La región de Barcelona podrá regar parques y jardines y limpiar las calles con agua potable
Fin de la sequía
El Govern levanta las últimas restricciones cuando los embalses del Ter y Llobregat superan el 64,5% de su capacidad
El acuífero del Baix Ter volverá al escenario de normalidad, mientras que el acuífero del Fluvià Muga pasará de la excepcionalidad a la alerta
El pantano de Sau, el domingo pasado
Vuelve la normalidad. Pero la sequía ha dejado huella. El Govern, a través del comité interdepartamental de sequía, ha ratificado la decisión de levantar las últimas restricciones de agua en los municipios que dependen de los embalses del Ter y del Llobregat, unos 6 millones de personas. Con esta decisión, 493 municipios dejarán de tener restricciones tras un periodo “de 56 meses de sequía, que ha sido el más largo y severo en la historia de datos de los últimos 200 años”, según ha explicado la consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica, Sílvia Paneque. La recuperada normalidad significa que en estas zonas se podrá regar parques y jardines y limpiar las calles con agua potable. Dos años de sequía hacen que la nueva normalidad tenga algo de chocante.
Los cambios entrarán en vigor a finales de esta semana, cuando se publique en el DOGC, la resolución del director de la Agència Catalana de l'Agua.
La zona más poblada del país pasará, de esta manera, del escenario de alerta al de prealerta, un estadio en el que solo incluya medidas preventivas, como activar recursos de agua no convencionales, incrementar la desalinización y estudiar medidas de ahorro, pero no implica restricciones al agua.
Se toma esta decisión a raíz de la mejora consolidada de los indicadores, y teniendo en cuenta que los embalses del Ter Llobregat se sitúan en el 64,5% de su capacidad, con 394 hm3.
Las lluvias intensas y continuas de las últimas semanas han doblado en un mes las reservas de agua de las cuencas internas, un balance optimista dado que es el inicio de la primavera (época de precipitaciones) y aún no se ha producido el deshielo más intenso.
También se ha aprobado que el acuífero del Baix Ter vuelva al escenario de normalidad, mientras que el acuífero del Fluvià Muga dé un paso más en la desescalada y pase de la excepcionalidad a la alerta.
Afecciones sobre todo en el riego agrícola, cadal ecológico de los ríos y usos urbanos
Con esta decisión, se levantan las limitaciones en el uso del agua, que hasta ahora tenían incidencia sobre el riego agrícola y en los caudales ecológicos de los ríos. También desaparecen las limitaciones que hasta ahora se aplicaban en los distintos usos urbanos, con lo que se recupera una normalidad después de dos años.
Así, decaen límites de la fase de alerta que estaban en vigor hasta ahora: la reducción del 25 % de consumo en agricultura, del 5 % en usuarios industriales o recreativos, la prohibición de llenar fuentes ornamentales y las limitaciones a riego de parques y jardines, y limpieza de calles con agua potable.
Con estos cambios, nueve áreas geográficas (desde el punto de vista hidrológico) estarán en normalidad, cinco en prealerta y cuatro en alerta. Por tanto, catorce de los dieciocho ámbitos de las cuencas internas no tendrán ninguna limitación en el uso del agua.
Pese a que la fase de prealerta se recomienda la adopción de medidas de sensibilización en favor del ahorro, Paneque ha considerado que no son necesarios consejos adicionales porque el comportamiento de la ciudadanía es “ejemplar”.
En este sentido, ha dicho que el consumo, de media, está por debajo de lo recomendado y no repuntó cuando se alivió la situación del Ter y Llobregat y pasó de la fase de excepcionalidad a la de alerta.
Embalse de La Baells
Actuaciones para dejar de depender de la lluvia
A pesar de la mejora, el Govern sigue trabajando en las actuaciones previstas para este 2025 con el objetivo de incrementar en 31 hm3 la garantía de agua.
De momento, una de las actuaciones previstas ya está en servicio, concretamente la aportación de agua depurada de Figueres hasta el río la Muga en Pont de Molins, que tiene una capacidad de aportar 3 hm3/año.
En este ámbito, también están finalizando las obras para poner en servicio cinco nuevos pozos en el entorno de Peralada, y que permitirán una mejor gestión de las extracciones del acuífero del Fluvià Muga.
En el entorno metropolitano, también existen actuaciones ya en su fase final, como las mejoras en el tratamiento de los pozos Estrella, la aportación de agua regenerada en el Llobregat desde la depuradora de Sant Feliu, así como la ampliación de la potabilizadora de Besòs Trinitat.
Desalinizadoras: producción al 90%
La mejora de las reservas ha permitido reducir ligeramente la producción de agua desalada, aunque estas instalaciones funcionarán a un alto rendimiento, concretamente al 90% de su capacidad (hasta ahora lo hacían al 100%).
Se adopta esta decisión para reducir la presión extractiva sobre el Ter y para reforzar la recarga del recurso almacenado en los acuíferos como el delta del Llobregat (una reserva estratégica), que durante la sequía ha sido vital para garantizar las demandas