Los glaciares del Pirineo han perdido la mitad de superficie desde 2011

Efectos del cambio climático

El retroceso mundial de los hielos se ha acelerado los tres últimos años, alerta la Organizacion Meteorológica Mundial

El derretimiento de los glaciares pone en riesgo el suministro de alimentos y agua de 2.000 millones de personas, dice la Unesco

foto XAVIER CERVERA 11/09/2011 glaciar -en retroceso- del Aneto (3404m), parte oriental y 'hombro' desde el Portillon inferior (2736m) a las 7.34am, con la luz existente poco antes del alba; massis de la maladeta (el mas alto de los Pirineos) en el Valle de Benasque, provincia de Huesca, Aragon

Pimeros rayos de sol del día en verano sobre el Aneto, con su glaciar en retroceso del alba

Xavier Cervera/Achivo

La acelerada degradación de las masas heladas en el Pirineo alarma a los investigadores que llevan años haciendo su seguimiento. Los glaciares de Pirineo han perdido algo más de la mitad de su superficie en sólo 12 años. Las mermas de lo que antes eran hielos perennes están siendo continuas y se han acrecentado como nunca el último decenio. La superficie cubierta por glaciares en el Pirineo era de 302,5 hectáreas en 2011, mientras que en las mediciones del año 2023 la cobertura helada pasó a sólo 143 hectáreas, lo que supone una disminución del 52,5%, según los datos del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC.

“Los grandes glaciares del Pirineo, Aneto, Monte Perdido y Vignemale, han perdido 15 metros de espesor medio, lo cual es más de lo que les queda actualmente. Así, podemos esperar que en 10 ó 15 años no queden glaciares activos en la cordillera; como mucho, quedaría alguno pero reducido a su mínima expresión”, dice Ignacio López-Moreno, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología. 

López-Moreno se muestra más pesimista que hace solo seis años, cuando sostenía que “al ritmo que estamos viendo hasta ahora, en 20 o 30 años la presencia de glaciares en el Pirineo será casi anecdótica”. Quienes llevan años visitando las montañas son testigos de esos grandes cambios y cómo este fenómeno ha reconfigurado el paisaje.

Entre los años 2000 y 2023, los glaciares de Europa central perdieron un 40% de los hielos

Los datos son reveladores. En 1850 había 52 glaciares en los Pirineos; en 2011 quedaban 24; en 2021 la cifra se redujo a 21, y en 2024 solo quedan 14. 

Muchos de ellos ya estaban derritiéndose desde hace 150 años. Sin embargo, desde principios de los años 80 del siglo pasado, el retroceso se ha incrementado sustancialmente en paralelo a la subida de las temperaturas del aire. 

El Pirineo ha perdido el 82% de esa cobertura helada en 40 años. En 1984 tenia 814 hectáreas heladas, mientras que en 2023 -como se ha dicho- ya solo era 143,2. 

En este sentido, los veranos de 2022 y 2023, con sucesivas olas de calor y altas temperaturas “fueron devastadores para los glaciares”, relata López-Moreno. Debido a esas intensas y repetidas olas de calor, sólo entre el año 2020 y 2023 se perdió el 40% de esa superficie. Los glaciares de más de 10 hectáreas fueron los que mostraron la mayor pérdida. Destacan en este sentido los glaciares de Ossoue (-9,5 ha) y Maladeta Este (-7,6 ha), que vieron esfumarse el 30,3 % y 36,6 % de sus superficie respectivamente.

“Si nos centramos en el periodo más reciente 2022 y 2023 fueron unos años extremadamente negativos, en solo 3 años hemos observado pérdidas de superficie de 240 a 140 ha (2020-2023) y pérdidas de espesor promedio en el mismo periodo que superan los 6,6 metros”, corrobora Jesús Revuelto, investigador del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC. 

El retroceso “depende mucho de las características topográficas de la zona cercana, como la exposición solar, la orientación al viento o la pendiente, pero en general cuando un año es malo para los glaciares todos experimentan notables pérdidas y viceversa, aunque se ven condicionados por la topografía”, añade

Son el segundo factor de ascenso del nivel del mar después del calentamiento de los océanos

Entre el año 2000 y 2023, los glaciares de todo el mundo perdieron el 5% de los hielos que aún retenían, según publicado en Nature . Por distribución geográfica, la pérdida oscila entre el 2% en las islas antárticas y subantárticas y casi el 40 % en Europa Central, según un estudio publicado en la revista Nature a principios de 2025.

Al ritmo actual de derretimiento, muchos glaciares del oeste de Canadá y EE.UU, Escandinavia, Europa Central, el Cáucaso, Nueva Zelanda y los trópicos no sobrevivirán al siglo XXI. Durante ese período, el derretimiento de los glaciares contribuyó con 18 milímetros al aumento global del nivel del mar.

“Puede que no parezca mucho, pero tiene un gran impacto: cada milímetro de aumento del nivel del mar expone a entre 200.000 y 300.000 personas adicionales a inundaciones anuales”, afirmó Michael Zemp, profesor de la Universidad de Zúrich y director del Servicio Mundial de Monitorización de Glaciares (que opera bajos los auspicios de la ONU). Los glaciares son el segundo mayor contribuyente al aumento del nivel del mar a nivel mundial, después del calentamiento de los océanos y las expansión térmica de las aguas.

El informe de la OMM sobre el Estado del Clima Mundial resalta que, entre 2022 y 2024, se observó la mayor pérdida de glaciares registrada en un trienio. “Siete de los diez años con un balance de masa más negativo se produjeron desde 2016”, declaró la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo. Su preservación “no es solo una necesidad ambiental, económica y social. Es una cuestión de supervivencia”, afirmó Saulo.

Los glaciares han experimentado una pérdida de más de 9 billones de toneladas desde que comenzaron los registros en 1975, según una recopilación de observaciones del Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares. Son cifras que, además, no contabilizan las capas de hielo continentales de Groenlandia y la Antártida. Esa pérdida equivale a un bloque de hielo del tamaño de Alemania con un espesor de 25 metros”, afirma Michael Zemp.

En el año hidrológico 2024 si bien el retroceso fue relativamente moderado en regiones como el Ártico canadiense o la periferia de Groenlandia, en cambio los glaciares de Escandinavia, Svalbard y el norte de Asia experimentaron su mayor pérdida anual de masa registrada (ver tabla).

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Teleférico del glaciar de la Grande Motte

LV

Reservas de agua estratégicas, destaca la Unesco

Más de 1.000 millones de personas viven en regiones montañosas y más de 1.000 millones dependen del agua de las montañas para tener agua y alimentos

Junto con las capas de hielo, los glaciares almacenan alrededor del 70 % de los recursos mundiales de agua dulce. Por eso las regiones de alta montaña son los depósitos de agua del mundo y por lo tanto, “el agotamiento de los glaciares amenaza el suministro de cientos de millones de personas que viven río abajo y dependen de la liberación del agua almacenada durante los inviernos anteriores durante las épocas más calurosas y secas del año” resalta la OMM.

“Independientemente de dónde vivamos, todos dependemos de algún modo de las montañas y los glaciares. Sin embargo, estas reservas de agua esenciales se hallan en peligro inminente», ha declarado Audrey Azoulay, directora General de la Unesco.

Más de mil millones de personas viven en regiones montañosas y más de dos mil millones dependen directamente del agua procedente de las montañas para el agua potable, saneamiento y sus medios de subsistencia. Las regiones montañosas son vitales para sectores como el pastoreo, la silvicultura, el turismo y la producción de energía. 

En los países andinos, el 85 % de la energía hidroeléctrica se genera en zonas de montaña. Las montañas también proporcionan productos de alto valor, como plantas medicinales, madera y otros productos forestales, ganado de montaña excepcional y productos agrícolas especiales, todos los cuales dependen del agua.

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