La Comisión Europea ha iniciado un procedimiento de infracción contra España por incumplir la obligación de designar una autoridad encargada de supervisar el cumplimiento de las normas europeos para controlar las fugas de metano. Este es un potente gas de efecto invernadero casi 80 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2) en un periodo de veinte años. Esa designación de la autoridad de control debía ser notificada a Bruselas antes del pasado mes de febrero, cuando expiraba el plazo fijado por la normativa comunitaria.
Por esta motivo, la Comisión ha enviado una carta de emplazamiento, mediante la cual se detalla esta irregularidad y se da a España un plazo de dos meses para resolver la situación.
De mantenerse el incumplimiento, el expediente sancionador podría dar lugar a un dictamen motivado (con el que se da un nuevo plazo de dos meses para zanjar el asunto) y, en última instancia, se elevaría el caso al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para pedir una sanción contra el país incumplidor.
Los servicios comunitarios reprochan al Gobierno haber infringido el reglamento sobre metano, que aborda las emisiones de este gas en los sectores del petróleo crudo, el gas natural y el carbón, destinado a controlar estas emisiones y fomentar las medidas de su reducción. Bruselas expedienta también por el mismo motivo a otros ocho países.
Falta de diligencia
Las oenegés censuran la falta de diligencia del Gobierno por “desentenderse de este asunto”, teniendo en cuenta que España firmó en el año 2021 en la cumbre del clima de Glasgow (COP26) el Compromiso Mundial sobre el Metano, una iniciativa global para reducir las emisiones de metano un 30% para 2030 con relación a 220.
En el sector de hidrocarburos, el metano se emite principalmente durante la producción, procesamiento, transporte y almacenamiento de gas natural y petróleo, así como en la extracción y refinación de petróleo. Las fugas en el transporte y distribución de gas natural también contribuyen a estas emisiones.
En el caso de España estas emisiones son relativamente reducidas y en cualquier caso son muy inferiores si se comparan con las del sector agrícola y de residuos.
En España, el metano se emite principalmente en el sector agroganadero (fermentación entérica del ganado y la gestión de estiércol) y en vertederos mientras que en el sector energético su aportación es menor.

Vacas lecheras, en una granja de ganadería intensiva
Piden un Plan Nacional de Reducción de Emisiones de Metano en todos los sectores
Diversas organizaciones (Ecodes, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, Greenpeace España y Mighty Earth) han censurado que, pese a todo, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (Pniec) pasa no plantea ninguna medida significativa para reducir estas emisiones, más allá de la gestión de la gestión puntual de estiércoles para la valorización energética (biometano), pero sin plantear reducción de ganadería industrial.
Por eso, juzgan imprescindible la elaboración de un Plan Nacional de Reducción de Emisiones de Metano en todos los sectores emisores de este gas.
También subraya que se obvian “las fugas en el sector de los combustibles fósiles de países de los que España importa recursos energéticos, muchos de los cuales proceden de importaciones de pozos de fracking detectados en una investigación satelital de la Fundación Renovables”.
Las empresas
Las diversas empresas españolas de gas y petróleo han anunciado medidas para reducir sus emisiones de metano. Naturgy fijó un objetivo de intensidad de emisiones a 2025 de 0,0221 % y registró unas estimaciones de 2,1 kt de emisiones de metano en 2023. En el caso de Enagás, operador del sistema, se fijó un objetivo de reducir un 45 % sus emisiones de metano en 2025 y un 60 % en 2030, con respecto a las estimaciones de 2015, y registró una estimación de 2,1 kt emitidas en 2023.
Iniciativas de las oenegés
Propuesta para el Plan Nacional de Reducción de Emisiones de Metano en el sector agrícola y ganadero
● Fomentar dietas saludables en consonancia con las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) -vegetarianas o basada en productos vegetales: cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres, con pequeñas proporciones de carne y lácteos procedentes de la ganadería extensiva-.
● Fomentar y adoptar la “dieta de salud planetaria” que lleve a una aceleración de la reducción del consumo de carne y lácteos de origen industrial hasta alcanzar un consumo máximo de 300 gramos de carne y 1.750 gramos de productos lácteos por persona a la semana en 2050. .
● Reducir el desperdicio alimentario en un 50 % para 2030 y al menos un 90 % para 2050.
● Establecer un acuerdo con el sector de la distribución alimentaria para que en el 2030 el 40 % de la proteína que vendan provenga de fuentes vegetales.
● Establecer de inmediato una moratoria a la ganadería industrial de al menos cinco años: ni explotaciones nuevas ni ampliaciones de las existentes.
● Reducir paulatinamente la cabaña ganadera en intensivo hasta alcanzar un 50 % menos en 2030 y su eliminación total en 2050.
● Desarrollar un Plan Estratégico de Ganadería que permita determinar la carga ganadera máxima para cada región teniendo en cuenta las capacidades de carga mucho más altas para los sistemas trashumantes
● Poner en marcha ayudas a todas las explotaciones para la reducción urgente de la densidad de animales en sistemas productivos industriales o cese voluntario de actividad, empezando por las más contaminantes.
● Aplicar una tasa que grave las emisiones de metano, aplicando, con criterios de justicia, el principio de “quien contamina paga” (quien más emite más debe pagar).Lo recaudado con esta tasa debe ser utilizado para incentivar la transición de los ganaderos convencionales hacia un modelo de ganadería sostenible y a pagar a la ganadería extensiva y trashumante de base agroecológica por los servicios ecosistémicos prestados.
● Crear un sistema de apoyo y ayudas para los ganaderos y ganaderas en transición hacia un modelo extensivo de base agroecológica y para aquellos que ya tienen su producción en extensivo y ecológico
● Disminuir progresivamente los sistemas intensivos industriales de producción de carne, lácteos y huevos, con normas más estrictas que reduzcan la densidad de población en estas granjas.
● Apostar, promover y fomentar sistemas productivos ganaderos extensivos y agroecológicos, de base trashumante y adaptados a los recursos y particularidades de cada territorio, como fuente de proteína animal.
● Reorientar las subvenciones a la ganadería para apoyar la producción sostenible de alimentos de origen vegetal y los de origen animal procedentes de sistemas extensivos y trashumantes.
Una dieta vegetariana para reducir las emisiones en el sector agroganadero
La apuesta por la adopción de dietas saludables (vegetarianas o con incremento de proteína vegetal respecto de la animal) es considera por estas entidades como una de las medidas eficaces para la reducción de las emisiones de metano del sector agroganadero. Así lo recoge el informe “Global Methane Assessment: Benefits and Costs of Mitigating Methane Emissions”, documento conjunto del PNUMA y la Climate and Clean Air Coalition (2021), en el que se dice: “Agricultura: (...) Las medidas de cambio de comportamiento y las políticas innovadoras son especialmente importantes para evitar las emisiones de la agricultura, dado el limitado potencial para abordar las emisiones de metano del sector a través de medidas tecnológicas”. Así se refiere a tres cambios de comportamiento: “la reducción del desperdicio y la pérdida de alimentos, la mejora de la gestión ganadera y la adopción de dietas saludables (vegetarianas o con menor contenido en carne y lácteos y procedentes de ganadería extensiva)”, `pues podrían reducir las emisiones de metano entre 65 y 80 Mt/año en las próximas décadas.”
El informe de la Alianza Europea para la Salud Pública (EPHA) concluye que “el consumo elevado de carne roja, y especialmente de carne procesada, se ha asociado a una serie de efectos negativos para la salud. Según las estimaciones, el elevado consumo de carne roja y procesada puede contribuir al 2,7 % de la carga de morbilidad y al 3,8 % de todas las muertes prematuras en la Unión Europea (UE) en 2019. Una reducción de la ingesta media de carne en las regiones de alto consumo, como Europa, cuando se logra como parte de una dieta diversa y nutritiva, puede conducir a beneficios para la salud y el medio ambiente, y puede apoyar la salud mundial y la seguridad alimentaria”, De hecho, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado a la carne procesada como “carcinógena para los humanos”. Además, el consumo excesivo de carne, en combinación con otros factores como la falta de ejercicio físico, contribuye a deteriorar nuestra salud, generando sobrepeso, obesidad, diabetes tipo II y enfermedades cardiovasculares.