El historiador Tito Vivas participó recientemente en el podcast de Jordi Wild. En uno de los momentos del episodio, el youtuber le pregunto sobre el Arca de Noé y qué hay de cierto o no sobre su historia.
El egiptólogo aludió al supuesto hallazgo en Turquía, en un lugar vinculado desde hace décadas con la embarcación. Describió cómo, en la formación rocosa llamada Durupınar, se hicieron excavaciones que “dictaminaron que era madera fosilizada”, detalló.
¿Qué hay de cierto en la historia del Arca de Noé?
Según él, esa estructura correspondería al barco descrito en el Génesis, coincidiendo su forma y dimensiones con las especificadas en los textos sagrados.
La polémica en torno al Durupınar no es nueva. Desde que el lugar fue identificado en 1959 gracias a unas fotografías aéreas tomadas por la fuerza turca —y popularizado en los años 60— ha tenido partidarios y detractores. Tito Vivas sostiene que la estructura hallada presentaría restos de lo que parecía madera fosilizada, un indicio que para él refuerza la posibilidad de que el Arca haya sido real y haya encallado allí tras el diluvio.
Ilustración en 3D del Arca de Noé
Desde la comunidad científica la postura mayoritaria es de escepticismo. Geólogos y arqueólogos que han estudiado la zona concluyen que la formación Durupınar es una estructura geológica natural —no un barco petrificado— resultado de procesos de flujo de tierra y sedimentación volcánica.
Un trabajo clave es el de los investigadores de 1996, quienes descartaron que los supuestos “anclajes metálicos” fueran de origen humano: lo identificaron como minerales volcánicos naturales, y la llamada “madera fosilizada” como peridotitas metamorfoseadas, propias del terreno.
A pesar de estas objeciones, el debate no ha cesado, sino todo lo contrario, continúa abierto. Según un comunicado de 2025 del proyecto Noah’s Ark Scans, nuevos análisis de radar geofísico y muestras de suelo han detectado estructuras internas —corredores, capas subterráneas, niveles similares a cubiertas de un barco—, así como elevadas concentraciones de materia orgánica y fósiles marinos, lo que podría indicar que el lugar estuvo sumergido en un pasado.
La dificultad para obtener pruebas concluyentes, junto al tiempo transcurrido y a las transformaciones geológicas, ha llevado a muchos expertos a considerar que incluso un “objeto” como un barco de madera, si existió, no podría haber sobrevivido hasta hoy sin degradarse completamente.
Lo que se observa en Durupınar es simplemente una estructura natural con apariencia de barco, un ejemplo de pareidolia geológica más que un hallazgo arqueológico.

