Marta Rivera: “La conservación de los ecosistemas es un derecho humano”

Entrevista

La investigadora, experta en agroecología, reclama la eliminación de los subsidios que son perjudiciales para la protección de la naturaleza

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Marta Rivera-Ferre, profesora de investigación en INGENIO (CSIC-UPV), doctora en Ciencias Veterinarias, Especialidad de Producción Animal y Economía Agraria por la Universidad de Córdoba.

Xavier Cervera

"El acceso a los ecosistemas bien conservados es un derecho humano y tiene una relación directa con la salud de las personas; por ejemplo, con la salud mental”, explica Marta G. Rivera Ferre, profesora de investigación de INGENIO (CSIC-UPV) y experta en agroecología, para recordar cómo las políticas postergan esta consideración. “La biodiversidad cumple funciones fundamentales para la vida, mediante la regulación, por ejemplo, del ciclo del agua, la provisión de alimentos, o la polinización”, abunda en sus argumentos.

Rivera es una de las autoras del recién publicado informe Nexos, de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), que reúne a científicos de 15 países. El documento concluye que la humanidad pierde biodiversidad en una tasa que oscila entre el 2 y 6% por década en los últimos entre 30 y 50 años.

Igualmente alerta sobre el riesgo que suponen las políticas reduccionistas y unisectoriales así como los enfoques “obsesivos y con visión a corto plazo”, que comportan efectos muy dañinos para la biodiversidad, con costes económicos escondidos y no integrados en el valor de los productos.

“El informe Nexos nos invita a pensar en complejidad y nos advierte de que biodiversidad, agua, alimentos y la salud humana, animal y del planeta están interrelacionados, y por eso, las respuestas requieren enfoques sistémicos, integrados, que tengan en consideración los diferentes elementos del nexo”, recalca.

El cambio climático, por ejemplo, tiene un impacto sobre la biodiversidad y cuando ésta se pierde, se pone en riesgo el aprovisionamiento de agua (la vegetación actúa de filtro).Y  si este recurso disminuye o se degrada, merma también la producción de alimentos y hay mayor competencia por el agua.

En términos de repuesta, podemos pensar, añade, que las políticas más eficientes para reducir emisiones y luchar contra el calentamiento son las megaplantas de paneles solares, pero “tienen impactos negativos sobre la biodiversidad, los paisajes y los valores culturales y generar competencia por el suelo para producir alimentos”.

Las contradicciones del escenario 'lo primero es la producción de alimentos'

Por la misma razón, el escenario de “lo primero es la comida” da prioridad sobre todo a la producción de alimentos mediante una intensificación sostenible. 

Pero, aunque esto dé resultados positivos (incrementa la disponibilidad de calorías per cápita), “tiene impactos negativos”, visibles en el uso insostenible del agua, la reducción de la diversidad y de la calidad de los alimentos, así como en el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas, entre otros efectos.

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Control de cultivos

IPBES

Los efectos perniciosos de los subsidios

El informe Nexos resalta que las actividades económicas que comportan la destrucción del medio ambiente mundial reciben subsidios 35 veces superiores a los que van dirigidos a proteger la biodiversidad. El problema además es que los incentivos dañinos en el sector público activan también palancas del sector privado que también son perjudiciales para para la naturaleza, añade.

Concretamente, “el sistema globalizado de producción de alimentos tiene un impacto negativo en costes ocultos cifrado en 10 billones de dólares anuales” pues “no es sostenible ni saludable), mientras que el valor de mercado de ese sistema alimentario se ha cifrado en 11 billones de dólares. “Estos 10 billones de dólares en impactos de los costes ocultos los estamos pagando entre todos”, recalca Rivera.

Esos costes ocultos o externalidades negativas del sistema productivo se derivan, por ejemplo, de “los servicios sanitarios relacionados con la mala alimentación: el tratamiento de la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades de cáncer, el cáncer colorrectal o las enfermedades coronarias asociadas y demás”, así como el impacto sobre la biodiversidad o las emisiones que causan calentamiento (atendiendo a su valor en los mercados de carbono).

El 87% de los subsidios que se dan a la agricultura tienen un impacto negativo en la Naturaleza

Rivera señala en esta línea que “el 87% de los subsidios que se dan a la agricultura tienen un impacto negativo en la Naturaleza”. De hecho, la materia prima que recibe más subsidios a nivel mundial es el azúcar (obtenida sobre todo con caña de azúcar y con remolacha en la UE). Es toda una contradicción, puesto que de esta manera obtiene ayuda una materia prima que se ha convertido en unos de los ingredientes de las dietas actuales señalados por sus efectos perniciosos.

“El azúcar comporta un consumo de agua enorme, es un monocultivo con impactos brutales en la biodiversidad y en algunos territorios se produce con mano de obra semi esclava. Y, además, está teniendo efectos negativos en la salud de las personas debido al incremento de su consumo” y su incorporación desmedida en las dietas.

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Plenario de la plataforma IPBES donde se aprobó el documento Nexus

IPBES

Las aportaciones de la agroecología

La investigadora resalta que el informe Nexos avala las prácticas de la agroecología, que, desde un enfoque de derecho humano y siguiendo manejos tradicionales, defiende la conservación de los suelos fértiles (fijando la materia orgánica), mantienen la humedad de los suelos, reduce el gasto de agua y favorecen la adaptación a la sequía. 

Además, esas prácticas “promueven el cultivo de alimentos de temporada y de proximidad que benefician la salud y nos alejan de productos ultraprocesadoos y con exceso de azúcar, y nos acercan a una dieta mediterránea saludable, beneficiosa para la salud”.

Alude esta especialista a que el 50% de las enfermedades infecciosas emergentes están propulsadas por cambios en el uso del suelo y las practicas insostenibles en la agricultura y los hábitats naturales. Se refiere en concreto a que “la agricultura industrial es uno de los primeros factores que impulsan la deforestación (responsable del 12% de las emisiones), lo que da lugar a la expansión de los monocultivos y a un mayor contacto de la fauna salvaje con animales domésticos y humanos, con interacciones entre la salud de los animales y de los seres humanos”.

Respuestas: restaurar los ecosistemas, buen  manejo de la biodiversidad...

En el capítulo de respuestas y recetas, Rivera alude a la necesidad de restaurar los ecosistemas (bosques, suelos y manglares), al buen manejo de la biodiversidad para reducir el riesgo de propagación de enfermedades de animales a las personas, y a las soluciones urbanas basadas en la naturaleza, así como a las dietas saludables (cantidad adecuada de calorías, diversidad de nutrientes…) y sostenibles.

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Marta Rivera

Xavier Cervera

“Otra respuesta clave es incrementar el contacto con la Naturaleza. No todos los seres humanos han desconectado, pero sí las sociedades. La gente no sabe cuáles son los productos de temporada. Entre las pequeñas actividades que generan grandes sinergias y múltiples beneficios urbanos, están los huertos urbanos, el reverdecimiento de los patios de los colegios o la renaturalización de las ciudades”, añade.

Los huertos urbanos, el reverdecimiento de los patios de los colegios o la renaturalización de las ciudades ayudan a reconectar con la Naturaleza

La experta en agroecología reivindica también como derecho humano el acceso a los recursos naturales, fundamentalmente el derecho a la tierra, a las semillas y al agua. 

“En Europa nos encontramos con una enorme desigualdad en el acceso a la tierra; muchos pequeños productores no tienen acceso a la tierra y gente joven que quiere comenzar a producir alimentos y no puede acceder a ella”, dice Rivera, crítica con los subsidios perjudiciales de la PAC.

 “El 80% de las subvenciones se las llevan el 20% de los agricultores, los que tienen las explotaciones más grandes pues se suele seguir un criterio por superficie”, explica esta mujer, partidaria de su reformarla parar facilitar el acceso a la tierra y transformar el sistema alimentario.

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