EE.UU. vuelve a estar en el punto de mira. El país presidido por Donald Trump ha protagonizado las portadas de los medios a nivel mundial tras llevar a cabo el pasado sábado un ataque contra tres instalaciones nucleares en Irán.
Dispuesto a intervenir en el conflicto bélico entre Israel e Irán, EE.UU. ha hecho uso de varios bombarderos furtivos B-2, los cuales fueron detectados por los servicios de seguimiento de vuelos. El ingeniero aeroespacial Sergio Hidalgo ha arrojado luz sobre este tipo de bombardero.
Durante su última entrevista con el creador de contenido Jordi Wild, el ingeniero ha desvelado el funcionamiento y la tecnología avanzada de estos aviones, los cuales han protagonizado la “Operación Martillo de Medianoche”, el mayor despliegue de bombarderos B-2 de la historia.
Según Hidalgo, el B-2 es un avión que “tira bombas nucleares y no se puede detectar por radar a no ser que te acerques mucho”, convirtiéndolo en una herramienta muy valiosa para el país norteamericano.
Este avión es secreto y la tecnología que tiene es una barbaridad”
El ingeniero añade: “Los vuelan para meter miedo, en Reino Unido suele haber alguno, en Guam, Hawái... Se han utilizado en conflictos en el Medio Oriente. Este avión es secreto y la tecnología que tiene es una barbaridad, cuando hacía bombardeos en Kosovo, salían desde EE.UU., bombardeaban y volvían a EE.UU. porque no lo querían tener en otro aeropuerto”.
Con la ayuda de estos aviones, EE.UU. ha llevado a cabo una operación de distracción en la que se desplegaron bombarderos sobre el Pacífico como señuelo, según han revelado el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Dan Caine, en una rueda de prensa desde el Pentágono con los detalles operativos de la misión.
Dicha operación, sobre la cuál “muy pocas personas en Washington fueron informadas con antelación”, incluyó siete bombarderos furtivos B-2, que lanzaron más de una docena de bombas antibúnker de 13.600 kilogramos, conocidas como Massive Ordnance Penetrator (que nunca antes habían sido usadas), sobre las dos mayores bases nucleares de Irán, en Fordow y Natanz.