Frenar la deforestación en los países en vías de desarrollo y dejar de consumir productos (alimentos y recursos) ligados a esa destrucción forestal sigue siendo una asignatura pendiente para los consumidores. La Comisión Europea volverá a proponer que se retrase un año más (sería la segunda vez que lo hace) la entrada en vigor del reglamento europeo de deforestación importada. El reglamento persigue vetar la entrada de productos relacionados con la destrucción de ecosistemas forestales: soja, aceite de palma, madera, cacao, café o carne de vacuno. El retraso anunciado ha sido acogido de forma desigual en el mundo empresarial, una parte del cual ya se estaba preparando para adaptarse a la nueva legalidad. Nestlé afirma, por ejemplo, que los cambios en el calendario “pondrían en peligro los esfuerzos de los socios comprometidos” en la cadena de suministro.
La fórmula diseñada para frenar la deforestación (y que va camino de ser aplazada) consiste en la implantación de un sistema de autodeclaración obligatorio (proceso de diligencia debida) mediante el cual los operadores deberán dar garantías de que la mercancía (soja, aceite de palma…) no causa deforestación.
Para ello, deben proporcionar información relevante de la mercancía, como la geolocalización de la parcela de donde procede la materia prima, para que pueda ser rastreada si es necesario y comprobar que no causó deforestación.
Un reglamento ambicioso, postura del PP
La intención de retrasar el reglamento fue adelantada por Jessika Roswall, comisaria de Medio Ambiente, quien alegó problemas técnicos. Algunos sectores operadores e importadores han venido esgrimiendo que se les impone una alta burocracia administrativa y se han venido quejando de que esta nueva normativa comporta sistemas de seguimiento (geolocalización) muy sofisticados, como esa recopilación muy precisa para identificar las parcelas donde se cultivaron los productos, .
El retraso debe aprobarlo el Parlamento europeo.
“A pesar de nuestros esfuerzos de simplificación, no podemos hacerlo sin interrumpir las actividades de las empresas y las cadenas de suministro”, declaró Roswall. “Nos preocupa el sistema informático, dada la cantidad de información que introducimos. Por eso, solicitaremos a los colegisladores un aplazamiento de un año”.
Algunas empresas recibieron con agrado la noticia de una nueva prórroga. “Estábamos en una fase de gran tensión”, declaró Luis Batista, gerente de ventas de Barth & Co., una empresa importadora de suelos de parqué en Alemania, que había tenido dificultades para obtener datos de geolocalización precisos sobre las importaciones procedentes de China. “Un retraso es realmente muy útil”, declaró a la agencia Bloomberg.
“Es urgente simplificar las cosas”, declaró Peter Liese, líder ambiental del Partido Popular Europeo (de centroderecha), en
La ley persigue poner fin a la importación de productos cultivados en zonas deforestadas, como soja, madera, cacao, café, carne de vacuno, caucho, cuero, muebles, carbón vegetal y derivados de palma, así como los productos de papel impreso (pero no afecta al maíz, el biodiésel, otras carnes como cerdo o aves de corral).
Críticas en contra
El retraso puede dañar de nuevo la credibilidad de la UE tras las dudas y vacilaciones sobre la aprobación de la legislación de las normas climáticas. La UE elaboró su ley de deforestación tras un compromiso alcanzado en la conferencia climática COP26 en Glasgow, para frenar esta práctica a nivel mundial.
La noticia del aplazamiento llega pocas semanas antes de que los negociadores internacionales viajen a Brasil para conferencia de Naciones Unidas sobre Camio Climático (COP30), que se celebrará en los límites de la selva amazónica.
Protesta de Greenpeace en Ciudad de México (México)
La propuesta de retrasar un año el reglamento ha sido considerada como “totalmente inaceptable” por las organizaciones ciudadanas al estimar que “perjudica enormemente a las empresas y países que han hecho todo lo posible para tener a punto su implantación en diciembre de este año”.
“Además, ignora la voluntad de los ciudadanos de la UE que no quieren comprar productos vinculados a la deforestación. Esta propuesta, en un momento en que experimentamos una crisis climática, natural y de deforestación, y tras los incendios récord en Europa este verano, debe ser rechazada rotundamente”, dice Isabel Fernández, experta consultora de la organización Mighty Earth.
Tras los acuerdos comerciales
El anuncio se produce después de que la Comisión Europea haya firmado acuerdos comerciales con Estados Unidos y con Indonesia, en los que se hace referencia al reglamento de deforestación importada. El primero menciona explícitamente las preocupaciones de los productores y exportadores estadounidenses con respecto al reglamento de deforestación de la UE, y el segundo se establece con un país (Indonesia) que es uno de los mayores países productores de aceite de palma, uno de los productos básicos incluidos en el ámbito de aplicación del Reglamento.
“Promover retrasos y cambios en el marco legal solo beneficia a los rezagados y genera incertidumbre jurídica para los pequeños agricultores, las empresas y otros actores de la cadena de suministro, así como desventajas económicas y competitivas para aquellas empresas que dieron por sentadas las decisiones de la UE e invirtieron en consecuencia”, añade Isabel Fernández.
Los opositores al retraso resaltan que las carencias técnicas no pueden servir de excusa para retrasar la implantación del reglamento.
El reglamento (que tiene un valor de ley) fue presentado en su día como una legislación de vanguardia mundial y una oportunidad para que Europa capitaneara la protección forestal a nivel mundial tras escuchar a sus ciudadanos que no desean productos vinculados a la deforestación.
Cinco del contenido del reglamento deforestación evitada
1) El reglamento europeo aprobado establece que los importadores de madera, soja, vacuno, cuero, aceite de palma, cacao, café y sus productos derivados deben presentar geolocalizador, demostrar que el origen no es una zona donde haya deforestación y que no se han vulnerado las leyes del país.
2) Las importaciones estarán sometidas a controles (el 1% sobre la documentación exigida, y puede también implicar un control físico o que la mercancía se retenga en la aduana si existen dudas).
3) Por sus precedentes de altísima deforestación y sanciones anteriores, solo grupo de países son considerados de “alto riesgo” de deforestación (Rusia, Bielorrusia, Korea y Myammar), y por eso las importaciones deben ser sometidos a controles más exigentes.
4) Las empresas que importen productos de estos países citados tendrán que presentar un análisis de riesgo de deforestación y las medidas que están tomando para mitigarlo.
5) A principios de este mes, casi 200 000 personas escribieron a la Comisión Europea en respuesta a su consulta pública, para oponerse a los retrocesos medioambientales y exigir protecciones aún más estrictas.
6) El reglamento extiende el control a las áreas forestales, pero no a zonas densidad de árboles. Unas 60 entidades internacionales de la Alianza Deforestación Cero han pedido que se amplíe la protección a otras regiones como Pantanal (Brasil, Bolivia y Paraguay) y El Cerrado (sabana brasileña), “donde se concentra alrededor del 70% de la destrucción relacionada con el consumo europeo”


