‘Pedro’, el orangután salvado en Borneo con apoyo de una organización española
En peligro de extinción
La fundación de la primatóloga Biruté Galdikas ha logrado recuperar en torno a un millar de estos primates, cada día más amenazados por la deforestación, el impacto del cambio climático en la selva y la caza ilegal
Sólo en Borneo, se calcula que han desaparecido la mitad de orangutanes en lo que va de este siglo
Biruté Mary Galdikas, vive en la selva de Borneo desde hace casi 60 años. La primatóloga, dedicada al estudio y la protección de los orangutanes, ha bautizado a un joven orangután como ‘Pedro’, en reconocimiento al apoyo recibido por la organización Proyecto Gran Simio de España, dirigida por el naturalista Pedro Pozas. Con una deforestación a la que no se pone freno, los orangutanes están calificados en “peligro crítico” en la Lista Roja de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), mientras se sigue importando de Indonesia aceite de palma africana que deforesta su territorio.
El orangután 'Pedro' en la instalación de Borneo financiada por la oenegé Proyecto Gran Simio
Pozas, que lleva muchos años en la defensa de la fauna silvestre y los pueblos indígenas, reconoce que fue una grata sorpresa que Galdikas reconociera con ese ‘bautismo’ el apoyo financiero de su organización a las nuevas instalaciones para estos primates. “Cada vez hay más orangutanes en riesgo. ‘Pedro’ fue encontrado cuando era un cachorro junto a su madre, fallecida en un incendio. Lo recogieron y lo llevaron al Danielle Camp, donde estará unos años hasta que sea capaz de valerse por sí mismo y pueda, con el tiempo, retornar a su espacio natural. Este campamento es un centro de rehabilitación que tiene la Fundación Internacional de los Orangutanes (OFI, en inglés) en una isla del Pacífico que es compartida por Indonesia, Malasia y Brunei.
Sólo en Borneo, donde Galdikas fundó su proyecto, se calcula que han desaparecido la mitad de orangutanes en lo que va de este siglo. Según algunas investigaciones quedarían 100.000, aunque desde OFI barajan entre 40.000 y 60.000: “Es difícil tener un número claro porque cada día hacen nidos en un sitio y parece que son más de los que hay”, explica Pozas. De hecho, de los Tapamuli quedarían como mucho 760 individuos, muchos amenazados por una gran presa hidráulica en Sumatra, que se prevé terminar en diciembre de este año.
Miras a los ojos de un orangután y ves a un antepasado nuestro. Es impensable que esta criatura que ha sobrevivido millones de años pueda desaparecer
Instalación para crías de orangután en la selva de Borneo, financiada con apoyo de Proyecto Gran Simio
El Danielle Camp, donde el Proyecto Gran Simio ha financiado la nueva instalación de acogida de cachorros como 'Pedro', es el primer paso para los rescatados de la selva tras quedarse huérfanos. Kobe Steele, fundadora de la delegación de OFI en Australia, explica que pasan allí unos ocho años, aprendiendo a ser independientes (a escalar, alimentarse por si mismos, hacer nidos…) y luego se trasladan a otro centro, el Leakey Camp, en la Reserva de Tanjung Puting, hoy un parque nacional. Allí comienzan a dejarles las puertas abiertas y, poco a poco, se vayan acostumbrando a la vida en la selva, hasta que acaban por abandonar las instalaciones. Suelen vivir en libertad hasta los 30 o 40 años, aunque los hay de 60.
Steele señala que ahora tienen 40 en recuperación para la vida salvaje, pero estiman que habrá entre 10 y 20 más a final de este año. “En el pasado se llegó a trabajar con más de 300, pero cuantos menos quedan, menos llegan”, reconoce. Y añade un dato que la sorprende: la mayoría de los visitantes que tienen en sus centros de Borneo son españoles.
Galdikas, en declaraciones a Guyana Guardian, recuerda que “son los únicos grandes simios de Asia, diferentes de los humanos en muchos aspectos, pero en muchos otros son un espejo de nosotros mismos, muy inteligentes, con emociones similares a las nuestras, incluidos los fuertes lazos madre-hijo, y merecen nuestro amor y protección”. “Cuando miras a los ojos de un orangután, ves a un antepasado nuestro. Es impensable que esta criatura que ha sobrevivido millones de años pueda desaparecer. Por favor, protejamos a los orangutanes y las selvas tropicales, que son su único hogar”, suplica.
Por favor, no consuman productos con aceite de palma, ni en cosmética, ni en nutrición ni en biocombustibles
Las excavadoras deforestan cientos de hectáreas de bosque en Borneo, Indonesia, para el cultivo de la palma
Pero el futuro no es halagüeño. En 2022, un artículo, publicado en la revista “Perspectives in Ecology and Conservation” señaló que, de seguir la pérdida de ese bosque tropical de Borneo, para dentro de siete años habrán desaparecido otros 26.000. Proyecto Gran Simio, la oenegé que lucha por el reconocimiento de los derechos de los simios como “personas no humanas”, comenzó a colaborar con la OFI de forma directa en el año 2020 cuando, gracias a las aportaciones de sus socios y socias, se enviaron materiales para impedir que hubiera contagios de COVID-19 en el lugar. Esta organización promovió en España una proposición no de ley, aprobada en el Congreso de los Diputados en 2008, para reconocer los derechos de los simios como “personas no humanas”, pero la ley sigue pendiente de aprobación.
La primatóloga Galdikas es un referente mundial en la conservación de esta especie. Fue una de las tres jóvenes seleccionadas por el famoso antropólogo británico Louis Leakey en la década de 1960 y 1970 para que investigaran a estos lejanos parientes humanos. Las otras dos fueron Dian Fossey, asesinada en 1985 en Uganda por furtivos cuando estudiaba a los gorilas, y Jane Goodall, a la que Leakey envió a Tanzania con los chimpancés, hoy otro pilar en la preservación de la biodiversidad.
Cuando ella llegó a la selva asiática en 1971, con apoyo financiero de la National Geographic Society, no imaginaba que no volvería a vivir en otro lugar. Fue la primera en investigar y descubrir gran parte del comportamiento de los orangutanes y denunciar la desaparición de su hogar. Desde entonces, en torno a un millar han sido rehabilitados gracias a su fundación. “La situación en Indonesia no cambia. Los bosques y las plantaciones de aceite de palma se amplían y hay talas ilegales. Las cenizas ilustran el problema de la deforestación. Ahora el Gobierno indonesio ha tomado conciencia de la crisis de conservación y está tomando medidas para remediarla, pero la gran pregunta es ¿de cuánto tiempo disponemos?”, señala.
También Steele lanza un mensaje: “Por favor, no consuman productos con aceite de palma, ni en cosmética, ni en nutrición ni en biocombustibles. Desde España se puede hacer mucho por esta maravillosa especie”. La australiana se implicó en la fundación tras un viaje a Borneo para recuperarse del prematuro fallecimiento de una hija. No solo se implicó en la Fundación de Galdikas, sino que logró recaudar fondos para comprar un territorio que iba a destinarse a palma africana y ahora forma parte del proyecto.