Disney Plus acaba de estrenar la mejor película de 'Predator' desde la original: 'Asesino de asesinos' marca un camino que debería seguir Star Wars

Ciencia ficción

'Predator: Asesino de asesinos' llega a la plataforma de streaming para demostrar que, cuando quiere, Disney sabe hacer las cosas bien

Fotograma de 'Predator: Asesino de asesinos'.

Fotograma de 'Predator: Asesino de asesinos'.

Disney

Star Wars debería aprender de la orientación que se le está dando a las sagas de Alien y Predator. Cada spin-off, secuela, precuela o lo que sea —nunca está claro dado el (des)orden heredado de Lucas— pone un clavo más en el ataúd de la reputación de esa galaxia tan lejana. A la contra, el verano pasado pudimos disfrutar de Alien: Romulus, la mejor película hasta la fecha en este universo de horror cósmico desde la segunda parte de James Cameron. Y lo que se viene el próximo 13 de agosto con Alien: Planeta Tierra promete.

Del mismo modo, en 2023 nos dejó con buen sabor de boca Predator: La presa, con esa colocación de uno de los miembros de la civilización cazadora intergaláctica de siempre en mitad del territorio comanche de la época colonial. Muy fresco ese contraste entre la hipertecnologización guerrera del depredador alienígena y los rudimentos con los que la protagonista, Naru (Amber Midthunder), una indígena americana, le hace frente. Trama sencilla bien preñada de acción, como en el clásico de Schwarzenegger, pero con los efectos y el CGI de hoy perfectamente integrados, sin desentonar en lo orgánico del ambiente, y una atmósfera fantástica gracias a una fotografía que por momentos recordaba a El renacido (González Iñárritu, 2015). Difícil de superar.

Pues bien, así ha sido a causa de la irrupción de Predator: Asesino de asesinos, también del director Dan Trachtenberg (10 Cloverfield Lane). En esta ocasión, Trachtenberg se ha atrevido con la animación con magnífico resultado. La película se aborda como un tríptico de tres historias que confluyen en un episodio final, pudiendo funcionar cada una de ellas como un cortometraje independiente.

Cabe resaltar que lo autoconclusivo de cada capítulo resulta una ventaja, teniendo en cuenta que esta producción de Hulu se distribuye internacionalmente vía Disney+. Permite que el espectador haga algo que detesta Scorsese: tomarse un respiro entre cada tanda de lucha para prepararse la cena, retirar los platos y terminar el visionado en la tablet tumbado en la cama, sin más pretensión que el puro goce y recreo en esta vorágine de violencia altamente estetizada. Aunque, en realidad, lo más probable que te deje clavado en el sofá.

Fotograma de 'Predator: Asesino de asesinos'.

Fotograma de 'Predator: Asesino de asesinos'.

Disney

Trachtenberg continúa con la premisa clásica de la saga en cada una de sus mini-historias, esto es, que existe una raza extraterrestre que rinde culto a lo mismo que Kraven en los cómics de Spiderman: la caza. Una civilización netamente espartana, anhelante siempre de un rival mayúsculo al que doblegar. Así, tres de estos guerreros encontrarán la horma de su zapato en tres humanos de épocas distintas: una vikinga en busca de venganza, el hijo de un samurái que busca restaurar su honor y un piloto estadounidense de orígenes latinos con mucho que demostrar en la Segunda Guerra Mundial.

Se conjugan así la trama de siempre y se redime a la denostada Alien vs. Predator, donde ya se exploraba esta idea de que los cazadores del espacio ya habían estado en la Tierra mucho antes. El episodio inicial con los vikingos incluso se hermana con otra película vilipendiada, Outlander (Howard McCain, 2009), o con las primeras grapas de la etapa del Venom de Donnie Cates, ya que en ambas obras se explora la posibilidad de que el monstruoso Grendel al que se enfrenta Beowulf sea un ser de otro planeta.

Fotograma de 'Predator: Asesino de asesinos'.

Fotograma de 'Predator: Asesino de asesinos'.

Disney

Estas reminiscencias no son las únicas. Hay un fuerte aroma a videojuegos en todo el filme. Desde la marca de sangre de la vikinga sobre un ojo que recuerda al tatuaje del protagonista de God of War, Kratos, hasta el arco de los samuráis que bien se asemeja a la historia más cainita de las que conforman Ghost of Tsushima. Además, cada Predator funciona como jefe final para cada stage en el que los personajes tienen que abrirse camino ante algún tipo de horda de esbirros.

No obstante, es en la técnica elegida para el desarrollo de la animación donde se encuentra en mayor medida este espíritu de los videojuegos. Predator: Asesino de asesinos, se ha erigido, según sus creadores, en la primera película animada por completo utilizando un motor de videojuegos: el Unreal Engine propio de Epic Games. Esta innovación, unida al diseño de personajes y ambientes creados y coloreados a la vieja usanza —no en vano han contado con Steven J. Meyer, de Arcane—, es lo que ha conseguido una animación fluida, sofisticada y hasta preciosista en su violencia. Algo a estudiar en el futuro, como en su día pasara con Akira o Spiderman: Un nuevo universo.

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Si a todo esto le sumamos grandes dosis de corazón en las intrahistorias, momentos poéticos, motivos spielbergianos y guiños saludables a la saga que no dificultan el seguimiento de la película para un espectador novel, estamos ante una pieza más que redonda. Espero con ganas a la próxima entrega en noviembre, Badlands, ya de vuelta a la imagen real con Elle Fanning bajo las directrices, de nuevo, de Dan Trachtenberg. Que comience la caza.

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