En Finlandia tienen una relación muy especial con el deporte y la salud —bueno, y con las saunas—. En Helsinki se concentran muchos de los centros de pruebas de relojes deportivos de las principales marcas, y he tenido la ocasión de acceder hasta la cocina (literalmente) del laboratorio de salud de Huawei para recoger los datos deportivos que utilizan sus relojes inteligentes.
Allí llevan a cabo las mediciones concretas para perfeccionar el algoritmo de medición de sus sistemas. Así que no me he limitado a visitar el centro, sino que he puesto en la piel de un atleta probador de sensores para ver hasta qué punto la cinta de correr era capaz de detectar mis especificaciones físicas. Por ejemplo, que tengo una lesión muscular en el sóleo de la pierna izquierda, provocando que esa parte del cuerpo no rinda al 100%.

Generando datos con una cinta de correr especializada.
Las pruebas de Huawei
Los principales deportes, investigados al máximo detalle
Las máquinas que tienen en el laboratorio de Huawei son más propias de centros de fisioterapia o medicina deportiva que de un gimnasio. En estos 800 metros cuadrados lo miden todo relacionado con el ciclismo, la natación, el atletismo, el esquí, el fitness y muchas disciplinas más. Todos los deportistas que ha visto llevaban un reloj Watch Fit 4 Pro de la marca china, con los que también medían sus sesiones de ejercicio y comparaban los datos de referencia con los que daba el dispositivo en sus muñecas.
Todos los datos recogidos —los de referencia y los del Watch Fit 4 Pro— son los que después se llevan al centro de análisis para alimentar el algoritmo que se integra en las pulseras y relojes de salud. Y lo hacen en colaboración con varias universidades europeas, clubes deportivos e incluso selecciones nacionales.
La hora de la verdad
Generando datos con un detalle inusitado
Nada más aterrizar en Helsinki me di cuenta de que me había olvidado la ropa deportiva, así que me puse a hacer la prueba vestido de dominguero, con el bañador que había llevado a la sauna Löyly —obligada visita si vas a Finlandia—. Fue una sesión suave que no pasó de 10 km/h durante unos minutos. Mientras corría iba viendo los datos en tiempo real, la pantalla que tenía delante me iba recordando que sigo lesionado en el sóleo izquierdo, a juzgar por el desequilibrio con el que corría.
Es un sistema, por tanto, que más allá de servir para la composición de smartwatches, puede tanto prevenir problemas más graves como alertar de desajustes de cualquier tipo. Si viviera en una casa más grande, me pondría un laboratorio de salud como aquel. Nada: solo es una ligera inversión de 3 millones de dólares.
La sensibilidad de la cinta de correr me dio unos valores parecidos a los que obtuve con el Huawei Watch Fit 4, aunque mostró algo más de descompensación que la que me daba reloj, entre la potencia de mi pierna izquierda y la derecha. Es normal, a estas alturas del juego no se puede pretender que alcanzar la exactitud científica de una máquina de primer nivel. Ese es justamente el sentido de laboratorios como el que visité.

Tero Rintaluoma, ingeniero de datos de Huawei en Helsinki.
El ingeniero de software de Huawei Tero Rintaluoma asegura que “siempre hay margen para mejorar, y aunque se diera el hipotético caso de que se alcanzara la perfección, siempre se pueden introducir nuevas métricas y especializar la medición de otros deportes”.
Puede pensarse que los wearables actuales tienen una precisión difícilmente superable, pero en realidad queda camino por recorrer. En lo más alto de la lista estarían los relojes deportivos de Garmin, Polar y Coros, y en el segmento de los relojes inteligentes, las medallas serían para Huawei y Apple, con Samsung y Amazfit siguiéndoles de cerca. Esta competencia, os lo puedo asegurar, nos beneficia a todos los usuarios.