Cuando Nintendo Switch 2 se presentó en sociedad a principios de abril lo hizo acompañada de una selección de juegos que saldrían a la venta durante los primeros meses de la nueva consola. Entre ellos destacaron Mario Kart World, Donkey Kong Bananza o Metroid Prime 4 Beyond, pero también un título que se anunció por sorpresa y que se mostró únicamente a través de una secuencia cinemática. Aquel juego era Kirby Air Riders y ahora ya podemos decir que lo hemos jugado.
Con motivo de la feria de videojuegos Gamescom que se celebra esta semana en Colonia, Nintendo ha mostrado por primera vez cómo será este juego de carreras y acción protagonizado por el adorable Kirby –y que saldrá a la venta el próximo 20 de noviembre–. Antes de que comience el evento, La Vanguardia ha tenido la oportunidad de probarlo durante 45 minutos y, si algo me ha quedado claro, es que este juego no es lo que aparenta.
Antes de entrar en detalle con estas primeras impresiones es importante puntualizar que Kirby Air Riders es, en realidad, una puesta al día de Kirby Air Ride –sin la ese final–, un juego que se publicó en 2004 para la consola GameCube y que, si bien no se convirtió en un gran éxito, sí acabó contando con una comunidad que disfrutó de su particular propuesta a medio camino de las carreras y la acción. Ya entonces contó con la dirección del diseñador de videojuegos Masahiro Sakurai, y este es otra de las claves de este título.
Decía que esta nueva versión para Nintendo Switch 2 es un juego que engaña porque, si bien a primera vista puede parecer un título de carreras pensado para el público infantil y familiar, a la hora de jugar no encaja en esta clasificación. Kirby Air Riders no es un juego al estilo Mario Kart, ni una experiencia que recuerde remotamente al hecho de conducir. Se podría decir que está más cerca de ser un título de combates y acción, aunque protagonizado por personajes entrañables y ambientado en escenarios encantadores.

El número de personajes seleccionables se ha ampliado de forma considerable
Kirby Air Riders no es un juego al estilo Mario Kart, ni una experiencia que recuerde remotamente al hecho de conducir
Prueba de que este no es uno de esos juegos que uno pueda aprender en pocos segundos son los –desmesurados– 48 minutos de presentación que Sakurai necesitó ayer para dar a conocer todas y cada una de sus características y opciones. A todas luces excesiva, esta presentación demostró que el juego necesita romper con aquello que transmite su aspecto visual, es decir, con la imagen de ser un juego accesible e intuitivo. Una sensación que puedo atestiguar después de varias partidas a sus dos modos principales: las carreras y los combates.
Antes de empezar a jugar se hace muy necesario haber superado los tutoriales con los que el juego presenta su funcionamiento. Es de justicia decir que se trata de tutoriales muy bien elaborados, ya que presentan de forma efectiva la dinámica general y las mecánicas. La curva de aprendizaje en las primeras partidas es pronunciada, pero a medida que uno se va acostumbrando a las particularidades de su control –por ejemplo, no hace falta acelerar– uno va notando como, poco a poco, va mejorando su técnica y leyendo de forma más eficiente aquello que sucede en pantalla –y suceden muchas cosas–.

Imagen del videojuego 'Kirby Air Riders'
El juego necesita romper con aquello que transmite su aspecto visual, es decir, con la imagen de ser un juego accesible e intuitivo
Cuando Kirby Air Riders apreta el acelerador es capaz de poner en pantalla momentos de velocidad y acción que dejan a Mario Kart en pañales. Potenciadores, todo tipo de habilidades especiales, ítems que alteran las condiciones de juego, eventos que tienen lugar durante la partida y una agilidad que a más de uno le hará perder de vista aquello que ocurre en pantalla. El título cuenta con opciones para ralentizar la acción, pero su naturaleza es acelarada y, sobre todo, competitiva.
Si bien es fácil pensar que las carreras serán el centro de la experiencia, durante la sesión de prueba Nintendo ha puesto mucho más énfasis en las pruebas competitivas que tendrán lugar dentro de la isla de Celesta, un espacio abierto que ya aparecía en el título original de GameCube y que aquí regresa con un escenario de mayor amplitud y muchos más personajes entre los que elegir.

Imagen del videojuego 'Kirby Air Riders'
Kirby Air Riders es la viva demostración de que las apariecias engañan, pero detrás del juego hay un equipo comprometido con una propuesta muy concreta
Si bien las carreras pueden ser la puerta de entrada al juego –además lucen muy bien gracias a una vibrante dirección artística–, los combates tienen madera para convertirse en uno de los multijugadores estrella de la consola. Ahora bien, eso solo será posible si el público objetivo del juego –básicamente, la comunidad de fans Super Smash Bros. Ultimate– conectan con su propuesta de acción con vehículos.
Kirby Air Riders puede ser la viva demostración de que las apariecias engañan, pero de lo que no hay duda es de que detrás del juego hay un equipo comprometido con una propuesta muy concreta. El propio Sakurai –un diseñador de amplia e intachable trayectoría– se reía de sí mismo durante la presentación, y es que es llama la atención como un juego de aspecto tan infantil pueda ser al mismo tiempo tan profundo y complejo.