La protección de los bosques y la lucha contra la deforestación se han convertido en un asunto clave dentro de la agenda ambiental europea. El reciente anuncio de la Comisión Europea de retrasar la aplicación de la ley contra la deforestación importada ha generado sorpresa, indignación y un intenso debate entre gobiernos, empresas y organizaciones ambientales.
En este escenario, WWF España se ha manifestado con de manera clara. Su coordinador de Conservación, Luis Suárez, recuerda que la Unión Europea es responsable de cerca del 20% de la deforestación importada mundial y advierte de que cada día de demora en la aplicación del reglamento europeo significa la pérdida de miles de hectáreas de bosques. Desde la perspectiva de WWF, la medida no responde a dificultades técnicas reales ni a los problemas administrativos, como la geolocalización de la parcela de donde procede la materia prima, como han esgrimido sus opositores, sino a intereses políticos y presiones de países exportadores que buscan debilitar el alcance de la normativa.
¿Cuál es la posición de WWF respecto al anuncio de la Comisión Europea de retrasar la aplicación de la ley de deforestación hasta diciembre de 2026?
En WWF consideramos que el retraso es “sorprendente y vergonzoso” debido a que en mayo de 2024 hubo un primer aplazamiento de un año en su la aplicación. Plantear ahora otro retraso adicional nos parece una “tomadura de pelo”, tanto desde el punto de vista ambiental como empresarial. Ambientalmente, porque implica seguir permitiendo la deforestación importada en un momento de emergencia climática; empresarialmente, porque muchas empresas ya se han preparado y han invertido recursos para cumplir con los requisitos y aplicar el reglamento al final de este año. Retrasar nuevamente la aplicación supone castigar a quienes cumplen y favorecer a quienes no se han preparado.
Madera lista para ser procesada en la instalación de Segezha en Vologda, Rusia
Algunas empresas y gobiernos alegan que necesitan más tiempo para adaptarse. ¿Qué opina WWF sobre esta justificación?
Estamos totalmente en contra de esta justificación. Ya que muchos sectores ya cumplen con los requisitos: por ejemplo, el 90% de la soja importada en la UE ya se ajusta a la normativa, y aún quedan meses para mejorar la adaptación. Consideramos que el retraso no responde a dificultades técnicas reales, sino a presiones de países exportadores que buscan alargar el proceso e incluso reducir el nivel de ambición de la ley llevándola de nuevo al Parlamento Europeo.
La Unión Europea es responsable de casi el 20% de la deforestación importada mundial
¿Cuáles son los principales impactos que puede causar este nuevo aplazamiento en la deforestación global y la protección de los bosques?
La Unión Europea es responsable de casi el 20% de la deforestación importada mundial. Según WWF, cada día se destruye el equivalente a 30 campos de fútbol de bosques. Cada día de retraso en la aplicación de la normativa significa permitir que esa destrucción avance más rápido, con impactos irreversibles sobre los ecosistemas. Además, queremos recalcar que no existen impedimentos administrativos o burocráticos que justifiquen este aplazamiento, mientras que el coste ambiental es altísimo y pone en riesgo el futuro del planeta.
¿Qué alternativas o medidas propone para abordar las preocupaciones de empresas y Estados miembros sobre la carga administrativa y del sistema informático?
Desde WWF defendemos que la carga administrativa y controles documentales será limitada porque la mayoría de los países (incluyendo europeos y latinoamericanos) se consideran de riesgo medio o bajo, por lo tanto, “la burocracia es mucho más sencilla”. Además, recordamos que la plataforma informática lleva un año de desarrollo y está lista para funcionar. Consideramos más sensato aplicarla y resolver problemas sobre la marcha en lugar de retrasar sin fundamento. También debemos añadir que las grandes empresas ya están preparadas y que las pymes dispondrán de plazos más largos para adaptarse. Para WWF, la verdadera causa del retraso no es técnica sino política: la presión de países como Estados Unidos o Indonesia que no quieren controles estrictos sobre la deforestación.
Clasificamos la postura de esos Estados como “totalmente irresponsable”
¿Cómo evalúan el papel de los 18 Estados miembros que firmaron la carta pidiendo relajar la normativa?
Clasificamos la postura de esos Estados como “totalmente irresponsable”. Considerando que están poniendo trabas a la normativa ambiental desarrollada bajo el Pacto Verde Europeo y que esto es inaceptable en plena crisis climática y de biodiversidad. Recordamos que países como España han sufrido directamente sucesos climáticos extremos (inundaciones en Valencia, incendios forestales), lo que demuestra la urgencia de actuar.
¿Qué campañas o iniciativas está impulsando WWF en respuesta a esta decisión?
Para influir en esos gobiernos, WWF impulsa la campaña “Manos fuera de la naturaleza”, que exige a la Comisión Europea, Parlamento y Estados miembros mantener intactas las leyes ambientales (deforestación, restauración, protección de la naturaleza). También se debe decir que la UE tiene compromisos internacionales (acuerdos de cambio climático y de biodiversidad) que debe cumplir.
A largo plazo, ¿Cómo nos afectará este retraso?
Queremos señalar que el problema no es solo a largo plazo, sino inmediato. La deforestación reduce los sumideros de CO₂ y aumenta la emisión de gases de efecto invernadero, lo que acelera el calentamiento global. Esto provoca más sequías, olas de calor e incendios forestales, creando un círculo vicioso de destrucción. Cada año perdido se suma al problema, hace más rápida la subida de temperaturas y multiplica la frecuencia y gravedad de eventos catastróficos. Aplazar un año más significa acelerar impactos que serán mucho más difíciles de revertir.
¿Qué opina WWF sobre el trasfondo político de este retraso y sobre el papel de los gobiernos?
Hemos interpretado el retraso como una maniobra política para reabrir el debate en el Parlamento Europeo y rebajar aún más una normativa que ya fue diluida en el proceso legislativo. Criticamos de forma total que, en plena emergencia climática, los gobiernos “miren hacia otro lado” y cedan a las presiones externas. Subrayando que esto es “pan para hoy y hambre para mañana”: aplazar la acción solo aumentará la urgencia y obligará a tomar medidas más drásticas en el futuro.


