Seria advertencia del Gobierno contra los planes que están pergeñando algunas comunidades autónomas: la caza del lobo es ilegal. “No puede haber controles letales”, como pretenden. Este es el mensaje que han lanzado los altos responsables del Ministerio para la Transición Ecológica a los representantes de las comunidades autónomas coincidiendo con el consejo sectorial de medio ambiente celebrado este viernes. Esta advertencia se produce al conocerse definitivamente el censo del lobo en España. La cifra total es de 333 manadas, lo que supone un incremento del 12% respecto al censo anterior de hace seis años (entre 1.600 y 1.700 individuos), cuando se registraron 297 manadas. De todo ello se deduce que la situación de esta especie protegida sigue siendo desfavorable, según fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica, pues el número de ejemplares está lejos de las 500 manadas mínimas que se consideran necesarias para garantizar su viabilidad como especie en España.
Portavoces ministeriales han alertado a las comunidades autónomas que deberían desistir de sus planes para reimplantar el eufemístico “control de poblaciones”, como fórmula para reanudar la caza del lobo. Las comunidades autónomas han anunciado planes para volver a cazar el lobo, tras haberse aprobado el Congreso una ley que ha sacado a lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), una medida impulsada por los partidos de derechas como enmienda en la ley de Desperdicio Alimentario.
Estas comunidades han invocado la legitimidad para implantar el “control de poblaciones” considerando esta exclusión o, incluso, la buena situación relativa del lobo en su comunidad.
Argumentos en contra de la justicia
Sin embargo, fuentes del Ministerio resaltan que no valen los criterios territoriales (“el lobo no atiende a fronteras autonómicas”) e invocan la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) , de julio del año pasado, en la que se dictamina que la caza del lobo ibérico es ilegal cuando su estado de conservación a nivel nacional es desfavorable.
Si su situación es desfavorable en una parte del territorio donde estuvo implantado, lo es en el conjunto del país, señalaba el fallo.
La sentencia del TJUE era una respuesta a la consulta prejudicial efectuada por el Tribunal de Justicia de Castilla y La Mancha. El fallo indicó que las normas autonómicas que permitieron en su momento la caza del lobo en Castilla y León son contrarias al derecho europeo, ya que el lobo está protegido por la directiva de Hábitats.
El TJUE ha enfatizado que la protección del lobo debe basarse en datos científicos y que la caza solo puede permitirse excepcionalmente, cuando haya daños graves y la población se encuentre en buen estado de conservación.
Los jueces divididos
Pero no es esta la situación del lobo en España. “En estos momentos, aplicando la sentencia del TJUE, el lobo en nuestro país está en situación desfavorable. Lo estaba antes y lo sigue estando ahora. En aplicación de la directiva y en aplicación, asimismo, de la de la sentencia, el lobo no es una especie que pueda estar sujeta a gestión mediante herramientas cinegéticas. No puede haber controles letales de la especie”, sentenciaron desde Transición Ecológica. “No pueden darse matanzas”, añaden.
La situación ahora es compleja. Algunos tribunales de justicia de ámbito autonómico han rechazado los planes de algunas comunidades para cazar el lobo, mientras que otros tribunales no han atendido la petición para paralizarlos.
“Esta situación no puede mantenerse en el tiempo. Y debe darse una unificación de criterios, y esa unificación debe tener en cuenta el superior rango del Tribunal de Justicia Europeo, que se ha manifestado de manera muy clara”, añaden.
Ganancia de ejemplares arruinada
“Las matanzas ya autorizadas nos devuelven a la situación de hace 6 años”
Por otra parte, fuentes de Transición Ecológica subrayan que las comunidades autónomas que ya han autorizado cazar lobos desde el pasado abril, como Asturias y Cantabria (en Galicia esa decisión está paralizada por el Tribunal Superior de Justicia de esa región), han contribuido a la eliminación de unas 20 manadas o cerca de 100 individuos.
Esto “significa que volvemos a la situación del censo del 2019”. Es decir, toda la mejora de la situación que se habría dado para esta especie, como consecuencia de las matanzas que se ponen en marcha “nos devuelve a una situación similar a la del 2019. Es como si no se hubiese producido ningún incremento en estos años”, recalcaron.
Esas fuentes añadieron que “directamente se está matando un ejemplar, pero indirectamente se están matando tres, cuatro o cinco”, puesto que “una parte nada despreciable” son hembras en periodo de cría que tienen camadas de unos cuatro cachorros de media.
Además, recalcaron que el lobo ibérico es una especie con “un alto índice de mortalidad” por enfermedades, accidentes o un elevado índice de endogamia. “Estas medidas son totalmente contraproducentes”.
Censo y valoración
“El número de lobos presentes en España está por debajo del número de linces presentes en España”, sentencia fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica. Ese felino dejó de estar en la Lista Roja de Especies Amenazas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en junio de 2024 tras las medidas adoptadas por administraciones y organizaciones para introducirlo en otros territorios tras encontrarse en peligro de extinción.
Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria albergan la mayor parte de la población nacional del lobo, mientras que País Vasco, Madrid, Castilla-La Mancha, La Rioja y Extremadura forman los territorios en expansión y presentan un número muy reducido de manadas.
No se han detectado manadas estables en Aragón ni en Catalunya, a pesar de existir presencia esporádica de ejemplares, pero sin constatar reproducción. En 2024 se ha detectado por primera vez en décadas una manada reproductora en Extremadura.
Estos resultados “parecen señalar que el lobo se encuentra en una situación estable en España, con un crecimiento y expansión moderada en los límites de su distribución, y una estabilización de sus efectivos en las áreas de distribución histórica de la especie: Galicia, Asturias y Castilla y León”, indican los técnicos del Ministerio.
En general, se observa mayor expansión del número de manadas en los bordes del área de distribución estable de la especie, hacia el este y sureste, en especial en los límites autonómicos de Castilla y León con Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha, La Rioja y País Vasco.
Los datos de este censo servirán para establecer si el estado de conservación de la especie es favorable o desfavorable de acuerdo con los criterios fijados por la Unión Europea.
Una expansión bloqueada
Por otra parte, los expertos ven “imposible que haya un crecimiento mayor de manadas en el territorio que en estos momentos ocupa la especie”. Esto es así porque el lobo tiene una expansión “autolimitativa” en la ocupación del territorio. El espacio que ocupa una manada no puede ser ocupado por otra. Cuando hay una ocupación de la totalidad de ese territorio, “la única posibilidad que tiene de crecimiento de la especie es que recupere espacios en los cuales ha sido exterminada”, comentaron fuentes de Transición ecológica.
Los científicos consideran que, para asegurar la viabilidad genética de la especie a largo plazo, deben alcanzarse las 500 manadas.
Sin embargo, la única posibilidad de alcanzar ese número que la ciencia establece de 500 solamente se puede conseguir si el lobo va recuperando lugares de donde fue expulsado.
“El lobo estará en un estado favorable en nuestro país cuando el lobo haya recuperado presencia en la totalidad del territorio en la que históricamente estuvo presente”, apostillaron.
Comunidades con la escopeta preparada
El periodo de censo ha coincidido con un momento en el que la especie ha disfrutado de protección especial en toda España (al estar incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial), “lo que sin duda ha contribuido a la mejora poblacional observada”, dicen los expertos. Sin embargo, el cambio normativo reciente propicia que las diferentes comunidades autónomas ya hayan anunciado su intención de reanudar la caza del lobo.
En el caso de Cantabria, ya se han abatido al menos nueve ejemplares, en época de reproducción, de los 41 previstos en la temporada 2025/2026. Asturias ha informado que, en el marco de su plan de gestión, autorizará, hasta el 31 de marzo de 2026, la “extracción” de 53 ejemplares. La Rioja y Galicia han incluido la especie en sus órdenes de vedas para 2025, sin especificar cupos. Castilla y León ha manifestado que abordará la caza del lobo una vez esté terminado el informe sexenal que deberá remitirse a la Comisión Europea el 31 de julio de 2025.
Ya no hay indemnizaciones estatales por daños al ganado
Por otra parte, Transición Ecológica dejará de sufragar con 20 millones de euros anuales en indemnizaciones por daños de ataques de lobos al ganado y serán las comunidades autónomas con presencia de esa especie las que costeen esos casos.
El Ministerio va a seguir aportando 20 millones de euros para mejorar la capacidad de gestión de las actividades en el medio rural en territorios donde hay presencia del lobo, pero no va a cubrir los daños, tras haber sido excluida del Lespre y cuando las comunidades consideran como parte de la gestión la caza.
WWF quiere que vuelva a ser incluido en el listado de especies de protección especial
El coordinador de conservación de la WWF, Luis Suárez, ha señalado que esta organización “valora” pedir que el lobo vuelva a estar incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) tras conocer el último censo, que deja un total de 333 manadas y unos 1.600-1.700 individuos en toda España.
“Los motivos por los cuales se incluyó en el Lespre siguen vigentes: no era una cuestión solo poblacional, sino que se incluyó por el valor que tiene la especie, por el papel que juegan los ecosistemas, el valor económico, el social, y esos motivos siguen vigentes, pero ahora tenemos un nuevo censo que nos dice que la estación sigue estando mal”, ha explicado.
Según ha detallado, el crecimiento que ha tenido es mínimo, de un 1% anual, que es hasta cuatro o incluso cinco veces inferior a lo que se está dando en el resto de Europa. Este “estancamiento” poblacional se debe a la “persecución” a la que “sigue estando sometida” --en muchas comunidades autónomas- y a un “problema genético”. “Es una población con la mayor variabilidad genética de toda Europa y eso hace que tenga unas dificultades a la hora de poder expandirse”, ha señalado.
Desde el punto de vista de WWF, las cifras del censo confirman que la exclusión del lobo del Lespre “se tomó por cuestiones políticas y no en base a conocimientos científicos”. En su opinión, la especie debería volver al Listado para que se garantice una gestión uniforme en todo el territorio y para que no se vea “sometida a los intereses de ciertos grupos o a las voluntades políticas de determinadas comunidades autónomas”.
Tras el censo de 2019, el lobo fue incluido dos años después en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), con lo que su caza deportiva pasó a estar prohibida el 22 de septiembre de 2021.
Esa situación cambió el pasado 2 de abril, cuando volvió a permitirse la caza deportiva del lobo ibérico al norte del río Duero gracias a la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario.