Simular desconocimiento ha sido una estrategia útil en más de un entorno laboral. Fingir que se ignora algo, hacer preguntas sencillas o adoptar una posición de aparente ingenuidad permite observar mejor, reducir expectativas ajenas y descubrir dinámicas que, de otro modo, quedarían ocultas.
Esta táctica, lejos de implicar pasividad, requiere una atención extrema y una capacidad aguda para detectar patrones, procesos y personas clave. En ambientes jerárquicos o muy técnicos, hacerse el tonto puede abrir puertas que una actitud resuelta cerraría de inmediato. Así empezó su trayectoria Pete Ruggiero, actual director ejecutivo de Crayola.
Desde dentro
Fingir desconocimiento le ayudó a entender mejor cómo funcionaba la empresa
En 1997, entró como contable de costes en Binney & Smith, nombre original de la empresa, tras un breve paso por Union Pacific y seis años en Deloitte. Había estudiado contabilidad en Villanova University y jugado en el equipo universitario de fútbol americano. Su llegada a Crayola coincidió con el deseo de su familia de asentarse en Pensilvania, donde su mujer trabajaba en el ámbito sanitario y su hija comenzaba el colegio.

Su implicación directa en la fábrica marcó el tono de toda su trayectoria en Crayola
Según relató al medio Fortune, su primer contacto con la planta de producción fue intenso y prolongado. Durante meses, pasó cuatro horas diarias en el taller, aprendiendo de los operarios y buscando formas concretas de mejorar. En una entrevista en el podcast JFlinch Learning Lab, explicó que “aprendí cómo funciona la máquina, cuáles son sus problemas y qué podía hacer para ayudar”.
El consejo vino de un jefe veterano, que le sugirió abandonar el despacho y presentarse en la zona de fabricación. Según recordó en la misma conversación con Fortune, “yo era un contable de la SEC haciendo informes externos y pasé a ser responsable de contabilidad de costes. No tenía ni idea”.
Ese periodo le sirvió para introducir mejoras prácticas, como una nueva etiqueta que no se despegaba del crayón. Esa experiencia inicial marcó el rumbo de su carrera interna, que más adelante le llevaría a dirigir la división europea desde Bedford, en el Reino Unido.
En sus propias palabras, recogidas también por Fortune, “he tenido tantos puestos en la empresa y he conocido a la gente de forma muy cercana”.
Desde 2024, lidera la firma como consejero delegado. Su trayectoria se construyó a base de aceptar cambios, adaptarse a cada nueva posición y asumir riesgos que, a simple vista, no tenían lógica inmediata. Esa capacidad de adaptación fue lo que le colocó en la cima.