debe tener una máquina actual. Su motor es un bicilíndrico de 650 cc que entrega 47 CV -se puede conducir, como hemos dicho, con la licencia A2- y su amortiguación la firma nada más y nada menos que Showa.

De hecho, y pese a su vocación vintage, cuenta con detalles tecnológicos tan sorprendentes como un precioso cuadro de instrumentos TFT con conectividad smartphone y que incluye un navegador GPS “curva a curva” e incluye un odómetro, indicador de nivel de combustible y recordatorio de mantenimiento.
Cargada de detalles
Pero son, sin duda, los detalles estéticos los que hacen de esta Classic una de las motos más bonitas de su categoría, destacando el faro redondo con visera, el depósito de combustible en forma de lágrima y los guardabarros curvados además de la presencia masiva de cromados.
Además la posibilidad de retirar el asiento del acompañante y el portaequipajes desmontable permiten personalizarla según las necesidades del usuario. Es una moto larga y ancha y que huye del plástico así que también pesadota (243 kilos) pero maniobrable y en cualquier caso su posición de conducción ergonómica, el manillar bien posicionado y un asiento ancho y mullido aseguran una experiencia cómoda tanto en carretera como en ciudad.

Royal Enfield ofrece una amplia gama de accesorios originales para que cada motociclista pueda adaptar su máquina a su estilo.
Rivales por arriba y por abajo
La propuesta de Royal Enfield viene a completar un segmento -el de las neoretro- que ha pasado en poco tiempo de ser visto casi como una excentricidad a convertirse en uno de los más caprichosos del mercado. Incluso la hipertecnológica Honda acaba de presentar su coquetona GB 350 S para satisfacer a los urbanitas más “old school”.
Lo cierto es que si nos atenemos estrictamente al estilo vintage, la Classic tiene competidoras tanto por debajo de su cilindrada -varias de ellas en el propio catálogo de Royal y con el mismo motor como la SuperMeteor o la Shotgun- como por encima de su cubicaje.
Por ofrecer alternativas de otros fabricantes nos hemos centrado en cuatro modelos también disponibles para licencia A2 que llegan a la misma filosofía a través de otras soluciones técnicas y otros precios, aunque igualmente cargadas de historia y tradición.

La resucitada BSA Goldstar 650 (7.799 euros) es la que más se acerca por concepto a la Royal Enfield. Su motor es monocilíndrico, entrega 45 CV y es una preciosidad, si bien la marca -propiedad de Mahindra y gestionada por Peugeot Motocycles- todavía no está demasiado asentada en nuestro país.

Por su parte, la bonita Kawasaki W 800 (11.150 euros) fue una de las pioneras entre las japonesas en apostar por este estilo. De hecho, es una réplica actualizada de la Meguro K2 de 1965, la primera gran bicilíndrica fabricada por la marca de Kobe. Propulsada por un bicilíndrico de 773 cc, ofrece una potencia de 47 CV.

La Moto-Guzzi V7 (9.199) es la réplica vintage a la italiana; una puesta al día de la V7 700 de 1964 diseñada por Giulio Cesare Carcano y durante muchos años la más popular entre los modelos de Mandello del Lario. Su motor es el característico boxer en V perpendicular a la marcha de 853 cc y está también disponible en versión limitada A2.

La Triumph Bonneville T100 (11.595 euros) fue otra de las primeras apuestas neoretro en un mercado que entonces aún no las comprendía. Es una belleza “british” prácticamente idéntica a la moto sesentera aunque con un motor bicilíndrico de 900 cc limitable también A2 con un kit específico extraíble por el concesionario al cumplirse el plazo legal para conducir con más potencia.