Solo un 20% de los países han presentado hasta ahora a Naciones Unidas sus planes, nuevos o actualizados, para cumplir la exigencia del Acuerdo de París, que les obliga a presentar este año sus nuevas iniciativas para reducir los gases invernadero y combatir el calentamiento del planeta. Solo 38 de las 196 países firmantes del Acuerdo de París (que suponen menos del 25% de las emisiones) han cumplido esa obligación por ahora. Se espera que mañana el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, haga un llamamiento a los países para que comuniquen esos nuevos planes. Sin embargo, los retrasos y los escasos anuncios hechos hasta ahora son un mal augurio. Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudí, junto al avance de los partidos de ultraderecha, son el gran lastre para relanzar la acción climática.
Los países tenían de plazo hasta el mes de febrero para comunicar a la ONU las llamadas ‘contribuciones determinadas a nivel nacional’ (NDCs, por sus siglas en ingles) en las que deben detallar su plan de acción climática hasta el año 2035. Pero, vistos los retrasos, la Secretaria del Convenio de Cambio Climático prorrogó la fecha tope hasta el 30 de septiembre de este año.
En estos documentos (NDC) los países deben reflejar sus avances en este campo (implantación de renovables, reducción del uso del carbón, mejora de la eficiencia energética, medidas de adaptación y financiación). Estos datos son clave para completar el cómputo de las emisiones evitadas y determinar si ese balance está encaminando al planeta en una senda compatible con la meta para frenar el incremento de temperatura a 1,5ºC.
El listado se ampliará los próximos días
Entre los países que han presentado estas contribuciones están Gran Bretaña, Australia, Canadá, Noruega, Suiza y los Emiratos Árabes. También las comunicó Estados Unidos, pues la Administración de Joe Biden se apresuró a comunicarlas antes de la llegada de Donald Trump.
El listado se incrementará esta semana, con motivo de la cumbre del clima convocada por António Guterres, y en la que se espera la asistencia de más de 45 jefes de Estado. Representantes de más de 100 países participarán en un acto en el que anunciarán u ofrecerán más detalles sobre sus planes para 2035.
Entre los países que mostrarán sus cartas está China. Sin embargo, a pesar del éxito de este país en la economía verde (con energías renovables generan una cuarta parte de la electricidad y los vehículos eléctricos alcanzan ya el 50% del mercado), todo indica que Pekín presentará un plan conservador, pues suele prometer poco ante la ONU y luego mostrar más. También en esa precaución influyen los movimientos de la Casa Blanca.
La UE, en medio de fuertes tensiones, aún confía en presentar su plan antes de la conferencia de Belém
Por su parte, la Unión Europea, que sufre fuertes tensiones, no estará entre esos países que presentan su plan. Sus ministros de Medio Ambiente solo lograron la semana pasada apoyar una mera declaración de intenciones no vinculante sobre su contribución, aunque ha anunciado como objetivo para 2035 reducir las emisiones entre el 66,25% y el 72,5% (respecto a 1990).

Plan de acción climática
Sin embargo, en esta horquilla sólo el recorte del 72,5% se aproxima a una reducción congruente con una senda que permita recortarlas un 90% en 2040 y frenar el aumento de temperaturas a 1,5ºC respecto a la era preindustrial (como reclama la comunidad científica).
Países como Hungría, Polonia, Italia o Eslovaquia rechazan la propuesta de la Comisión Europea para disminuir las emisiones un 90%, mientras que Francia y Alemania también se resisten a dar un nuevo gran salto a la ambición climática.
No obstante, la UE promete tener listo y aprobado su contribución (NDC) antes de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se celebrará entre el 10 y el 21 de noviembre en Belém (Brasil).
La posición del bloque comunitario ha sido muy criticada por diversos sectores, al interpretar que estos retrasos y la falta de claridad en los objetivos son señales que erosionan su credibilidad como líder climático. ¿Llegará a tiempo a la cumbre de Brasil? “Europa aún puede limitar el daño, y debe hacerlo. Una NDC [plan de acción climática] retrasada pero ambiciosa es ahora la opción menos mala”, señala Steffen Menzel, experto de centro de estudios E3G de Berlín. Menzel reclama que la UE cumpla con las obligaciones del Acuerdo de París y que presente su mayor ambición posible.
También recuerda que la Corte Internacional de Justicia ha confirmado que la ambición climática no es una opción sino “la vía inteligente para la economía y la seguridad de Europa”. x
Sin colaboración iríamos a un calentamiento de 5ºC
Simon Stiell, director ejecutivo del Convenio sobre Cambio Climático de la ONU, lanzó ayer un mensaje en el que conmina a los países a una mayor ambición en sus planes de acción, aunque rehuyó un llamamiento con el estilo dramático que suele emplear el secretario general, António Guterres.
Stiell sostiene que “sin la cooperación climática de la ONU, nos encaminábamos hacia un calentamiento de 5ºC, un futuro imposible. Hoy estamos más cerca de los 3ºC. Sigue siendo demasiado alto, pero estamos logrando frenar la curva. A finales de este año veremos cuánto nos acerca la próxima ronda de planes al objetivo de 1,5ºC”, dijo.
Stiell reclamó que se difundan “los enormes beneficios que comporta la acción climática a miles de millones de personas”. Y en esta línea destacó que la inversión energías renovables se ha multiplicado por diez en diez años, y que “la transición hacia la energía limpia está en auge en casi todas las principales economías”.
“Hoy, más del 90% de las nuevas energías renovables cuestan menos que la opción fósil más barata”, dijo antes de añadir que las tecnologías y soluciones (energía limpia, electrificación, eficiencia y almacenamiento de la electricidad…) son herramientas que están ahí, y ya se están poniendo en práctica.
Simon Stiell
Contra el alarmismo que cae en “oídos sordos”
Stiell considera que el ciudadano debería ver las conferencias del clima como un proceso, en lugar de tener expectativas demasiado altas en una sola reunión. “Tenemos la percepción de que necesitamos resolver todos los aspectos de la crisis climática en una sola COP. Creamos falsas expectativas de que todo debe resolverse en ese momento”, señala en declaraciones a The Guardian.Stiell también quiere que la ONU cambie de rumbo y se aleje de las alarmantes advertencias de calamidad que con frecuencia han caído en oídos sordos entre los gobiernos que lidian con los problemas económicos. En su lugar, presentará ejemplos concretos de cómo gobiernos como China han accedido a miles de millones en inversiones y han obtenido ganancias extraordinarias al optar por energías limpias y una transformación verde.
Laurence Tubiana refuerza los argumentos de Stiell
En esta misma línea se ha expresado Laurence Tubiana, directora ejecutiva de la Fundación Europea del Clima. “El Acuerdo de París ya ha cambiado la trayectoria global: sin él, nos encaminaríamos hacia un aumento de +5 °C. Hoy en día, las energías renovables están aumentando, los costes están bajando y se está incorporando la resiliencia a las economías. Pero vemos los costes de la inacción: los efectos del cambio climático nos están afectando duramente. El reto ahora es político. El proceso multilateral depende del liderazgo y existe una necesidad urgente de ‘coaliciones de voluntarios’ y ‘coaliciones de acción’.