Lío en Kenia por dos belgas, cinco mil tubos de ensayo y una red de tráfico de hormigas

Biopiratería

Dos jóvenes menores de 20 años fueron arrestados por tratar de sacar los insectos del país africano

Dijeron que ignoraban que se tratase de un delito, pero hay indicios de que no era así

Parte del alijo de hormigas incautado en Kenia.

Parte del alijo de hormigas incautado en Kenia.

AP

En abril de este año, dos jóvenes de nacionalidad belga y 18 y 19 años, fueron detenidos en Kenia por el exótico delito de biopiratería. Los chicos fueron descubiertos trasportando en su equipaje hormigas de la variedad messor cephalote, tanto obreras como reinas. Aunque la pena que podían afrontar incluía la cárcel, en mayo fueron liberados a cambio del pago de una multa de casi 7.000 euros por cabeza. Alegaron ignorancia: no tenían idea, dijeron, de que sacar hormigas del país fuese un delito. Fueron “estúpidos e ingenuos”, explicaron.

De regreso a Bélgica, el 8 de mayo, la prensa indagó en el caso, porque un detalle resultaba llamativo. Los jóvenes no habían intentado sacar de Kenia un puñado de hormigas, sino cinco mil. Y las almacenaban en una gran cantidad de jeringas y tubos de ensayo, muy específicos para permitir que los insectos sobrevivieran.

El precio de las messor cephalote en el mercado del tráfico de insectos —que existe— es sorprendente. En Kenia, una cantidad de hormigas como la que poseían los belgas llega a 7.000 euros. Pero en otros mercados el precio estalla. Una sola reina de messor cephalote puede llegar a venderse por 700 euros, con 100 euros como precio de salida, informa Le Monde. Con 5.000 hormigas, varias de ellas reinas, en la maleta, el valor del fardo de insectos que transportaban los jóvenes, y la dimensión del delito, se escala.

Imagen de detalle de las hormigas del alijo, distribuida por la sPolicía de Kenia.

Imagen de detalle de las hormigas del alijo, distribuida por la sPolicía de Kenia.

Reuters

Reincidente con 19 años

Según el diario belga Het Laatste Nieuws, los jóvenes no eran ni tan noveles ni tan ingenuos como pretendían, y como habían llegado a afirmar en grupos de WhatsApp a los que el rotativo tuvo acceso, en los que acusaban a un vendedor ambulante keniano de haberles estafado. Uno de los jóvenes ya había tenido un incidente similar en el aeropuerto de Nairobi, en 2020 y con solo 14 años. Que la policía de Kenia les registrase en el hotel, y no en el aeropuerto, es indicio, aseguran, de una operación de seguimiento.

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La preocupación en Europa, además, son las consecuencias del tráfico de hormigas. Al margen de que sea ilegal y provechoso, como especies fuera de su hábitat, las hormigas messor cephalote pueden actuar como invasoras, alterando ecosistemas, fauna y flora. Bélgica se plantea ahora ampliar la gama de especies invasoras y regular la importación de hormigas. Para luchar contra la biopiratería y evitar desastres naturales.

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