El extraño fenómeno de 'Slow TV': millones de espectadores siguen en 'streaming' la migración del alce en Suecia

Tres semanas en directo

'La gran migración de los alces' logró, en 2024, 9 millones de visualizaciones en SVT Play

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Fotograma de 'La gran migración de los alces' emitida por Slow Tv. 

SVT / Ap-LaPresse

Que las audiencias son un misterio poco predecible es un prejuicio, basado, como todos los prejuicios, en ciertas gotas de verdad. Un ejemplo es la producción de Slow TV La Gran Migración de los Alces, que muestra, básicamente, a alces migrando con gran parsimonia. Un fenómeno que dura 20 días, que se emite en directo con un equipo hiperprofesional: 26 cámaras remotas, siete cámaras nocturnas, un dron y 15 personas tras las cámaras.

Pues bien, en 2019, fecha de la primera emisión de La Gran Migración de los Alces, congregaron a un millón de personas tras la pantalla. En 2024 ya eran nueve. Y quizá se llegue a diez en este 2025.

Ulla Malmgren se aprovisionó de café y comidas preparadas para no perderse ni un solo momento del evento, explica a AFP. Malmgren, de 62 años, no está sola. La retransmisión en directo comenzó una semana antes de lo previsto debido al clima cálido y al movimiento temprano de los alces. Ella ya estaba lista.

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Estudio desde el que se produce el programa. 

SVT / Ap-LaPresse

Desde ahora hasta el 4 de mayo, las cámaras remotas del livestream capturarán a decenas de alces mientras cruzan nadando el río Ångerman, a unos 300 kilómetros al noroeste de Estocolmo, en su migración primaveral anual hacia los pastos de verano.

La relajación de la nada

—Me relaja, pero al mismo tiempo estoy en plan: ‘¡Oh, un alce! ¡Uy, y si aparece otro! ¡No puedo ir al baño!’ —dijo William Garp Liljefors, de 20 años, que ha coleccionado más de 150 peluches de alces desde 2020.

La Gran Migración de los Alces forma parte de una tendencia que comenzó en 2009 con la emisión, minuto a minuto, por parte de la televisión pública noruega NRK, de un trayecto en tren de siete horas por el sur del país.

El estilo de programación slow TV se ha extendido, con producciones en Reino Unido, China y otros lugares. La ciudad neerlandesa de Utrecht, por ejemplo, instaló un “timbre para peces” en una esclusa fluvial, que permite a los espectadores de la retransmisión en directo avisar a las autoridades cuando ven peces atascados mientras migran hacia sus zonas de desove.

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Alces captados en Suecia por el equipo de producción del programa. 

SVT / Ap-LaPresse

Telerrealidad de verdad

Annette Hill, profesora de medios de comunicación en la Universidad de Jönköping (Suecia), explicó que la slow TV tiene raíces en la telerrealidad, pero sin estar guionizada, lo que hace que parezca más auténtica para los espectadores. Estas producciones permiten al público relajarse y seguir el curso del viaje.

“Se convierte, de una manera extraña, en algo absorbente, porque no pasa nada catastrófico, nada espectacular —dijo—. Pero ocurre algo muy hermoso en ese momento a momento, minuto a minuto”. Como experta y fan de La Gran Migración de los Alces, Hill dijo que la retransmisión le ayuda a bajar el ritmo de su día siguiendo los ritmos naturales de la primavera.

Ese efecto calmante también se extiende al equipo de producción, según Johan Erhag, jefe de proyecto de SVT para La Gran Migración de los Alces. “Todo el que trabaja en esto reduce su nivel de estrés habitual”, afirmó. Los alces recorren esa ruta desde hace miles de años, lo que facilita al equipo saber dónde colocar unos 20.000 metros (casi 12 millas) de cable y situar las cámaras.

SVT no revela cuánto cuesta la producción, pero Erhag dijo que es barata si se tiene en cuenta que el año pasado se emitieron 506 horas de imágenes.

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