La exposición al bisfenol A (BPA), un químico artificial muy común en plásticos de uso diario como botellas, envases de comida y latas, puede alterar el desarrollo del bebé antes incluso de su nacimiento, según una investigación de la Universidad de Granada (UGR).
El trabajo se ha centrado en examinar qué pasa cuando ratonas embarazadas y sus crías están expuestas al BPA. Y lo que han observado los científicos es que aquellos ratones expuestos a este químico durante el embarazo y la lactancia han ganado más peso y grasa y, además, han visto alteraciones en su microbiota intestinal. Además, las crías mostraban cambios en su comportamiento, principalmente relacionados con la hiperactividad.
Todo esto, explican los autores, se relaciona con cómo el bisfenol A altera la trasferencia de bacterias intestinales de la madre al bebé y cómo esas bacterias se establecen y desarrollan en los primeros días de vida.
Los científicos de la UGR también han constatado que el BPA impacta de forma directa sobre la microbiota intestinal de los niños. En concreto, han visto que disminuye la presencia de ciertas bacterias beneficiosas (del grupo Bacteroidota) y favorece la proliferación de otras, como las del grupo Actinomycetota. Porque, explican, algunos géneros bacterianos son especialmente sensibles al BPA -por ejemplo los Bacteroides-, mientras que otros, con los del grupo Clostridia, parecen tolerarlo mejor.
”Lo curioso es que algunos de estos cambios en la microbiota se repiten tanto en muestras de niños expuestas a bisfenol A como en las muestras de niños obesos que no estuvieron expuestas, lo que puede indicar una relación entre el BPA y el desarrollo de la obesidad”, indica la investigadora Alicia Ruiz, del departamento de microbiología de la UGR y una de las autoras del estudio.
En este sentido, cree que este trabajo abre la puerta a seguir investigando si ciertos cambios en las bacterias intestinales sirven como señales de alerta para saber si un niño ha estado expuesto a bisfenol A y cómo afecta eso a su salud metabólica.
Al mismo tiempo, y admitiendo que faltan estudios en humanos, la recomendación de la investigadora es evitar el contacto e ingesta de ciertos químicos como el BPA durante el embarazo y la infancia.
Claro que evitar esta exposición no resulta sencilla, porque se trata de una sustancia presente en infinidad de objetos de uso cotidiano. Análisis realizados por otros centros de investigación han hallado BPA en concentraciones de hasta 1 microgramo por gramo en diferentes tipos de envases de uso habitual en tiendas y supermercados, como las bandejas transparentes, las blancas y las negras, las bolsas biodegradables, las latas de plástico o el film.