Vídeo: las hormigas demuestran mayor inteligencia colectiva que los humanos
Experimento
La simplicidad de una hormiga le dificulta mucho resolver el rompecabezas por sí sola, pero facilita la cooperación efectiva con sus compañeras de nido. En el caso de los humanos, ocurre lo contrario.
Las hormigas demuestran mayor inteligencia colectiva que los humanos
“Las hormigas y los humanos somos altamente sociales”, inicia el investigador Ofer Feinerman, del Instituto Weizmann de Ciencias, y esta naturaleza social tiene claras ventajas. Una de ellas es la cognición o inteligencia colectiva, definida como la capacidad de las especies para resolver problemas en grupo.
Gracias a esta capacidad, hormigas y humanos compartimos la virtud de poder transportar cargas de forma colectiva: prácticamente somos los únicos que podemos hacerlo y, entre las hormigas, solo un 1% de las especies es capaz. Sin embargo, Feinerman y sus colegas han demostrado, con un inusual experimento, que la forma en que colaboramos y enfrentamos desafíos grupales es muy diferente; y al parecer, las hormigas nos llevan ventaja.
El experimento
Hormigas y humanos debían transportar un objeto con forma de 'T' entre 3 estancias
Feinerman y su equipo idearon un laberinto basado en el modelo de “mover el piano”, que consiste en transportar una carga con forma geométrica extraña (en este caso, una 'T') a través de un espacio estrecho y obstruido, en este caso tres habitaciones. El experimento fue realizado tanto con hormigas (Paratrechina longicornis que creían que transportaban un bocado de comida al nido) como con humanos, bajo varias combinaciones: un solo individuo, un grupo pequeño y un grupo grande.
Los investigadores, además, impusieron restricciones en los grupos humanos: a algunos de ellos, se les prohibió comunicarse durante la prueba, e incluso se les colocó mascarillas y gafas de sol para ocultar sus expresiones. El objetivo de esta limitación era igualar las condiciones con las hormigas, ya que su comunicación habitual -por feromonas- les resultaba inútil en el contexto del laberinto.
Los resultados
Las hormigas mejoran en grupo, los humanos no
Los resultados, publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), muestran que las hormigas mejoran su desempeño al trabajar juntas, mientras que el rendimiento de los humanos se ve afectado negativamente, especialmente cuando se restringe su comunicación.
La inteligencia superior de los humanos les permitió superar a las hormigas en el desafío individual: todos los humanos resolvieron el rompecabezas, mientras que fue raro que una sola hormiga pudiera hacerlo. “Pero parece que esta simplicidad es exactamente lo que ayuda a las hormigas a cooperar”, explica Feinerman. “Las hormigas no intentan comprender la geometría del laberinto, solo saben que deben llevar una carga grande juntas. Por lo tanto, todas están ‘en la misma página’ y cooperan para transportar la carga”.
Esta simplicidad es exactamente lo que ayuda a las hormigas a cooperar
“Las reglas que ellas usan han evolucionado a lo largo de los 150 millones de años de existencia de las hormigas, y son muy generales, lo que les permite encontrar soluciones eficientes a una gran variedad de problemas, incluido nuestro rompecabezas específico”, argumenta el científico.
En contraste, parece que es la complejidad de los humanos lo que dificulta su cooperación. A diferencia de las hormigas, cada persona que entra al rompecabezas lo entiende y tiene ideas diferentes sobre la secuencia de movimientos necesarios. “Estas diferencias dificultan que un grupo humano logre un consenso, y a menudo se conforman con soluciones malas”, defiende Feinerman.
En el caso de los humanos...
¿Cómo intentamos resolver el laberinto?
Cuando las personas se enfrentan a él, tienden a dividirlo mentalmente en estados (como: “La T está entre la primera habitación” o “La T está completamente dentro de la segunda habitación”, etc.); y para resolverlo, suelen seguir un proceso de eliminación, intentando pasar entre estados. “Si determinan erróneamente que todas las transiciones son incorrectas, incluida la correcta, pueden perderse por completo y, en este caso, podrían tardar mucho en resolver el laberinto”, concreta Feinerman.
El truco de las hormigas
Las hormigas, como grupo, crean una 'memoria a corto plazo' que no tienen individualmente
Las hormigas, como grupo, desarrollan una memoria colectiva que les permite persistir en su dirección de movimiento. Este fenómeno ocurre gracias a la alternancia entre “líderes informados” y “seguidores desinformados”, que se turnan para liderar el transporte de la carga.
El primer grupo, lo componen hormigas que acaban de adherirse a la carga, y que saben en qué dirección tirar para llegar al nido. Pero sólo diez segundos después, esa hormiga se convierte en seguidora, cediendo su puesto a una nueva líder.
El resultado es una memoria a corto plazo grupal, de la que carecerían individualmente. “Esta memoria es tan robusta que las hormigas no se confunden, incluso cuando chocan contra una pared. En lugar de retroceder y elegir una dirección al azar, la memoria grupal emergente les permite deslizar la carga a lo largo de la pared de manera casi determinista, lo que permite a las hormigas emplear una estrategia similar a la ‘regla de la mano derecha’, un heurístico usado por las personas para resolver laberintos”, describe Feinerman.
Sin embargo, en los humanos, la adaptación grupal fue menos eficiente. Cuando se restringió la comunicación, las personas priorizaron el consenso sobre cualquier otra consideración. “Las personas se mostraron menos inteligentes, ignorando sus propias ideas para adoptar soluciones más simples y evidentes”, señala el investigador, “se volvieron un poco más hormigas en ese sentido”.
Las personas se mostraron menos inteligentes... se volvieron un poco más hormigas en ese sentido
El desempeño mejoró cuando se permitió la comunicación, pero nunca igualó el de la mejor persona del grupo. El grupo tiende a comportarse como el promedio de sus miembros y, en algunas ocasiones, el desempeño colectivo fue incluso peor que el de las hormigas.
Con todo, Feinerman concluye que, aunque hormigas y humanos somos ambos altamente sociales, lo somos de maneras extremadamente diferentes. Las personas dependemos de una impresionante cognición individual, pero esto, junto con nuestra biología inductora de conflictos, dificulta la cooperación. En cambio, las hormigas son organismos más simples, y su biología, que minimiza los conflictos, hace que la cooperación sea más sencilla.
“El que todavía es un misterio fascinante es porqué, de todos los animales del planeta, prácticamente solo las hormigas y los humanos logran el transporte cooperativo”, se despide el investigador.