La sequía es un problema cuyo impacto es cada vez más evidente en el globo terráqueo, consecuencia directa del cambio climático. Esto nos hace preguntarnos cómo será nuestra ciudad de aquí a unos años, y qué recursos energéticos utilizaremos mayoritariamente. Pero, ¿y si la próxima gran sequía que suframos no sea de agua, sino de electricidad?
Esta es la reflexión que lanzó Elon Musk durante la Bosch Connected World Conference hace un año, y que hoy cobra más sentido teniendo en cuenta los últimos avances en materia energética de estos doce meses.
El propietario de X y CEO de Tesla advertía que la tecnología y la inteligencia artificial requieren un nivel de producción energética muy elevado, y planteaba sus dudas sobre si tendremos capacidad para abastecerlo o no. Especialmente, porque, tal y como afirmó Musk, esta exigencia será cada vez mayor en menos tiempo del que podamos tener para adaptar las infraestructuras eléctricas de manera que puedan responder a esa demanda de energía.
¿Estamos ante riesgo de colapso eléctrico mundial?
Lo cierto es que, tras el apagón que tuvo lugar el pasado 28 de abril, la predicción de Elon Musk parece no estar muy alejada de la realidad. Durante su intervención en el evento, el magnate estadounidense explicó que la demanda computacional de IA está aumentando por 10 cada seis meses. Y, aunque Musk opina que el crecimiento se podría estabilizar, seguirá en aumento.

El aumento de la IA y la expansión de los vehículos eléctricos multiplican la demanda de electricidad.
Este ritmo de crecimiento podría colapsar el suministro eléctrico global y comprometer el funcionamiento habitual de todas las industrias y actividades profesionales que dependan de ello. Además, el empresario hace hincapié en que el crecimiento de la IA sumado a la expansión de los vehículos eléctricos está generando una demanda de energía eléctrica excesiva.
La incapacidad para producir toda la energía necesaria es lo que provocaría un colapso global, motivado, en gran parte, por el rápido avance de la inteligencia artificial. De hecho, Musk afirma que “estamos ante la mayor revolución tecnológica que ha existido”. Por esta razón, el CEO de Tesla aventuraba ya hace un año que “la siguiente sequía será la de la electricidad”.
Apuesta por las energías renovables
Ante la posible escasez energética global, la solución pasaría por agilizar la producción de energías renovables hasta lograr una producción sostenible. La propia Agencia Internacional de la Energía pronostica que, para 2030, la generación mundial de electricidad renovable deberá incrementarse un 90% para poder satisfacer toda la demanda.
En la misma línea se muestra la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), que revela que, para 2050, el 91% del suministro mundial de electricidad procedería de fuentes renovables.
La consecución de este objetivo pasa por una mayor inversión en el desarrollo de alternativas energéticas renovables. Y no solo en el propio desarrollo, sino también en la mejora continua hasta conseguir que la producción energética procedente de recursos naturales sea, también, sostenible para satisfacer la elevada demanda.